Parisina de Lord Byron
A veces en lo interno de su alma Se agitaba un extraño sentimiento De amor y de ternura por los seres Que destruyó la muerte con su aliento |
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/La teniente Valentina Redondo y su compañero Oliver deciden tomarse unas vacaciones y viajan a Escocia para visitar a la familia de este. Su padre, Arthur Gordon, está empeñado en recuperar parte del patrimonio y de la historia de sus antepasados y ha adquirido el castillo de Huntly, en las Highlands, que había pertenecido a su familia hasta el siglo XVII. Durante la rehabilitación del edificio encuentra un diminuto despacho que llevaba oculto doscientos años y en él, documentos que revelan que las memorias de Lord Byron supuestamente quemadas a comienzos del siglo XIX pueden seguir intactas y hallarse entre esas paredes. » Suscríbete a este canal aquí: https://www.youtube.com/channel/UCxST... Conecta conmigo en redes: Instagram: https://www.instagram.com/atrapalibro... Facebook: https://www.facebook.com/Atrapalibros... Twitter: https://twitter.com/Atrapalibros_es
Parisina de Lord Byron
A veces en lo interno de su alma Se agitaba un extraño sentimiento De amor y de ternura por los seres Que destruyó la muerte con su aliento |
Don Juan de Lord Byron
Ella era un paisaje suave y de territorios amables donde todo era armonía, quietud y serenidad, lujoso y floresciente, vivaz sin regocijo y, si no de la felicidad, mucho más cercano que vuestras egregias pasiones, de todo aquello que algunos llaman "lo sublime". Yo ojalá lo intentaran: he visto vuestros mares y mujeres tormentosas y compadezco más a los amantes que a los marinos. |
Don Juan de Lord Byron
A ti te queda aún mucho arco iris en el firmamento, pero el mío ya se esfumó. De joven, todo empieza con sentimientos fervorosos y miras elevadas, pero el tiempo va desgarrando nuestras ilusiones sistemáticamente, y cada año una nueva decepción nos despoja, como serpientes, de nuestra brillante piel |
Don Juan de Lord Byron
¡Qué hermosa estaba! Su corazón maduro ardía en sus mejías y no sentía ningún desdoro. Oh amor, cuán perfecto es tu aire místico, que da fuerzas al débil y aplasta al fuerte. Cuán engañados están los mortales más doctos, a los que tu señuelo ha arrastrado. Era inmenso el precipicio que ante ella se abría, tanto como su fe en la propia inocencia. Pensaba en su fuerza y en la juventud de Juan, en lo débiles que son los temores del recato, en la virtud victoriosa, en la realidad doméstica y en los cincuenta años de Don Alfonso. Bien desearía yo que así no fuera, pero a esta edad rara vez se hace uno querer y, en toda ocasión, ya bajo el sol o en la nieve, discorda con el amor aunque abunde el dinero. |
Parisina de Lord Byron
Un corazón ya muerto a la alabanza, Y a la censura muerto, Y a la fe y al amor y a la esperanza. Un corazón que de sí mismo huía, Que ceder no quería Y que olvidar tampoco le era dado |
Don Juan de Lord Byron
Yo escribo sobre lo primero que me viene a la cabeza Este relato no intenta ser relato, sino una mera excusa fantástica e inconsistente para decir cosas vulgares y a veces tópicos. |
Sardanapal de Lord Byron
¡Esclavos ingratos! Murmuran porque no he derramado su sangre, porque no los he llevado a los desiertos para hacerles morir se sed, a millares, en ellos, o a las orillas del Ganges, para bloquearlos con sus osamentas ... Murmuran porque no los he diezmado con bárbaras leyes, porque no he hecho construir a costa de sus sudores piramides o las murallas de Babilonia.
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Parisina de Lord Byron
Quiso hablar, pero en vano… La palabra en sus labios expiraba, Y triste parecía Que en el sordo gemido que lanzaba Entero el corazón en él vertía. De nuevo quiso hablar, pero su acento Se convirtió en un grito prolongado, E insensible en el frío pavimento Como piedra cayó su cuerpo helado |
Parisina de Lord Byron
«No pienses que la muerte me da espanto A tu lado me has visto De la batalla en el fragor; tú sabes Que inútil en mi diestra nunca ha sido La espada que tus siervos De mi mano arrancaron, y más sangre En tu propia defensa ella ha vertido Que hará verter el hacha del verdugo |
Childe Harold's Pilgrimage de Lord Byron
Oh vosotros que habéis seguido las huellas del Peregrino!, hasta el fin de esta jornada, que es la postrera, si por ventura queda grabado en vuestra memoria alguno de sus pensamientos, si conserváis algún recuerdo suyo, no en vano habrá calzado sus sandalias y empuñado su bordón
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Gregorio Samsa es un ...