Los incomprendidos

Pedro Simón vuelve a ofrecer, tras su estupenda Los ingratos, una obra tremendamente realista y reflexiva, una novela que una vez te adentras en ella estás completamente atrapado. Con Los ingratos recuerdo que escribí que viviendo la vida de otros me ha ayudado a reconciliarme conmigo mismo.
En Los incomprendidos me ha sucedido lo mismo. Y además me ha recordado a Los cuatrocientos golpes de Truffaut. Dentro de sus silencios prolongados que originan momentos de reflexión, su literatura no proporciona fidelidad a las convenciones ni a la convicciones.
Pedro Simón agarra y desgarra por igual, firma otra obra excelente que llega en silencio, sin hacer demasiado ruido entre las novedades del mes, pero que se quedará para siempre en nuestra memoria.

Si en “los ingratos” nos encontrábamos ante una novela nostálgica y conmovedora, “los incomprendidos” es una obra más actual y cruda. Y lo es porque nos habla de una adolescente con una mochila bastante cargada, de unos padres que ya no saben conectar con ella, de una familia que se ha roto en muchos sentidos.
Y hasta aquí puedo decir para no destripar el libro y permitir que quien decida adentrarse en él experimente las mismas sensaciones que yo. Porque esta historia de vida está contada desde dos puntos de vista, el de Javier, el padre, y el de Inés, la hija adolescente.
Y ambas voces conseguirán calarte hondo y destrozarte un poquito. Porque ser padre y no poder llegar hasta tu hija es duro, pero ser hija y pasar de agarrar la mano de tu progenitor a avergonzarte de hacerlo es un camino difícil.
Entonces llega un punto en el que a las dos partes les cuesta abrirse, en el que dedicarse un te quiero es misión imposible, en el que pesan más los silencios.
Sin duda, Pedro Simón sabe atrapar esos momentos trascendentales de la vida y convertirlos en una joya.
“A veces soltamos salvajadas que no pensamos. Cosas por las que nos cuesta una barbaridad pedir perdón…”
Si amaste la novela anterior del autor, esta tampoco te dejará indiferente.

“Cómo sería si tecleara compulsivamente como ahora lo estoy haciendo, enfebrecido. Porque escribir es desnudarse, es ponerse en pelotas delante de la gente y dar que pensar o dejar que te tiren tomates o que lamenten tu desnudez o que se compadezcan de esas llagas que ahora pones a la vista”. ~ Los incomprendidos de Pedro Simón.
¡Qué mala es la comparación! Así que si os animáis a leer este libro, la primera norma es no compararlo con el anterior, “Los ingratos”. Algo que el autor y la editorial nos ha puesto difícil porque el nombre, la portada y la maquetación son bastante similares. Así que quede claro que son dos libros diferentes y para mi lo son hasta en las sensaciones que me han creado. A la felicidad, nostalgia, “morriña”, ternura y otros muchos sentimientos que me despertó “Los ingratos” –quienes lo hayáis leído me entenderéis– se contrapone la tristeza, dolor, miedo, angustia que me ha generado “Los incomprendidos”, un libro que, aun así, nos envía un mensaje de amor y esperanza.
“Los incomprendidos” habla de tantas cosas que no sé por dónde empezar, pero sobre todo habla de lo que no dice, de silencios, de las cosas que nos callamos y que van abriendo brecha, porque toda vida tiene dos caras y si no se buscan puntos de unión, las caras se van distanciando; distancia marcada, como digo, por lo que no decimos.
En este caso, tenemos las versiones de Inés, una adolescente, y de Javier, su padre. El libro no se limita a estos dos personajes. También habla de Celia, madre y esposa de ambos respectivamente, y de otros tantos personajes que ellos mismos plasman en sus versiones de la vida. Así que, ya sabéis, ¡hablad, malditos, hablad!... y no comparéis.

Había leído un montón de buenas opiniones sobre "Los ingratos" pero cuando lo busqué en Ebiblio no estaba disponible y este sí por lo que me animé a darle una oportunidad.
Llevo un rato intentando dar forma a mis palabras y tengo la sensación de que no soy capaz de describir bien lo que me ha hecho sentir este libro. Pensad que yo soy madre de dos preadolescentes y ya solo por esa cercanía con los protagonistas de la historia, me he metido de lleno en la trama y he empatizado con ese padre que ejerce narrador en una de las dos voces que conforman la trama(a otra narradora es su hija Inés).
Es un libro tan real y tan cercano que parece hacerse eco de muchas de las preocupaciones que te pasan por la cabeza y resulta ser tan desgarrador como esperanzador.
La forma de narrar del autor te envuelve desde las primeras páginas de una forma magistral y te invita a seguir leyendo con avidez y no puedo dejar de destacar el personaje de la tía Clara, en serio, todos necesitamos a alguien así en nuestras vidas.
Si no conocéis al autor no puedo más que invitaros a darle una oportunidad. Yo ya estoy con " Los ingratos"☺️

Esta es de esas historias que me han dejado pensando y pensando durante toda la lectura, y me ha tocado el corazón al acabarla. Una historia dura, un drama familiar que bien podría ser real.
El autor consigue mantenerte dentro de la historia en todo momento. Con una pluma cercana, ágil y profunda, he fluido totalmente con la lectura, empatizando con sus protagonistas y poniéndome mucho en su piel.
Narrada a dos voces, esta es la historia de Javier, el padre, e Inés, su hija adolescente. A través de sus vivencias vamos a descubrir la historia de su familia. Nos hablan sobre las relaciones paternofiliales, de la falta de comunicación, de los "no entiendes nada", de las dificultades que van apareciendo con los años, y tantos otros temas que resultan muy y muy cercanos.
Un libro que destila tristeza, con sus momentos de luz, pero con muchos grises y negros. de esas historias que te rompen, te remueven y te destrozan.
Me ha encantado la pluma del autor, los personajes que crea y la facilidad con la que nos deja entrar en esa familia. de bien seguro que le seguiré la pista al autor, tanto que ya estoy mirando de comprarme y leerme el anterior!