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Críticas sobre Kentukis (37)
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Elmarcapaginasrojo
 14 July 2020
Recientemente Samantha Schweblin ha recibido el premio Mandarache de los jóvenes lectores por su novela Kentukis. Había leído algunas reseñas bastante interesantes y la recomendación por parte de algunos booktubers, así que era una de las novelas que estaba desde el año pasado en mi lista de pendientes.

Los Kentukis son una especie de muñecos interactivos, que recuerdan en algún aspecto a los furbys pero más evolucionados. Algunos tienen forma de pájaro, otros de dragón, otros de oso… con el fin de aparentar seres cariñosos e inofensivos. Pero detrás de los movimientos y las reacciones de estos pequeños robots se encuentra una persona. Una persona que te observa en tu día a día

De esta forma la autora nos habla de un problema actual, la continua sobrexposición en las redes sociales y el abuso de la tecnología que vivimos a día de hoy. La sociedad vive mostrando su vida intima y ha perdido el pudor a que otros vean cómo somos cuando estamos a solas.

La historia está contada a través de las personas que actúan como Kentukis y de manera indirecta de las personas que los poseen. Tenemos desde una señora jubilada que se obsesiona con la vida de una joven, un joven qué ve el negocio que se esconde tras los Kentukis y otro que se obsesiona por escapar de la situación que vive en su casa. Diferentes historias para contarnos problemas reales que se esconden detrás de los muchos perfiles que vemos en las redes sociales.

Leyendo Kentukis, he recapacitado sobre la cantidad de veces en las que antes de hablar con alguien ya no llamamos, sino que recurrimos al whatsapp, de la cantidad de veces que cuando nos sentimos solos necesitamos colgar una foto para transmitir que estamos bien en vez de contar lo que nos pasa y es que a través de estos extraños minirrobots la autora nos plantea todas estas preguntas.

Escrita en de manera sencilla y con capítulos cortos, las historias de los diferentes protagonistas se van alternando. Aunque la novela me ha gustado, sobre todo el tema principal que trata, sí he echado de menos una mayor profundidad en los personajes y es que con apenas 250 páginas al tratar varias historias se me ha quedado un poco corto y creo que podía haber profundizado más en la vida personal de cada uno de los protagonistas. Pero a fin de cuenta si queda planteado de manera clara las carencias en las vidas de cada uno de ellos y el porqué de su obsesión por estos seres,

Destacó la forma de escribir de la autora clara, concisa y cruel cuando tiene que serlo. Me ha recordado bastante a Black Mirror y es que perfectamente podría ser un capítulo de esta exitosa serie. Sin duda leeré más novelas de Samantha Schweblin,

En definitiva, recomiendo Kentukis tanto a adultos como jóvenes. Es una novela que trata un tema muy actual como es la pérdida de humanidad tras las redes sociales, la pérdida de nuestro yo, la pérdida del contacto con la sociedad, con los amigos y con la familia y sobre todo plantea una gran pregunta ¿quieres observar o ser observado?

NOTA: 3/5
Enlace: https://elmarcapaginasrojo.w..
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Zairamec
 08 July 2020

Primera lectura 31 mayo de 2020
Samantha Schweblin es una de las escritoras latinoaméricas que descubrí este año y cada que leo un libro suyo me atrapa aún más, en esta oportunidad quiero hablarles de su novela "Kentukis" si bien ella es una cuentista (una gran cuentista), se ha aventurado en la escritura de novelas que terminan siendo cortas, pero llenas de muchas reflexiones, con personajes con pocas descripciones en lo referente apariencia y nombres, pero con análisis profundos de su cotidianidad y termina con finales abiertos, confusos, inconclusos y para mí, majestuosos (siempre termino aplaudiendo y asintiendo cada vez que terminó un cuento suyo).

Regresando, ¿De que va "Kentukis"?, bueno, es una novela donde el eje central de la narración es lo que hoy se ha convertido en el lenguaje universal, la tecnología y su multiplicidad de dispositivos, aquí estos se llaman Kentukis y son una mezcla de tamagoshis con esos famosos furby que incoporaban inteligencia artificial, solo que aquí son unos peluches con formas de animales reales o fantásticos, como conejos o dragones, que son controlados y manejados por otro ser humano, entonces tu puedes ser dos tipos de usuario, el que compra el Kentuki y que por lo tanto esta abierto a que sea observado por este y los que compran el software que son quienes controlan los kentukis y se meten en las casas de otros, pero aquí todo mundo sabe como funciona, es conciente que quien esta al otro lado de la pantalla es otro ser humano ubicado en quien sabe que lugar del planeta y quien sabe con que intenciones y aún asi acepta hacerlo parte de su vida y de su cotidianidad, la única regla: un dispositivo por cada software, asi que si se daña se desecha y si lo apagas porque te aburres de "tu amo", pierdes tu dinero.

Hasta aquí es el eje central, despues la autora mete estos Kentukis en distintas familias y va contando lo que sucede en cada una de las casas, algunas historias estan centradas en los amos con historias curiosas, divertidas, agradables, es como decirlo, la parte bonita e inocente, ver a otros comer, servir como compañero a una persona solitaria (pues sí, podría considerarse una especie de mascota por la forma que tienen y porque se mueven a voluntad), pero por otro el lado te muestra la parte peligrosa de la historia, secuestro, acoso, abuso, exposición, destrucción. La narración va de una casa a otra, de una familia a otra tipo cortes de cine y con su ritmo te va contando lo que se siente estar en cada uno de esos escenarios. 

Disconfort, sí, fue todo lo que sentí en la lectura. Es una novela que tiene la habilidad de hacerte sentir desconcertado, pero a la vez aburrido, porque a veces da la sensación que no esta pasando nada, pero si tus ojos se fijan bien, si eres capaz de leer y te concentras serás capaz de abrir las cerraduras que blindan todos los escenarios familiares, cerraduras que ocultan los secretos, los problemas, los dilemas, el dolor, el llanto, en fin, los problemas que siempre vienen en las cajas y las bolsas que cada miembro de la familia mete en la casa que se convertirá en su hogar; y son estos secretos los que, sin saberlo (o tal vez sabiéndolo, pero con aceptación conciente) estan dispuestos a revelar a través de una forma aparentemente inocente, un muñeco llamado Kentuki, o tal vez también es solo el reflejo de ese extraño "morbo" o placer que ha invadido la sociedad actual, el querer ser observados pues así podemos curar ese extraño veneno que parece diseminarse en el aire, pues hoy en día solo podemos existir si vivimos en la red (y viceversa).

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AlmaLectora
 03 June 2020
Este libro me ha sorprendido bastante. Primero porque no sabía de lo que trataba y segundo por su estructura. 

Nos encontramos con capítulos protagonizados por diferentes personajes pero sin nexo de unión entre ellos físicamente. Solo les une las criaturas que se han puesto de moda en el mundo, los kentukis. Unos seres interactivos muy parecidos a lo que nosotros conocemos como Furbis. Pero tienen una particularidad, una persona lo compra como mascota y otra compra una clave para manejar un kentuki. Nunca sabe que le va a tocar ni a que casa le van a llevar. 

Con este experimento la autora nos muestra las diferentes personas que compran un producto u otro de los kentukis. Cómo empiezan y acaban relacionándose con ellos. Las personas que puede haber tras la cámara y manejando el kentuki. Unas veces la autora nos presenta pequeños capítulos que pueden mostrarnos un lado del mismo kentuki que en el anterior capítulo, viendo los dos lados de la historia. 

Me ha gustado mucho ver la evolución de algunos personajes y es que algunos si los seguimos a lo largo de varios capítulos y vemos su cambio con las mascotas interactivas. Cuáles eran sus motivos al principio para tener el kentuki y cómo van cambiando a lo largo de la "relación", y como termina toda la historia. Y es que mucha gente crea una imagen, como en las redes sociales, falsa o se imagina que esa persona es así para crear su burbuja de felicidad. Y me ha gustado toda esa crítica social de la autora hacia las redes sociales y los falsos ídolos. 

Creo que lo mejor para saber de esta obra es leerla. Es muy difícil describir todo de lo que habla. Porque tiene tantas historias. Aunque creo que además de ese nexo de unión de los kentukis el otro seria que los personajes al principio estaban solos, se sentían perdidos. Y con la compañía de esta criatura encontraron  ilusión por algo. Pero la autora muestra que todo es una ilusión. Es duro. Pero el mundo es así. Con sus cosas buenas y malas.

En conclusión, una historia sobre unos seres que sacan a los protagonistas de la soledad, dándoles una realidad de felicidad falsa. Y al final la autora se lo demuestra. Pero muestra la vida tal cual. Es una gran critica a las redes sociales y a la actual sociedad que se encierra tanto en vidas falsas o inventadas en internet.
Enlace: https://almalectora.wordpres..
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Relatosymas
 09 May 2020
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CeciHauff
 30 March 2020
Este es el mejor libro que leí en esta cuarentena. Es una obra coral con muchos personajes cuyas historias sólo tienen en común a los kentukis. Todas están muy buenas.

Enseguida pensé en la serie "Black mirror". Lo que sucede es muy verosímil, no estoy segura si llega a ser ciencia ficción, porque la tecnología es muy actual y, tanto los conflictos como los personajes, son realistas.

El antecedente del kentuki podría ser unas mascotas virtuales chinas, que no me acuerdo el nombre porque nunca me interesaron, que hay que alimentar y acariciar virtualmente. Sólo que detrás de cada kentuki hay un ser humano random que pagó para estar ahí, y que podría ser de cualquier parte del mundo. El "ser" que maneja al kentuki no puede elegir qué muñeco va a habitar. Básicamente el kentuki es un tierno peluche con cámaras en los ojos, comandado a distancia por un desconocido.

Es un juego de voyeurismo que se divide  entre los que espían las vidas de los otros y quienes se dejan espiar. Algo muy propio de las redes sociales, sólo que llevado al extremo.

El libro se lee de un tirón, al menos a mí me enganchó. Y lo súper recomiendo, en especial a los docentes que buscan libros para leer con los chicos en el secundario. Creo que se van a enganchar y hay muchos temas para debatir.

Parece que revelé demasiada información, pero no, es sólo el comienzo.

Es el primer libro de Samantha Schweblin que leo y quiero más...


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ColibriAmistoso
 31 January 2020
Hoy os quiero dar mi opinión sobre este libro.

No os voy a mentir, esta genial, te engancha de tal forma que no puedes dejar de leer.

La autora nos presenta un futuro no muy lejano en el que estos "muñecos" aparecen en el mercado para ocupar el espacio de las mascotas tradicionales.
Existen dos tipos de Kentukis: el muñeco y quien observa (desde vete tu a saber donde) a su dueño.
En el libro vamos a meternos en las vidas de muchas personas, quizás mas de lo de debieramos, algunos "son" kentukis y otros "tienen" kentukis.

Descubriremos como los kentukis generan una dependencia casi enfermiza en quienes los poseen, ya que si no se recargan perderan la conexión y no podrán volver a conectarse con nadie, ya que el kentuki solo tiene una "vida".

Vamos a conocer las vidas de mucha gente, como afecta el que alguien este observando a otros, como esas personas que "son" kentukis quieren más de sus amos o quieren ser libres (si es que es posible), como los amos buscan la manera de comunicarse con esas personas que están detras de esa apariencia adorable que le da el kentuki.

¿Conseguirá SnowDragon tocar la nieve y volver para contarselo a los otros kentukis?

¿Y tu, que prefieres, ser o tener un kentuki?
Enlace: https://losviajesdecolibris...
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Jeraviz
 14 October 2019
Samanta Schweblin parte de una premisa muy interesante: los kentukis, unos bichos que tienes en tu casa que sirven de cámara para que otra persona pueda ver todo lo que haces en la intimidad de tu hogar.
Este inicio que parece de Black Mirror le sirve para explorar los límites del anonimato, la privacidad y hasta el vouyerismo.
Muy interesante todo este planteamiento pero se queda un poco corta al explorarlo. Se centra en historias pequeñas del día a día de las personas y no en todos los posibles caminos que ocurrirían si existiese esto. Pero por otra parte, creo que lo hace intencionadamente porque incluso uno de los personajes lo plantea en un momento del libro.

Por eso, 3 estrellas que significan que me ha gustado, que Samanta Schweblin escribe muy bien y que merece la pena leerlo.
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Cacahuete
 17 September 2019
La premisa de la novela son los kentukis. Una especie de furbys a control remoto, que establecen un vínculo entre dos personas: el amo, dueño del kentuki, y la propia mascota, controlada por una persona totalmente anónima desde su hogar. Dos completos desconocidos, uno de los cuales pasa a rondar a sus anchas por la casa de su "amo", con todo lo que ello conlleva. En las diferentes historias que se narran a lo largo de la novela se abordan cuestiones como el miedo a la soledad, la falta de contacto humano, la necesidad de búsqueda de formas de descargar la frustración, el miedo a la tecnología, la intimidad...la verdad, nada nuevo bajo el sol. Sin embargo está escrito con una fluidez y una convicción que engancha desde el principio. Lo que le falta de innovadora lo compensa con una crudeza que en ocasiones se hace algo excesiva. En algunos sentidos podría parecer ya desfasada, dado que el contacto entre personas desconocidas, con los riesgos que ello conlleva, son problemas que surgieron hace décadas, con la aparición de internet, pero quizá por ese motivo, aun a veces nos olvidamos que son temores que aun siguen presentes, y que por desgracia, en muchos casos están fundamentados sobre una base sólida. Quizá la única pega que le pondría es el punto de vista excesivamente negativo, y que al final lleva a que se vuelva predecible.
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Hefesto
 07 September 2019
La obra de Samanta Schweblin parte de una idea aparentemente estrambótica: unas mascotas mecánicas con formas de animales, dirigidas por otros humanos elegidos al azar que pueden observarte e interactuar contigo pero no hablarte y de los que nada sabes en un principio. Sí, ya se que parece demasiado rebuscado e ilógico, que no los dejarías entrar en tu casa y espiarte, pero detente un momento y piensa que esa idea combina la necesidad creciente de gran parte de la población de vivir con mascotas por un lado, y por otro nuestra adicción a las redes sociales en las que podemos exhibirnos o “cotillear” a los demás sin pudor alguno.

Y girando en torno a esto, pasando de puntillas por el debate ético y dando por hecho que la moda se impone al sentido común, la autora argentina construye una obra coral en la que se intercalan relatos de gente que, o bien tiene un “Kentuki”, o decide ser uno de ellos a través de una pantalla y unos sencillos mandos.

La primera historia, fresca y divertida, ya te advierte de los peligros de esta situación y te hace prever que estás ante un thriller y un alegato en defensa de la privacidad. Pero en realidad lo que encontramos en esta obra son las vidas de distintos tipos de personas; ancianas, niños, adultos, oportunistas, malintencionados, pervertidos, gente buena y gente mala, seres a los que su vida les parece poco y otros que se consideran dignos de ser admirados... Y partiendo de estos personajes Schewblin orienta la narración hacia las distintas necesidades de dichas personas para tener/ser un Kentuki y la manera en que estos cambian su existencia. Nos describe diferentes vidas que tratan, casi siempre, de suplir algo que creen que les falta, ya sea compañía, una vía de escape a la cotidianidad o el trauma, un modo de obtener beneficios o la forma de tener a “alguien” en quien focalizar sus actos más viscerales o reprobables. Y es que la autora se permite apuntar en una frase que hay gente que paga por tener a otra persona como mascota, alguien real que les adore, y desde que eso tiene lugar, nada es impensable.

Todas las historias comienzan de un modo más o menos amable y van tendiendo a oscurecerse dando como resultado una novela muy recomendable que, una vez asimilada y reposada (a pesar de su aparente simplicidad), hace que te plantees cuestiones como, por ejemplo, ¿cuál será el siguiente paso en nuestro modo cada vez más impersonal de relacionarnos?
Enlace: https://elyunquedehefesto.bl..
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MariaT
 24 May 2019
¿Dejarían entrar a un completo desconocido a su hogar para que tuviese acceso remoto las veinticuatro horas del día? ¿Qué podría llevarnos a querer comprar un animal de peluche que fuese controlado por una persona completamente anónima desde cualquier lugar del mundo? ¿Qué nos llevaría a adquirir el control de esos animales electrónicos si saber dónde nos tocará despertar o a quién tendrías que hacerle compañía? Hoy quiero hablarles de Kentukis, la nueva y fascinante novela de la escritora argentina Samanta Schweblin.

“Necesitaba saber qué tipo de usuario le había tocado. ¿Qué tipo de persona elegiría «ser» kentuki en lugar de «tener» un kentuki?” .

Nos encontramos en un futuro tan cercano que bien podría ser el presente, en el que existen los kentukis, unos muñecos de peluche articulados controlados a distancia por un usuario anónimo. Cada vez que un usuario compra un kentuki se convierte en el amo, y cada vez que alguien adquiere un código tiene derecho a «ser» un kentuki. Pero mientras que los amos pueden elegir el aspecto de su mascota, las conexiones entre los diversos usuarios son aleatorias y no pueden controlar quién será la persona que los verá a través de la cámara. Los kentukis, además de observar y controlar la movilidad de sus avatares, pueden oír a sus amos, pero no pueden hablar directamente con ellos.

Pero que los muñecos no puedan articular palabras desde sus avatares, no quiere decir que la comunicación no es posible. Amos y mascotas pueden establecer diversas maneras de comunicación, algunas más directas y efectivas que otras. Pero la forma elegida dependerá de cada pareja. Para describir las diversas relaciones que se establecen entre los que eligen tener un kentuki y los que deciden serlo contaremos con capítulos cortos narrados por los más variopintos protagonistas. Algunos funcionan como relatos únicos y cerrados, con protagonistas a los que no volveremos a ver; pero a otros usuarios de esta particular tecnología los seguiremos en el tiempo, y veremos su historia evolucionar para fascinarnos y aterrorizarnos a partes iguales.

“Tenía dos vidas y eso era mucho mejor que tener apenas media vida y cojear en picada. Y al final, qué importaba hacer el ridículo en Erfurt, nadie la estaba mirando y bien valía el cariño que obtenía a cambio”.

Algunas de las historias son realmente impactantes. Otras simplemente crueles y muy humanas, como las de un ancianato que compra dos kentukis para que les hagan compañía a los internos, pero cuyos usuarios deciden suicidarse porque el lugar al que han ido a parar no es lo suficientemente interesante, dejando así perdido tanto el dinero de la conexión como el animal de peluche, creado para una única y exclusiva relación amo/kentuki. Pero esa es solo una de las situaciones normales, porque si le compras un kentuki de regalo a un niño, ¿cómo sabes qué tipo de persona está detrás de la cámara, siguiéndolo día y noche?

Como con toda tecnología, pronto saldrán oportunidades para el mercado negro. Usuarios que compran conexiones para luego revenderlas a personas dispuestas a pagar pequeñas fortunas por la posibilidad de manejar un avatar en las condiciones o lugares que ellos elijan. Eliminando así de la ecuación la aleatoriedad que impone el servicio original. Precisamente a uno de esos revendedores de conexión le seguiremos la pista durante diversos capítulos, y las cosas que va descubriendo a medida que establece más y más conexiones son sorprendentes y espeluznantes.

“Había gente dispuesta a soltar una fortuna por vivir en la pobreza unas horas al día, y estaban los que pagaban por hacer turismo sin moverse de sus casas, por pasear por la India sin una sola diarrea, o conocer el invierno polar descalzos y en pijama”.

Samanta Schweblin logra con un relato adictivo que entendamos qué puede llevar a alguien a buscar la compañía de un desconocido, pero tocará que cada uno analice hasta qué punto está dispuesto a renunciar a su privacidad o a invadir la de otro para conseguir una conexión que parece tan poco real. Por momentos dulce para luego transformarse en aterradora y cruel, es el tipo de novela que cierras pero que se queda contigo, pues consigue que no puedas dejar de pensar en sus personajes y en las situaciones a las que tienen que hacer frente. Como sucedió con Distancia de rescate (pueden leer mi reseña aquí), no puedo hacer otra cosa que recomendarles que le den una oportunidad. Schweblin es una autora que no para de sorprender.
Enlace: http://inthenevernever.blogs..
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