InicioMis librosAñadir libros
Descubrir
LibrosAutoresLectoresCríticasCitasListasTest
Críticas sobre Kentukis (37)
Ordenar por :   Fecha   Los más apreciados  



Añadir crítica
MiTijuanaLectora
 14 May 2019
En el libro nos encontraremos con las historias de varios usuarios de Kentukis, intercaladas capitulo a capitulo, los cuales a pesar de tratarse de temas tecnológicos, resultan bastantes sencillos de leer sin perder el hilo entre una historia y otra, además de contar con cierto ápice de misterio que nos mantendrá expectantes capitulo a capitulo, siendo precisamente esto lo que hizo que no cumpliera del todo mis expectativas, pues esperaba que más de una historia diera un giro que fuera más allá del voyerismo de los usuarios.

Básicamente, los Kentukis son animales robóticos, quien sea usuario de un Kentuki puede maniobrarlo, ver y escuchar a través de una tableta o computadora gracias a una conexión pre pagada la cual se enlaza al equipo elegido y del cual una vez perdida la conexión no se podrá volver a utilizar para enlazarlo con otro Kentuki. En cuanto a los que son llamados “amos” son los dueños del robot, es decir, quien lo compro para tenerlo como mascota o juguete y que debe de procurar que no sufra algún daño o perderá la conexión y quedara obsoleto. Tanto usuario y amo deben de estar en sincronía para que el objeto logre cargarse, ya que si se termina la batería dejara de funcionar definitivamente, lo que resultara en pérdida para ambos.

La cuestión es si los que tienen al objeto en su casa son realmente los amos como se les hace creer o quien tiene el control es el usuario que está maniobrando al Kentuki, siempre percatándose de lo que hacen en el lugar donde se encuentra el objeto, conociendo las rutinas, los familiares cercanos, gustos, horarios y demás.

A pesar de ser una historia no muy alejada de la realidad, es triste darse cuenta la necesidad que tenemos las personas de conectar con alguien más, como nos podemos llegar a encariñar con un objeto creyendo que es como una mascotita que nos hace compañía pero que no demandara limpieza ni alimentos, solo un cargador siempre conectado a la corriente y con fácil acceso para que el Kentuki se recargue solo. Es precisamente ese punto el que me hace analizar el comportamiento de las personas, como preferirían tener un objeto a su en lugar de un ser vivo, como piensan que conseguir un Kentuki y ver a través de un aparato los haría estar más cerca de sus familiares, cosa que no sucede pues no se elige a que Kentuki se realizara la conexión.

Ahora veamos el otro extremo, la persona que podría estar las 24 horas “espiando” en otra parte del mundo, cumpliendo las carencias de alguien más y las propias; inclusive la atención a los niños puede ser remplazaba por un Kentuki con el que jugaran u observaran en otro lugar, dependiendo lo que elijan ser. Pero analicemos, ¿No es muy parecido a la actualidad? ¿No se les proporcionan a los niños tabletas o celulares para entretenerse sin estar al pendiente de que es lo que están viendo ahí? Pero que sucede cuando el usuario se percata que en otro extremo del mundo a donde está ligada su conexión está sucediendo algo, algo que no está bien, llámese violencia, delitos, etc, ¿debería de buscar la manera de intervenir o limitarse a observar?

Enlace: https://mitijuanalectora.blo..
+ Leer más
Comentar  Me gusta         00
lectoraaburrida
 05 March 2019
El tema no es novedoso ni probablemente la forma de tratarlo, pero desde luego que el libro de esta mujer me ha impactado.
Comienza con uno de los mejores primeros capítulos que he leído últimamente en un libro y después acaba derivando en una especie de terror tecnológico que da miedo. Miedo por ser un espejo de lo que realmente somos.
La autora juega con la tensión y la conciencia del lector dejando el pensamiento de "somos de los que nos gusta mirar o de los que preferimos mostrarnos?". No es algo tan descabellado si tenemos en cuenta nuestra perpetua presencia en las redes sociales.
Muy recomendable.
Comentar  Me gusta         10
lector_salteado
 01 February 2019
Muchos problemas en este libro. El tema es aburrido, obsoleto hace varias décadas. La objeción paranoica contra la irrupción de la comunicación global de la tecnología en la vida cotidiana ya era vieja y algo ridícula en los libros de Negroponte. Además, los dispositivos tecnológicos que funcionan como animalitos de Philip K. Dick ponen un estándar de calidad literaria bastante alta que deja muy mal ubicados a estos kentukis. Quizás un cuento breve hubiera sido mejor, más gótico rioplatense como Pájaros en la boca, que es trivial, pero por lo menos le habría permitido a Schweblin proliferar en ese sadismo teenager que tanta taquilla le ha regalado. Los procedimientos narrativos me parecieron sin vida. Quizás sea intencional de Schweblin, pero en este libro no encontré a nadie. El recurso que sobresale es la redundancia. Insoportable. Ejemplo, abro al azar, página 140: “Sus dos hijas se plantaron frente a la góndola de los kentukis. Estaban en el supermercado, unidas por primera vez en un berrinche conjunto”. La lectura creo que opera tanto por lo explícito del texto, como por las inferencias que activa, creo que “implicature” es el término técnico que usan en pragmática para esta representación de lo inferido. La idea es que una buena parte de la lectura es inferencia, implicación. Si en el español que se habla en Argentina alguien dice “dos hijas”, activa un pensamiento de conflicto. Por eso, el Martín Fierro advierte que mejor los hermanos sean unidos, que no se peleen. Es decir, al leer “dos hijas” queda una hipótesis automática de confrontación. Entonces viene la redundancia: “unidas por primera vez en un berrinche conjunto”. Y empeora. Decir “góndola” en español argentino activa la idea de “supermercado”. Entonces, otra redundancia, también en la segunda frase: “Estaban en el supermercado”. Este efecto estético deriva en una desvalorización de la sucesión de frases. Si ya lo pensé desde la primera frase, cuando me lo explicita en la segunda frase me aburre, me pesa, me desvaloriza la lectura. No logro entender qué lector imaginario pensó Schweblin para este libro.
+ Leer más
Comentar  Me gusta         00
MrWonderBook
 26 November 2018
Era la primera vez que leía un libro de Samantha Schweblin. Los Kentukis son unos pequeños “robots” con forma de animal, que disponen de ruedas, cámaras y micrófonos entre otras características. Son manejados a distancia por alguien anónimo, donde puede observar la vida de otra persona elegida al azar en cualquier lugar del mundo que haya comprado un kentuki. Hay dos opciones para elegir, o ser “amo” y manejar el kentuki mediante una tablet para observar la vida de la otra persona, o “ser kentuki”, personas que han comprado el robot anteriormente comentado, compartiendo así su día a día.
Ha sido inquietante la lectura de este libro, ya que te hace pensar hasta qué punto estamos dispuestos a compartir nuestra privacidad, cosa que ya hacemos hoy en día mediante las redes sociales. Tal como avanza la tecnología, no me extrañaría que se hiciera realidad y se pusieran de moda los kentukis en la vida real.
Comentar  Me gusta         10
AlinaLectora
 25 November 2018
Kentukis es una novela que atrapa desde la primera línea.
Los kentukis , inofensivos peluches en forma de conejitos o cuervos u ositos pandas ,se transforman en ojos que observan y establecen con sus dueños relaciones que pueden devenir en el horror más absoluto
Los límites y la relación con la tecnología, el mirar y el ser mirados, el miedo a la soledad, la perversidad de los seres humanos son algunos de los temas que esta novela nos invita a pensar y repensar.
Comentar  Me gusta         00
macarenamamone
 13 November 2018
Una sorpresa. Entré con precaución a esta historia por las malas reseñas que había leído y tal vez así, sin expectativas, lo disfruté muchísimo más de lo que esperaba.
El argumento me enganchó desde la primera página, los kentukis son unos peluches que, al estilo gran hermano, lo ven todo, y quienes lo poseen nunca saben quién los está mirando, puede ser un vecino como alguien que vive en la otra punta del planeta. Además, me pareció interesante como está estructurada la novela, que cuenta la historia de algunos personajes centrales (Emilia, Alina, Enzo, Marvin y Grigor, creo que no olvido ninguno) y mecha algunas historias más esporádicas que no se vuelven a tocar. Creo que es interesante, más allá de seguir la progresión de tres o cuatro personajes principales, tener esos episodios extras que narran otras experiencias, quizás mas cortas aunque no menos impactantes, con los kentukis.
Me gusta como Schweblin retrata el “boom” de cierta moda que, en un comienzo, todos podemos juzgar de ilógica, pero que aún así se instala y es aceptada por la sociedad, incluso por quienes tenían sus reparos al principio. La manera en la que los kentukis empiezan a aparecer y poco a poco pasan a estar en absolutamente todos lados es muy actual y la autora capta ese fenómeno muy bien.
Otro punto que me gustó es la representación de una sociedad divida entre los que son mirados y los que miran, los que “tienen” (un kentuki) y los que “son” (un kentuki), es interesante pensar por qué y qué implica que algunos elijan ser mirados y otros elijan mirar.
Por último, creo que lo que más me gustó de esta novela es ese tinte de cyber punk que tiene cuando los que “son” kentukis se meten tanto esa vida virtual y paralela que se sienten más kentuki que humanos. La “vida” kentuki empieza a tomar más importancia que la vida humana, tanto que casi podrían vivir sin esa parte humana. Los límites entre ambas “vidas” empiezan a difuminarse.

En fin, para mí, Kentukis es un súper recomendado, tanto el libro como la autora, a quien pienso seguir leyendo.
(Son cuatro estrellas porque esperaba algo más impactante para el final)
+ Leer más
Comentar  Me gusta         31
Jensv
 12 November 2018
Escogí Kentukis como lectura para el 31 de octubre. Tengo que decir que una vez más me traicionaron las expectativas y me imaginaba una historia diferente. Los y las protagonistas de los diferentes relatos nos hablan abiertamente de su soledad o nos permiten entreverla. La alta tecnología llega en forma de Kentuki -muñeco de peluche con cámara que dirige y vigila una persona desconocida desde su casa- para traer consigo un poco de compañía y felicidad; finalmente supuesta, ficticia e incluso peligrosa.

El libro hizo que en mi cabeza aparecieran diferentes preguntas. ¿Estamos preparadxs como sociedad para acoger a la tecnología al ritmo al que avanza? ¿Ella se adapta a nuestras necesidades o somos nosotrxs quienes nos adaptamos a necesidades creadas?

Me asustó el hecho de pensar que a lo mejor no estamos tan lejos de que lo que Samanta cuenta se convierta en real. Me da miedo el hecho de que estando tan cerca y rodeadxs de tanta gente tengamos que recurrir a un aparato para vivir a través de los ojos de otras personas, sin comunicarnos, sin tener contacto y sin dar importancia a la soledad de lxs demás.
+ Leer más
Comentar  Me gusta         10


Comprar este libro en papel, epub, pdf en

Amazon ESAgapeaCasa del libro





Test Ver más

Títulos de ciencia ficción para completar.

Novela de ciencia ficción, escrita por Richard Matheson, en 1975 se titula: "En algún lugar del _________"

espacio
tiempo
universo

10 preguntas
94 lectores participarón
Thèmes : ciencia ficciónCrear un test sobre este libro