Los ingratos

RESEÑA

TITULO: Los ingratos
AUTORA: Pedro Simón
GÉNERO: Narrativa
PÁGINAS: 283

👩 No es fácil hacer una reseña a la altura de este libro y menos contando lo menos posible de la trama porque sé que hay gente como yo que no lee ni siquiera la sinopsis y quieren simplemente sorprenderse.

👩 A mí este libro, ME SORPENDIÓ, con letras mayúsculas porque no tenía ni idea de lo que me iba a encontrar dentro. Y encontré un tesoro. Gracias leeresvivir por habérmelo regalado.

👩 La frase que más destaca es: “Éramos esa España….” Y tras estas palabras, de un golpe vuelves al pasado, al menos al mío, al que yo viví, la época de los 80 y los 90 y que me ha traído tantos recuerdos.

👩 Cuando empecé a leer, estaba un poco perdida porque no sabía cómo iba a ir evolucionando la historia. Pero es que no es una historia, no os esperéis una trama llena de romance, suspense o misterios. Es una historia sencilla, un homenaje a todos aquellos que vivimos esa época y que para bien o para mal, vivíamos de una forma diferente.

👩 La forma de narrar del escritor, es maravillosa, tiene algo que te engancha, que te impide dejar de leer porque le da esa realidad pero vista desde los ojos de un niño que va de pueblo de pueblo porque su madre es maestra y en aquellos tiempos, era lo que había.

👩 David me enamoró, porque era un niño, (“el hijo de la maestra” le llamaban) que ni tenía madre, ni tenía maestra, tenía una mezcla de las dos pero que no le llenaba, y dos hermanas, Vero e Isa que no le tenían muy en cuenta. Tenía inquietudes pero a nadie que pudiera darle una respuesta convincente porque muchas veces, ni siquiera los padres sabían qué contar o no contar.

👩 Ha sido un viaje espectacular, a través de unas carreteras de tercera, en un simca 1200, cuando la máxima preocupación era llegar tarde a casa porque sabían lo que les esperaba. Todas esas vivencias las relata el autor de una manera sencilla, ligera, con unos personajes que puedes reconocer en cualquier adulto de aquella época. Unos diálogos adecuados a las edades de cada uno.

👩 Hay un personaje en especial, que no quiero desvelar, a pesar de que aparece en la sinopsis que tendrá un papel crucial en el papel del niño y cuando apareció, me sorprendió, tanto su actitud, su fuerza, su valía y sobre todo, su amor por David.

👩 No entendí el título del libro hasta las últimas páginas, porque David va creciendo, va olvidando todo lo que un día le parecía indispensable, va dejando atrás promesas sin cumplir. Es como ver un viejo álbum con fotos que se han vuelto amarillentas con el tiempo, que no las ves hasta que la vida te obliga a enfrentarte a tu realidad.

👩 Me ha gustado muchísimo, y me ha llenado el alma y el corazón. He sentido la alegría de los niños, la soledad de una persona adulta que no puede acallar los rumores de la gente, el trabajo de una madre dentro y fuera de casa, aunque en este caso, se esforzaba más fuera, en la escuela. El final ha sido… como una explosión porque hace que te des cuenta de lo ingratos que podemos llegar a ser aun sin hacerlo con mala intención.

👩 ¿Lo recomiendo? Por supuesto que sí, sobre todo para los lectores de mi quinta, no porque el resto no pueda leerlo, si no porque quizá no le den el valor que merece esta historia, que ya ha quedado en la primera de mis mejores lecturas del año.

Las rodillas peladas, jugar a las gomas, las colecciones de cromos, viajar apretados en el asiento de atrás, sin cinturón de seguridad, perro incluido, escuchar una y otra vez la misma cinta ya gastada de cassette, ver el 1, 2, 3 todos sentados en el sofá, los seriales radiofónicos, esa es la infancia de David y también fue mi infancia. Los acontecimientos, los lugares, las personas fueran distintas, pero hay tantos elementos que huelen igual, los años 70, tan cerca de un pasado en el que se pasó mucha hambre y tan cerca de un futuro lleno de prosperidad.

En el año 1975 llega, a un pueblo de la España que empieza a vaciarse, una maestra con su familia. David es el pequeño. Con un marido ausente la mayor parte del tiempo, Mercedes pronto necesitará ayuda en casa y la Emérita, una mujer del pueblo que está sola, con un pasado doloroso, se trasladará a su casa para cuidar de ellos y en especial de David.

Pronto la relación entre David y Eme se convierte en algo muy especial, una relación de aprendizaje y de salvación mutua. Una relación de cariño, ternura y refugio. Los diálogos entre ellos destacan por la entrañable inocencia del pequeño y le dan ese punto especial que tienen todas las historias contadas desde una mirada infantil.

La historia empieza con un primer capítulo lleno de dureza, muy impactante. Para pasar después a unas páginas llenas de travesuras y risas, antes de llegar al drama. Narrada en primera persona por el propio David, de forma sencilla y muy bien contada, y entre sus vivencias, las cartas que escribe Eme, que nos meten de lleno en una realidad muy cruda, una historia llena de pena y dolor. Cartas que se clavan como agujas en el corazón. Después llega la soledad y la decepción. Y finalmente la valentía, la necesidad de pedir perdón y agradecer, nos conducen a su fin. Y en esa montaña rusa de emociones acabamos con el corazón roto y un montón de reflexiones dando vueltas en nuestra cabeza.

Un libro sobre la ingratitud de los adultos con las personas que formaron parte de su infancia, una ingratitud tan real como la vida misma. La gratitud se la lleva la velocidad con la que pasa la vida, la vertiginosa mirada hacia el anhelado futuro olvidando el pasado, como si lo que quedó atrás nunca fuera a desaparecer, como si fuera eterno y no hiciera falta cuidarlo. Y cuando esa velocidad un día se detiene, nos asalta la culpa, nos damos cuenta que dejamos en el camino personas que fueron muy importantes en nuestro pasado, personas que lo dieron todo para que fuéramos un poco más felices, y de golpe nos invade el recuerdo, nos llenamos de nostalgia, un nudo en la garganta nos detiene y somos conscientes de cómo corrimos, cómo olvidamos. Forma parte de la juventud esa prisa por avanzar, sin detenerse, dejando atrás el niño que fuimos sin querer saber nada de él ni de todo lo que lo acompañó, y forma parte de la madurez la frenada para volver al pasado, aunque a veces sea tarde.

Un libro entrañable, descorazonador y muy conmovedor, que recomiendo a todos. Un libro que seguro estará en el top de 2023.

"Los Ingratos" es una novela que me ha gustado muchísimo aunque al principio me costó un poco no es una novela en la que sucedan grandes cosas pero ahí está su encanto, el día a día en la vida de un niño, Daniel en los años '70 cuando se va a vivir a un pueblo castellano porque destinan allí a su madre como profesora.
La novela contada en primera persona por Daniel, el hijo más pequeño está llena de emociones y como vive ese cambio de niño a adulto pero lo más importante es la relación que se establece entre él y Emérita (Emi), la señora encargada del cuidado de la casa y de los niños. Relación que permite a Emi redimirse de ser madre de un hijo que no es el suyo (Currete como ella llama a David) pero que será como el hijo que tuvo y ya no tiene.
Aunque todo el libro se centra en David y su entorno: hermanas, padres, amigos...es importante conocer a Emi a través de unas cartas escritas para Currete y no leídas, una verdadera joyita que nos ayudan a conocer su personalidad, sus sentimientos hacia los demás y como percibe el mundo a pesar de su sordera.
Pedro Simón ha conseguido con la lectura de este libro que me traslade a mi infancia en el pueblo: olores, sabores, juegos, libros, dictados,...
Es un libro que todos los que: "éramos los hijos de los hijos de los que pasaron hambre..." debemos leer y así recordar y permitir que Pedro Simón nos traslade en el tiempo.
Gracias por este libro que sin duda no te deja indiferente... nostalgia, recuerdos, momentos vividos....es la vida de Daniel, Currete pero puede ser la de cualquier niño de los '70-'80 en cualquier pueblo España.

Tenía ciertas reticencias con este libro, y más al empezarlo, pues su inicio me sorprendió negativamente, con un narrador/niño que no me terminaba de convencer, pero me resistí a dejarlo pues se leía fácil y no llega a las 300 páginas.

Y de pronto, en torno a la página 70 aparece La Eme y la lectura se convierte en una sucesión de piel de gallina, humedad en los ojos y alguna carcajada suelta. Un disfrute absoluto aun sabiendo que un final amable es imposible. Y cuando intuyes el desenlace, sobreviene un llanto descontrolado que, en mi caso, me hizo enfadarme y cerrarlo unas horas.
Leedlo con la mirada pura de un niño y con un paquete de pañuelos cerca.

Me daba "miedo" leer Los ingratos, de Pedro Simón, porque casi todas las opiniones que había visto eran muy buenas, e incluso muchas de ellas lo metían en mejores lecturas del año, pero lo cierto es que tenía muchas ganas de ponerme con esta historia.

Los ingratos es la historia de David y Eme (principalmente): él, un tercer hijo de una familia que se translada a un pueblo a vivir y que contratará los servicios de Eme para poner un poco en orden sus vidas. Dos protagonistas muy potentes que además harán de narradores de esta historia de amistad y familia.

Sabía que me enfrentaba a un drama, pero no fue eso lo que me encontré en su primer tercio, en el que predominaron las risas, muchas aportadas por esa voz narrativa del niño, con sus inquietudes y su manera tan particular de ver el mundo.

Ya pasado ese inicio se vuelve todo un poco más crudo, más serio; entra también la voz de Eme, una mujer con grandes traumas por su vida pasada que verá en David algo muy parecido a un hijo.

Para terminar con el drama que todo el mundo comentaba, el hacerse mayor, la vida adulta, el paso del tiempo y no cuento más porque caería en spoilers. Lo mismo me flipo un poco pero me ha parecido eso, una historia como la vida misma, que empieza y todo es bueno y bonito, nos vamos haciendo mayores y todo se va complicando cada vez más.

En cualquier caso, es una novela que os recomiendo mucho (si es que queda alguien sin leerla), con la que he disfrutado mucho y a la que simplemente le podría poner como cosa menos buena un final algo precipitado, pero que para nada emborrona esta maravillosa historia.

Sumergirte en este libro es volver a la infancia, al pueblo, a los viajes en el 127(en mi caso) escuchando las cintas de casete de Víctor Manuel y Ana Belén...

Los ingratos es el libro de David ("Currete"), pero sobre todo de Eme. Una relación entre fogones y libros, entre juegos en la calle y dictados. Un libro de primeras veces, de amor, de duelo, de (in)gratitud... ¡Puede haber tantos calificativos para este libro!

Mi recomendación es que vayas a ciegas, dejándote envolver por las descripciones de Pedro Simón y empapándote hasta la médula de cada carta de Eme (¡serían todas para enmarcar!).

No quiero desvelar mucho más de este entrañable libro. Para mí, un auténtico LIBRAZO que no me cansaré de recomendar. Lo mejor de todo, como siempre, es haberlo leído y comentado con las señoras de #elcorrilloliterario . Ha sido un verdadero placer y un auténtico tsunami emocional.

Ahora necesito un tiempo de reposar esta historia antes de volver a la pluma de Pedro. Pero que volveré, ¡es seguro!

Precioso. Me ha encantado leerlo. Ha sido como una vuelta a mi infancia. Es una historia cercana y real que te toca el corazón y te lo espachurra un poquito. Recomendadísimo para todo el mundo. Deseando poder leer pronto el siguiente libro de este autor.

Soy de ese grupo de personas que cuando echa la vista atrás recuerda con nostalgia y felicidad su infancia. Yo también me crié en varios pueblos de campo, me trasladé de un lugar a otro dejando atrás los micromundos que iba construyendo. Hasta que crecí y me fui a la ciudad para “prepararme” para la vida adulta: estudiar en la universidad, coger la guagua sola…

Recuerdo esos primeros días de ese gran cambio y lo primero que puedo afirmar es que ciertamente sentí que me sacaban de una burbuja de felicidad. Ya no volveríamos a estar los tres hermanos juntos, ni a pasar horas entre la naturaleza sin más preocupaciones que la de jugar a todas horas.

Por todo ello, lo cierto es que es muy fácil identificarse con el protagonista de esta historia. Un niño que viaja de pueblo en pueblo debido al trabajo de maestra de su madre. Junto a sus dos hermanas mayores, su infancia transcurre entre anécdotas de la época y la relación con iguales que conoce allá donde va. Es en el último pueblo al que se muda la familia, donde entablará una amistad muy especial con la Emérita, una mujer con un pasado doloroso.

Este libro también pone de manifiesto lo rápido que pasa la vida y cómo el hacerse adulto en ocasiones arrebata los mejores momentos de la misma. No nos detenemos a disfrutar de esas pequeñas cosas que creemos eternas y que sin embargo, algún día desaparecerán y quizá ya sea tarde para volver a ellas. Por eso somos ingratos.

Esta es pues, una historia breve pero real como la vida misma. Deberíamos atesorar con más ahínco todos esos regalos en forma de momentos junto a las personas que queremos, el tiempo pasa y los recuerdos y el afecto serán el único legado que nos quedará.

En los años 70, David es un niño que se muda a un pueblo pequeñito porque a su madre la vuelven a trasladar de escuela, ella es la Señorita Mercedes y va viviendo constantes cambios de escuela hasta llegar a esta. La familia de David son sus dos hermanas mayores, su madre y un padre que va y viene de Madrid para estar con ellos cuando puede.
David es la inocencia de la niñez e irá descubriendo cosas a medida que va pasando el tiempo y va creciendo. Él nos habla de cómo se siente con los cambios en su familia, con su nueva escuela y amigos, y nos descubre a la vez la sencillez de un pueblo que le da vida.
Llega un momento en que la familia necesita ayuda externa para llevar la casa y el cuidado de David. Ahí es cuando conocemos a Emérita y como esta cambia el mundo de ese niño que se encontraba solo. A partir de ahí, pasarán a ser Eme y Currete.
Paralelamente, conoceremos la vida e historia de Emérita que resultará conmovedora y dura. El autor consigue removerte por dentro y ponerte del lado de esta mujer que tan poca suerte tuvo.

El título del libro es muy adecuado y resume la historia con solo un adjetivo. Aquí leemos el caso de David, pero no solo puede estar hablando de él; todos hemos sido un poco David y cuando hemos ido creciendo hemos ido dejando de decir muchas cosas, de mostrar más afecto, de apreciar las cosas y gente que nos rodea. Hemos querido hacernos grande rápido y obviado el amor que nos proferían. Cuando uno ya es adulto recuerda con añoranza lo que fue y dimos por hecho, el tiempo que pasamos con gente y a la que no escuchamos lo suficiente, y ahora recordamos con nostalgia a esa persona que ya no está y daríamos lo que fuera por volver a ver.

Hacía tiempo que no lloraba así con una novela y estoy deseando leer “Los incomprendidos”.

En este libro el protagonista es un niño, David, el hijo pequeño de la maestra de un pueblo español a mediados de los 70. A su vida llega un día Emerita , una mujer mayor, que va a cuidarle. Ella volcará en él todo el amor que no ha tenido a quién darle y él aprenderá a ver el mundo en su compañía.

Esta es una de esas novelas en las que se nos deja ver la realidad a través de los ojos de un niño, con esa visión particular, a veces demasiado simple, otras tan certera que tiene la infancia. Y de ese amor infantil por los que nos cuidan, que es generoso, desbordante y a veces desagradecido.

Es un libro de familia, amor y sentimientos. Además, para mí, que tengo una edad similar al protagonista, ha sido un viaje por escenarios y eventos de mi infancia.

En resumen: un gran gran libro. Un cinco estrellas. de mis favoritos de la vida…