Seduciendo a Mr. Bridgerton

Hay más en ti de lo que los ojos ven, Penélope Featherington.

¿Bajo qué estrella mágica nacería Colin que siempre sabía qué decir? Era el flautista encantado que solo dejaba corazones felices y caras sonrientes a su paso.

- Por el amor de Dios, Penélope - dijo él, cogiéndole la mano y dándole un tirón -. ¿Te vas a casar conmigo o no?

Penélope cayó en la acera cual larga era.

Seduciendo a Mr. Bridgerton es el cuarto libro de los Bridgerton. Como protagonistas tenemos a Colin, el tercer hermano Bridgerton y a Penelope, la amiga inseparable de Eloise Bridgerton.
Penélope lleva enamorada de Colin desde que él se cayó de un caballo delante de ella. Han pasado más de diez años y ella sigue sintiendo lo mismo. El problema es que Colin solo la ve como una amiga.
Pero eso va a cambiar, queridos lectores... Porque aquí entra en juego otra persona, la aclamada Lady Whistledown, la persona que lleva años desvelando los cotilleos de la alta sociedad londinense en su folletín.
Toda la historia de Penélope me ha gustado mucho, ella me gusta mucho, es muy tímida, pero inteligente.
En cambio Colin me ha parecido un cacho de pan sin sal. La envidia que siente por todo aquel que ha hecho algo en su vida, y cómo habla de la gente que trabaja, como los médicos y abogados, porque los que están por debajo de ahí no existen para él... en fin.
Después de la historia de Benedict y Sophie, esta me ha parecido más floja.
El próximo libro es el de Eloise, espero que me sorprenda.

Tal vez los Bridgerton eran como la resolución de un misterio; una vez que se descubre un elemento, solo es cuestión de tiempo para que se descubran todos.

Intentó convencerse de que la belleza estaba sólo un pelín bajo la piel, pero eso no le ofrecía ninguna disculpa cuando se reprendía por no saber jamás qué decir a las personas.
No había nada más deprimente que una niña fea sin personalidad. Una niña fea sin…, ah, bueno, tenía que darse algún mérito, vale, una niña fea con muy poca personalidad.
En el fondo sabía quién era, y esa persona era inteligente, amable y muchas veces incluso ingeniosa, divertida, pero no sabía cómo su personalidad siempre se le quedaba perdida más o menos entre su corazón y su boca, y se sorprendía diciendo algo erróneo o, con más frecuencia, nada en absoluto.

Colin Bridgerton estaba dotado de ingenio, gallardía y un sentido del humor tan despreocupado y travieso para hacer bromas que era capaz de hacer desmayarse a las mujeres, pero principalmente…
Colin Bridgerton era simpático.

- Te quiero. Te amo con todo lo que soy, todo lo que he sido y todo lo que espero ser
...
- Te amo con mi pasado y te amo por mi futuro.. Te amo por los hijos que tendremos y por lo años que tendremos juntos. Te amo por todas y cada una de mis sonrisas y, más aún, por todas y cada una de tus sonrisas.

Penelope se cogió el labio inferior entre los dientes, tratando, sin saber por qué, de reprimir su sonrisa. ¿Bajo qué estrella mágica nacería Colin que siempre sabía qué decir? Era el flautista encantado que sólo dejaba corazones felices y caras sonrientes a su paso. Apostaría dinero, mucho más que las mil libras que ofrecía lady Danbury, a que ella no era la única mujer de Londres perdidamente enamorada del tercer Bridgerton.

En el fondo sabía quién era, y esa persona era inteligente, amable y muchas veces incluso ingeniosa, divertida, pero no sabía cómo su personalidad siempre se le quedaba perdida más o menos siempre entre su corazón y su boca, y se sorprendía diciendo algo erróneo o, con más frecuencia, nada en absoluto.