Insolación

"Insolación" de Emilia Pardo Bazán
La acción comienza in media res y cuenta cómo la protagonista, Asís Taboada, Marquesa de Andrade, sufre una fuerte jaqueca producida por una resaca etílica. La joven viuda se encontró el día de san Isidro, con el apuesto gaditano Diego Pacheco, quien la invitó a pasar el día en la feria de San Isidro. Después, ella se avergonzara de saberse seducida por Pacheco y se sentirá mal por lo que pasó. Ella misma se debatirá entre lo que sienta y lo que se supone que debe sentir una mujer de su condición.
*Me ha gustado mucho esta historia. Durante la trama, seremos testigos del debate interno de la marquesa de Andrade; el enfrentamiento entre la moral de la época, que condena los deslices y su propio deseo, hasta el sorprendente final. Emilia nos presenta una historia muy bien escrita y con una trama muy adelantada a su época.

Nos situamos en la España de finales del Siglo XIX junto a Asís de Taboada, señora marquesa viuda de Andrade. Asís, gallega de treinta y dos años, se casó muy joven con un hombre mayor y tras enviudar, lleva la vida que la sociedad impone a alguien de su condición, manteniendo una conducta intachable. Sin embargo, en una estancia en Madrid conoce a un gaditano, Diego Pacheco, que la remueve de manera inesperada. Este andaluz la lleva por un camino que ella jamás pensó que tomaría, y las normas morales y sociales que lleva tanto tiempo cumpliendo a raja tabla, las echa a perder en cuestión de horas... Asís y el gaditano vivirán una serie de experiencias que los unirá de forma especial y poco a poco, aquello que ella pensó que sería un alto en el camino acaba siendo algo más. La moral social la persigue, lo estipulado socialmente para una mujer como ella la asfixia y la martiriza con remordimientos y cargos de conciencia.

Me ha gustado el estilo narrativo de la Bazán, así como la estructura que elige para esta novela. Inicia con el sofoco y desasosiego de esta viuda gallega y con buen ritmo vamos viendo la base del asunto y qué ocasiona ese malestar en la protagonista; al avanzar también somos partícipes de su evolución y se llega a un cierre que me ha resultado emocionante y, ¿por qué no?, explosivo, aun en su sutileza. Ha sido una experiencia lectora muy amena y me ha gustado acompañar a Asís en, lo que yo considero, su crecimiento personal: supera lo impuesto por la sociedad y lo que ella misma se autoimponía (derivado de esas normas sociales aprendidas). La defensa de la igualdad entre hombres y mujeres está presente. Lo único que me ha chirriado un poco es el personaje de Pacheco 😕 (me explico en el blog).

Este ha sido mi estreno con la autora y me deja con ganas de seguir explorándola. n fin, una buena novela, de estructura atrapante, amena y de mensaje muy moderno para la época en la que fue escrita. Hablo más detalladamente sobre ella en el blog.
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Leer a Emilia Pardo Bazán siempre es maravilloso pero, en esta ocasión, además, es divertido, muy divertido.

Emilia nos muestra en esta ocasión, cómo una viuda joven, tras haber pasado el luto reglamentario, se siente atraída por un hombre, pero su moral, su educación y su ética, hacen que sienta que está haciendo algo indecoroso, irrespetuoso y algo escandaloso. Veremos su constante lucha interna por hacer lo que la sociedad recatada y mojigata de la época manda o seguir haciendo lo que su corazón siente.

Las descripciones que la autora hace en este libro son muy directas, preciosas y muy gráficas, llenas de metáforas que ayudan al lector a imaginarse cualquier escena a las mil maravillas y de una manera muy sencilla.

Leyendo la historia, es impresionante pensar y darse cuenta en el año en que fue escrita. Es curioso como muchas de las críticas que en esta obra se plasman, siguen ocurriendo en cierta medida en nuestro día a día, y te hace comprender lo adelantada que fue en su tiempo la autora.

Los personajes masculinos me han resultado repulsivos a más no poder. Tengo que decir que al principio Gabriel me caía en estima pero, tras una frase demoledora, se me cayó del pedestal dónde lo tenía subido. La verdad es que la autora refleja a la perfección los caracteres que deseaba implementar a sus personajes y es muy fácil ponerse en el lugar de cada uno de ellos, aunque no compartas su manera de ser o de comportarse.

Sin duda con el personaje que es más fácil conectar, es con nuestra protagonista, Asís, Marquesa de Andrade. Es un personaje con el que dan ganas de quedar para ir a tomar algo y contarse las penas mutuamente.

Tengo que confesar que el final me ha dejado muy fría y no me ha convencido del todo. También me ha sorprendido, ya que no pensé que la autora le fuera dar ese final y, aunque entiendo los motivos por los que lo hizo y el valor que eso tiene a la historia, me ha dejado bastante decepcionada.

He disfrutado mucho con esta historia, ha resultado ser agradable y muy divertida, y me ha reafirmado en mis ganas de seguir leyendo a esta maravillosa autora

Hay lecturas que nos acompañan durante toda nuestra vida. Así, cuando conocí a la marquesa de Andrade, no podía comprender qué había visto en ese seductor vago y provinciano que es Diego Pacheco. Él podría hacer mucho con su vida, incluso medrar en política y cumplir así los deseos paternos, pero ha ido dejando escapar su existencia entre los brazos de una u otra mujer que, más pronto que tarde, le resulta un aburrimiento. Qué grandioso espécimen para mi yo adolescente, que lo imaginaba alto, guapo y terriblemente atractivo, por aquello de compensar tanto como debería para atraer, de alguna manera, a Asís Taboada.

Insolación (Historia amorosa), es una novela de Emilia Pardo Bazán (1851-1921) que fue publicada en 1889. En ella realiza un estudio psicológico de los personajes que muestra su acercamiento al espiritualismo y el alejamiento del naturalismo imperante en su conocidísima obra Los pazos de Ulloa (1886). In media res, acompañamos a Asís, joven marquesa viuda, en su resaca, tras un día de fiesta en la romería de San Isidro, en compañía del calavera andaluz Diego Pacheco, con el que había coincidido en alguna reunión social. En ella, la protagonista es víctima de la insolación propia de un día de verano y también de la vergüenza que la abrasa, ya que es plenamente consciente de los intentos de seducción del caballero. Y de sus posibles consecuencias.

En una época en la que la mujer sólo tenía dos caminos, el matrimonio o la condena social -también existía la posibilidad de encerrarse en un convento-, Asís no toma una decisión basada en el romanticismo, ni en el cortejo de su andaluz. Ella decide saltarse la doble vara de medir propia de su tiempo y encontrar la fórmula para disfrutar de su vida y de su cuerpo. 

Dedicada a José Lázaro Galdiano (1862-1947), «en prenda de su amistad», para disgusto de Galdós y disfrute de la condesa, que en la Exposición de Barcelona de 1888 conoce a un joven muy prometedor, de muy buena planta y grandes inquietudes culturales con el que realiza una excursión que pasará a la historia. Como Asís, Emilia, vivirá y gozará, dejando de lado las estrictas normas de la mesocracia, aunque eso le lleve a disculparse con Benito, sin dejar de cultivar la amistad con Galdiano, al que no duda en ayudar desinteresadamente con su revista La España Moderna (1889-1914). Más Emilia, por favor.
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No se puede decir que no haya yo celebrado este año el aniversario de la muerte de Emilia Pardo Bazán. Tercera novela de la autora que devoro este año. En esta ocasión, he querido hacer un cambio de registro absoluto, acostumbrada al realismo naturalista de sus obras o a sus cuentos de terror góticos, afrontar una novela en clave de humor de esta autora me resultaba de primeras un poco desconcertante. Pero no, Emilia lo ha vuelto a hacer y demuestra su versatilidad sacándose de la manga esta historia hilarante y desternillante, en el Madrid más costumbrista de finales del siglo XIX.

A pesar de que en el subtítulo de la novela aparezca la palabra amor, en Insolación viviremos el romance más físico y visceral entre Asís, condesa de Andrade, y Diego Pacheco, un gaditano saleroso y vividor que no duda en echar sus redes a la joven viuda. Un arrebato amoroso, tórrido, como una insolación, une a estos personajes a lo largo de una jornada festiva en el San Isidro más chulapo y tradicional, que termina con la accidental indisposición de la condesa a causa de una “insolación” (que las copitas y el calentón no han tenido nada que ver, nótese la ironía). Esta situación agitará conciencias y pondrá en duda los valores morales de la época, una dura y acérrima crítica social al Madrid más conservador, a través del debate interno de la protagonista acerca de su actuar y sus sentimientos. Una novela rompedora e innovadora en su temática, y en su atrevido argumento.

Qué decir de su estilo, fresco, ágil, cargado de realismo en sus descripciones, en los personajes, e incluso en las expresiones que los acompañan, reflejando dialectos, modismos y locuciones típicas de la época. Una delicia que no podéis dejar de leer, porque es de esas lecturas que dejan buen cuerpo, buenas sensaciones, y una sonrisa permanente durante todo el día.

Super recomendada también esta edición ilustrada que me ha acompañado en mi lectura, divertido y precioso dibujo para acompañar a una historia que se me ha quedado grabada en el corazón.

Solo había leído Los pazos de Ulloa de esta autora, por lo que no me esperaba para nada lo que he encontrado en este libro.
Al principio me costó un poco adaptarme a la forma de escribir y de narrar, pero una vez le cogí el gusto, me encontré con un relato lleno de toques de humor y con temas que, tras cien años desde que se escribió, siguen siendo actuales. Sobre todo, tengo que decir que me ha encantado la forma en que habla la autora sobre el papel de la mujer, y cómo lo expresa, con ironía y cierto sarcasmo.
Es verdad que, al haberlo leído en dos veces, la segunda parte se me hizo un poco más pesada, creo que, al ser un poco complejo de leer, debería haberlo hecho del tirón y sin parar, ya que es un bastante cortito.

Insolación es una historia de amor protagonizada por la marquesa de Andrade, una gallega viuda y un poco ingenua, y Pacheco, un Don Juan andaluz que se enamora por primera vez en la vida. A través del relato Emilia nos introduce en la historia de amor y además, en la jerga del momento, con esas palabras tan típicas, y también nos pasea por un Madrid no saturado de edificios.
Este libro es uno de mis favoritos de Emilia y os voy a dar las razones. Emilia tiene un talento para atraerte a su mundo, y eso hace que en cada uno de sus libros la ambientación, sin exceso de descripciones, hace que te figures en el medio de la habitación. En Insolación, un libro tan corto, te ves detrás de Pachecho y Asís, del carruaje, en el palomar en el piso de la marquesa. Esa es la magia de Emilia, además de que como he mencionado en la sinopsis, la jerga del momento acompañan a una ambientación única y a una historia de amor irrisoria que te recuerdan a las películas de Paco Martínez Soria y de Lina Morgan, pero que tiene una base real.

¿Vosotras os fiaríais de un Don Juan? Pues la marquesa de Andrade, como buena gallega, es desconfiada, y toda esa palabrería de Pacheco, tan propia de los andaluces con ese carisma que los caracteriza, le vuelve loca la cabeza pero a la vez la engatusa. Insolación es uno de esos libros que pierden si lees la sinopsis y cuando te encuentras leyendo el libro sólo te puedes reír y maravillarte con la historia. Sin duda, Emilia sabía muy bien construir a sus personajes y conocía muy bien Madrid, Galicia y hasta Andalucía.

No os podéis perder este libro si queréis una historia de amor diferente, para reíros y para adentraros en otra época con esas conversaciones llenas de jerga popular.

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«Pues anteayer (para venir al asunto) estuvo el comandante […] haciéndome reír con sus manías», cuenta la marquesa Francisca Taboada (Asís), la protagonista de Insolación, al inicio de la novela. «Le sopló la ventolera de sostener que España es un país tan salvaje como el África central […] El primer rayito de sol de España […] no bien asoma, produce una fiebre y una excitación endiabladas… Se nos sube a la cabeza».
Es en Madrid, en la tertulia semanal en casa de la duquesa de Sahagún, donde Emilia Pardo Bazán introduce la presencia del ya conocido comandante Gabriel Pardo de la Lage (La madre naturaleza), que representa el personaje anacrónico de la acción, la nota discordante de un piano supuestamente afinado. En este caso la elocuencia de su discurso es el preludio de los posteriores acontecimientos, por lo que conviene prestar atención a sus palabras: con el sol sale a relucir la naturaleza salvaje de los españoles. Suena a chiste claro, o a película de terror. Imagínense el posible argumento: mientras el hombre en París se transforma en lobo por influjo de la luna llena, el español deviene en bárbaro con el sol. «Aquí está nuestra amiga Asís, que […] sería capaz, al darle un rayo de sol en la mollera, de las mismas atrocidades que cualquiera hija del barrio de Triana…», manifiesta Gabriel Pardo sin tapujos. Por supuesto, Asís se toma la perorata del comandante por el lado de la guasa, y, con motivo de la festividad de San Isidro, le pregunta en tono burlón: «¿También criticará usted las ferias y el santo?» A lo que Gabriel Pardo responde: «Aquello es un aquelarre, una zahúrda de Plutón». «¡Qué teorías, Dios misericordioso!», exclama Asís, y, haciendo caso omiso de las advertencias, se va al día siguiente a la feria, acompañada del guapo de la tertulia, el joven gaditano Diego Pacheco, un mujeriego «de tomo y lomo».
Leer Insolación, publicada en 1889, sabiendo que es la viva reproducción de la pasión amorosa y sexual de la propia Emilia Pardo Bazán, suscita el deseo de conocer la identidad de ese señor tan pícaro que dinamitó los cimientos de su tan asentado catolicismo. «Pero, ¿es de veras? Pero, ¿me ha pasado eso?», se pregunta Asís, el día después de San isidro. «Confiesa, Asís», se espeta a sí misma: «No andemos con sol por aquí y calor por allá […] Nada chica, nada. Un pecado gordo en frío […] ¡Te luciste!»
Gracias a la publicación de “Miquiño mío”: Cartas a Galdós, sabemos que el gran amor de Emilia Pardo Bazán fue Benito Pérez Galdós. En él probablemente está basado el personaje de Diego Pacheco, pues ambos comparten ciertos rasgos de carácter: son silenciosos y reservados en sociedad, y efusivos y pasionales en la intimidad. «Con decirte que somos jóvenes, y que no hay mayor tontería que llegar a la vejez sin probar cuánta manzana y cuánto melocotón y cuánta breva dan los frutales de la vida…», escribe Don Benito en La Incógnita, novela epistolar en la que habla de sus sentimientos hacia Emilia (encarnada en el personaje de Augusta); y donde se percibe el juego de seducción (al igual que en Insolación) con sus tácticas de «tira y afloja», resistencia femenina y «acoso y derribo» masculino hasta la consecución del amor carnal.
El empleo del narrador en primera persona favorece aún más la identificación entre Emilia Pardo Bazán y el personaje de Asís Taboada, que comparte con la autora ciertos rasgos de carácter biográfico (figura paterna, origen y clase social e infeliz matrimonio) y también un característico sentido del humor. de hecho la novela está escrita en tono jocoso, con un lenguaje conciso, ingenioso, mordaz, e incluso coloquial. Los personajes hablan de forma natural, con sus expresiones castizas, su peculiar acento y/o su mala pronunciación: «Arrastrá, condená, tía cochina, que malos retortijones te arranquen las tripas, y malos mengues te jagan picaíllo a los jígados…». Todo ello provoca enseguida la simpatía y la hilaridad en el lector. Además, las escenas mostradas, con unas descripciones soberbias, son de un costumbrismo y un casticismo feroz, y reflejan ese ambiente de jarana, juerga o cachondeo tan propicio para la desinhibición amorosa de los protagonistas.
La novela, por tanto, con una mescolanza del naturalismo, el costumbrismo, el romanticismo, el realismo y la introspección, resulta original e inédita, alejada de las corrientes literarias del momento, donde los máximos exponentes del romance son las novelas realistas Anna Karénina y Madame Bovary, ambas de tono trágico y desenlace fatal. Y esto sucede, no porque Emilia busque innovar, sino porque utiliza todos los recursos que conoce para narrar de la mejor forma posible la historia que quiere contar, reivindicando así el derecho de la mujer al amor, a la pasión y a la sexualidad.
Emilia critica la doble moral de la sociedad y habla sin cortapisas de la monarquía, de la iglesia, de la diferencia de clases y de las costumbres de la época, sin obviar las polémicas corridas de toros. Estas cuestiones captan sin duda nuestra atención, sin embargo, lo que buscamos con ahínco en Insolación es la respuesta a las habituales preguntas: ¿Conseguirá Pacheco llevarse a Asís al huerto? ¿Será amor o solo sexo? Suceda lo que suceda, querido lector, «la culpa la tiene el sol».

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Insolación es una novela escrita y punlicada en 1889 que se aleja del naturalismo que caracteriza las novelas de la autora para profundizar en la psicología de los personajes.

Pone en duda los valores morales y la doble forma de ver las cosas de la época a traves de una aventura que tiene una viuda con un andaluz mas joven que ella. Pasará toda la novela debatiéndose entre si está bien o no lo que esta haciendo y pensando todo el tiempo en el que dirán y la autora lo refleja en el mismo título del libro donde juega con el doble significado de la palabra Insolación. Una asociación muy graciosa bajo mi punto de vista.

Me ha gustado mucho el trasfondo de la novela pero me ha costado entenderla un poco por el vocabulario que usa.

La edición de Rba contiene también 11 relatos con una temática en común de las bodas y la forma en que elegimos a la persona que pasará el resto de nuestros días con nosotr@s. Mis 2 favoritos han sido Feminista y El encaje roto.

Insolación: ¡qué buena metáfora! del resacón, de la calentura y casi desvanecimiento, de la fuerza de la Naturaleza en nuestra propia máquina vital.

Y, sin embargo, la Idea. Naturalista y "espiritualista" (¿? Idealista más bien) nos enreda La Condesa esta historia amorosa en la que muestra aún algunos rasgos de su producción anterior (sobre todo en la figura de Gabriel de Pardo, amigo de la protagonista, crítico "de boquilla" y cínico soberbio) pero en la que desarrolla una compleja y asombrosa técnica narrativa, desde y hacia la alcoba de Asís, pasando por la feria de San Isidro, los merenderos de Las Ventas... y un estudio psicológico de la marquesa viuda que en su día causó revuelo y hoy nos merece cariñoso asombro.

Libre te quiero. Libertad no conozco sino la de estar preso... Líbranos de la determinación, poderosa Emilia: Insolación.

"Yo, a todo esto, más divertida que en un sainete, y dispuesta a entenderme con las chuletas y el Champagne. Comprendía, sí, que mis pupilas destellaban lumbre y en mis mejillas se podía encender un fósforo; pero lejos de percibir el atolondramiento que suponía precursor de la embriaguez, sólo experimentaba una animación agradabilísima, con la lengua suelta, los sentidos excitados, el espíritu en volandas y gozoso el corazón."

"así como después de un largo viaje parece que la ciudad de donde salimos hace tiempo no existe realmente, al despertar suele figurársenos que las fiebres y cuidados de la víspera se han ido en humo y ya no volverán a acosarnos nunca. Es la cama una especie de celda donde se medita y hace examen de conciencia, tanto mejor cuanto que se está muy a gusto, y ni la luz ni el ruido distraen. Grandes dolores de corazón y propósitos de la enmienda suelen quedarse entre las mantas."