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Crítica de lector_salteado


lector_salteado
01 February 2019
Muchos problemas en este libro. El tema es aburrido, obsoleto hace varias décadas. La objeción paranoica contra la irrupción de la comunicación global de la tecnología en la vida cotidiana ya era vieja y algo ridícula en los libros de Negroponte. Además, los dispositivos tecnológicos que funcionan como animalitos de Philip K. Dick ponen un estándar de calidad literaria bastante alta que deja muy mal ubicados a estos kentukis. Quizás un cuento breve hubiera sido mejor, más gótico rioplatense como Pájaros en la boca, que es trivial, pero por lo menos le habría permitido a Schweblin proliferar en ese sadismo teenager que tanta taquilla le ha regalado. Los procedimientos narrativos me parecieron sin vida. Quizás sea intencional de Schweblin, pero en este libro no encontré a nadie. El recurso que sobresale es la redundancia. Insoportable. Ejemplo, abro al azar, página 140: “Sus dos hijas se plantaron frente a la góndola de los kentukis. Estaban en el supermercado, unidas por primera vez en un berrinche conjunto”. La lectura creo que opera tanto por lo explícito del texto, como por las inferencias que activa, creo que “implicature” es el término técnico que usan en pragmática para esta representación de lo inferido. La idea es que una buena parte de la lectura es inferencia, implicación. Si en el español que se habla en Argentina alguien dice “dos hijas”, activa un pensamiento de conflicto. Por eso, el Martín Fierro advierte que mejor los hermanos sean unidos, que no se peleen. Es decir, al leer “dos hijas” queda una hipótesis automática de confrontación. Entonces viene la redundancia: “unidas por primera vez en un berrinche conjunto”. Y empeora. Decir “góndola” en español argentino activa la idea de “supermercado”. Entonces, otra redundancia, también en la segunda frase: “Estaban en el supermercado”. Este efecto estético deriva en una desvalorización de la sucesión de frases. Si ya lo pensé desde la primera frase, cuando me lo explicita en la segunda frase me aburre, me pesa, me desvaloriza la lectura. No logro entender qué lector imaginario pensó Schweblin para este libro.
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