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Eugenio Oneguin” era un libro al que llevaba mucho tiempo queriendo hincarle el diente. Especialmente porque tengo que reconocer que excepto las dos novelas más famosas de Tolstoi, no he leido nada de los grandes autores de la literatura rusa, algo que espero remediar próximamente. Pero (volviendo al libro que nos ocupa) me echaba un poco para atrás la forma en que estaba escrito. Y creo que el que fuera una novela en prosa poética ha sido lo que, mientras lo leía, ha hecho que me haya gustado si, pero no haya podido conectar con él del todo durante la lectura. Ha sido después de unos días de meditación y de relectura de algunos de sus pasajes, cuando he podido entender toda la grandeza de una novela que a primera vista puede parecer sencilla en estructura y en trama, pero que es terriblemente profunda y desgarradoramente compleja. Todo esto se debe, creo yo, principalmente a su pareja protagonista, Eugenio y Tatiana, que no solo pasan por todo un viaje emocional a lo largo de la obra que acaba cambiándoles para siempre de forma irremediable; y es que por un lado tenemos a Eugenio,un hombre egoísta que esta aburrido de su vida, al que nada le gusta o apasiona, y que lo ve todo desde el prisma del cinismo. Mientras leía sobre él no podía dejar de pensar en la famosa frase de Dante “Los confines más oscuros del infierno están reservados para aquellos que eligen mantenerse neutrales en tiempos de crisis moral”. No obstante, la grandeza del personaje es como va evolucionando a lo largo de la obra, debido a un sangriento suceso que se salda con la muerte de su amigo Lensky, un episodio que marca , aun más, su desencanto con el mundo, pero que, positivamente, le humaniza en sumo grado. Y es que, por su individualismo extremo y su indiferencia a todo lo que le rodea, pierde la oportunidad de ser feliz al lado de Tatiana, una joven que se enamora de él para luego ser rechazada. Este desplante marcara el paso de Tatiana de una joven romántica e inocente, a una dama casada ( con otro hombre) por los convencionalismos, una joven fría e imponente, que acaba convirtiéndose en un pálido reflejo de lo que fue Oneguin, ahora loca e irrevocablemente enamorado de ella. Tatiana es un personaje que empieza siendo netamente romántico, para convertirse en una muñeca rota y desencantada. Su sufrimiento la hace más pragmática y fria con la realidad que la rodea. Es en estos dos personajes donde podemos ver el gran drama de esta historia, lo que Pushkin quiere decirnos con este libro: Como la realidad se acaba por imponerse, y que tan cruel puede llegar a ser, superponiéndose contra los ideales que el romanticismo o la novela suelen enseñar a los lectores. Por contra, al alejarse de esos clichés románticos, al destruirlos, la tragedia de los dos protagonistas les da una gigantesca dimensión realista que hace que el lector conecte y simpatice con ellos. Y eso no pasa con el personajes de Lensky, que vive y muere siguiendo los patrones del romanticismo y que por ello no cae tan en gracia al lector, y no deja de ser un personaje de segunda en esta tragedia, aunque, eso si, muy importante para la misma en su papel de catalizador. A parte de sus personajes dramáticamente humanos, una de las cosas más interesantes de la obra es la gran cantidad y variedad de referencias que la jalonan, Y que permiten ver como la sociedad y la cultura que rodearon la vida de Pushkin le influyeron. Estas referencias, además, permiten dar a la novela un aire de realismo y verosimilitud que la da más estabilidad. El gran handicap de estas referencias es que en muchas ocasiones son esenciales para entender muchos de los conceptos, expresiones o personajes que aparecen y que pueden descolocar o extrañar al lector profano en literatura o cultura rusa, siendo esenciales para entender la historia o para captar lo que Pushkin quiere decir. A todo esto, he tenido la gran suerte de leer la novela con la edición que propone el siempre maravillosa sello de Cátedra, la cual recomiendo encarecidamente. Siempre suelo hacerlo, porque sus ediciones de clásicos son siempre excelentes, pero en el caso de “Eugenio Oneguin” casi me parece necesario usar su edición. La introducción es muy útil para entender la importancia de Pushkin en la literatura rusa y la complejidad de traducir su obra a otro idioma. Y también es muy importante la gran cantidad de nota aclaratorias que jalonan el texto y que ,como he dicho antes, son esenciales para comprender la obra, sin ellas el texto, realmente, pierde mucho. Dostoievski dijo, con toda la razón que “Oneguin refleja Rusia mejor que nada”, hay que llegar a la conclusión de que Rusia es belleza, pasión, verdad, dolor, sangre, desengaño y madurez”. Y tenia toda la razón. Si no esta novela no solo de la literatura res rusa, si no la de el resto del mundo no habría sido lo mismo. + Leer más |