Sin amor

Me ha gustado MUCHO. Lo he leído despacito porque sentía que la historia lo merecía. Si me gustó la Alice de los cómics, la novelista me ha cautivado y me ha hecho darle muchas vueltas al tema central, a que, realmente hay personas que no sienten ni sentirán el amor romántico o la atracción sexual y no por eso carecen de muchos otros sentimientos y que, una vez asumido y comprendido, el mundo sigue girando y ofreciendo toda una vida llena de oportunidades.💞

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¡Pero qué lectura tan cozy y bonita!

Creo que si no lo hubiese leído a través del audiolibro, se me hubiese hecho una lectura un tanto cuesta arriba, básicamente porque la trama es inexistente y los capítulos son un ir y venir de los personajes, de conversaciones, de paseos, de entenderse... Sí, si tuviera que dar una «trama», sería la de entenderse, de conocerse y no juzgarse. Argumento no habrá, pero evolución, un rato.

La propia sinopsis lo dice, aunque Georgia no lo asume ni le da una verdadera palabra hasta casi la mitad del libro, pero... sí, este libro le da toda la importancia y una descripción perfecta de lo que es ser arromántique y asexual. ¡Y menuda maravilla poder conocer más! Es una verdadera pena que sean términos y definiciones que, aun en la actualidad donde se da mucha representación del colectivo, queda tan relegada que se la ve como algo extraño e inventado, pero no, es real y el ignorar su existencia produce el mismo daño que no querer entender cualquier otra sexualidad del colectivo "más conocida". Porque no, el fin de la vida de las personas no es solo casarse y ser felices para siempre, no es encontrar una persona con la que tener una relación (sea temporal o dure en el tiempo), sino que la finalidad de los seres humanos es ser felices, da igual de qué forma se llegue a ello (a ver, evidentemente sin hacer daño a terceros, aunque creo que se sobreentendía). Y que las amistades tienen el mismo poder que la de un amor de pareja.

Ay, los personajes son realmente adorables, cada uno con sus dramitas y sus historias, algunos con amistades que venían desde antes y otras creándose de cero. Me gusta mucho cuando veo las primeras chispas de una amistad, por eso creo que me ha gustado tanto ver a Rooney y Georgia conociéndose, entendiéndose, queriéndose. Creo que es de las amistades más bonitas que he visto en mucho tiempo. Aunque hubiera una parte que no entiendo muy bien por qué Georgia se guardaba información en vez de ponerle el punto a un problema que surge. En plan... ais, estaba tan contenta leyendo y pensando que qué bonito es un libro juvenil sin problemas de comunicación, cuando pasa. En plan ¿hola? Si tienes una información de la que carece otro personaje, ¿no es más sencillo hablarlo? Si te da cosa decirlo sin más por si a la persona a la que pertenece la información le molesta, ¿por qué no hablarlo y después arreglarlo? Que se monta un pollo por no hablar de lo que se sabe.

En fin, dejando ese aspecto a un lado, el resto del libro es que es muy cozy. Y punto. Nada más que añadir. Bueno, y que no solo hay representación arro y ace, sino de más partes del colectivo y es tan sencillo y bonito y pues solo eso. Que quiero más libros que metan representación LGTB+ de manera tan perfecta y sin dramas. Gracias.

Nuestra protagonista es Georgia, una joven fanática de las historias románticas en las películas y fan fics, pero que nunca se ha enamorado. Georgia acaba el instituto sin haber besado a nadie y sin haber tenido nunca un flechazo y decide que cuando empiece la universidad todo va a ser distinto. Quiere encontrar a alguien y enamorarse, como hacen todos. En la universidad comparte habitación con Rooney, una chica que es todo lo contrario a ella y a quien pedirá ayuda para encontrar pareja.

Una de las cosas que más me gustan de las historias de Alice Oseman es que tienen mucha diversidad y dan voz y visión a colectivos que tienen muy poca representación. Este libro se centra principalmente en la asexualidad, pero también se habla de otros tipos de orientación sexual. Alice Oseman siempre trata con mucho cuidado y mimo los temas importantes como la sexualidad y la identidad personal y me ha parecido que se representa bastante bien el tema de la asexualidad.

Me ha gustado mucho la evolución de todos los personajes, especialmente el de Georgia. Georgia se siente rara y piensa que hay algo en ella que no está bien. Intenta encajar haciendo lo que todos los demás hacen. Y al final tiene que descubrir quién es e intentar aceptarse a si misma.

Es una novela de amor, pero no solo habla de amor romántico. Habla también sobre la importancia de la amistad y de quererse a uno mismo.

Una historia muy entretenida y fácil de leer, con capítulos cortos que hace que la lectura sea amena. Igual un poco largo para lo que quiere contar porque la historia gira siempre en torno a la misma idea.

Georgia es una fanática del amor pero cuando acaba el instituto se da cuenta de que nunca lo ha experimentado, así que decide que es el momento de cambiar eso. Contará con la compañía de sus mejores amigos, Pip y Jason, y su nueva compañera, la peculiar Rooney.

En cuanto empieza la universidad hará todo lo posible por sentir ese flechazo, por hacer lo que todos los demás hacen, encajar y dejar de sentirse tan rara. Veremos muchas situaciones en las que la propia Georgia, y algún amigo con buenas intenciones, la forzarán para lograr sentir algo.

Pero quizá Georgia no se conoce del todo a si misma y lo que va descubriendo no sabe si le gusta. Conforme va haciendo pruebas y tratando de sentir algo descubre la asexualidad y todo lo que implica. Georgia se siente fuera de lugar y lo único que quiere conseguir es encajar, cueste lo que cueste.

Dispuesta a todo por sentirse como los demás, cometerá muchos errores y hará daño a la gente que quiere y así misma. Pero al final aprenderá, se aceptará a si misma y el hecho de tener una orientación sexual que no conocía hasta ahora.

Es una novela que trata del amor en formas diferentes como puede ser la amistad o el amor por uno mismo, una pieza fundamental de la lectura. Aceptarse a uno mismo puede ser un paso muy difícil cuando se sale de los baremos clásicos de la sociedad.

También tendremos teatro y es que nuestros personajes principales son fanáticos de este arte y lo interpretarán durante la historia. Por supuesto no faltarán fiestas, iniciativas y sociedades características del mundo universitario.

Una pieza fundamental de esta novela son los personajes. Tenemos una historia coming of age en la que tanto la protagonista como los personajes secundarios aprenden y crecen como personas. Georgia tiene una gran construcción, pero el resto de su entorno no se queda atrás, mostrando así diferentes facetas por las que pueden pasar los jóvenes. En algunos momentos tienen comportamientos irritantes pero son muy acertados y reales, muy coherentes con la edad que tienen.

En cuanto a la forma de escribir de la autora, tengo que decir que Alice Oseman me convence como novelista. Es un estilo cercano y directo, no tiene muchas florituras y se centra en transmitir las emociones y los pensamientos de los personajes.

"Sin amor" es una historia muy necesaria que habla sobre la asexualidad, el amor y la amistad y también sobre la importancia de conocerse y aceptarse a uno mismo.

Sin amor es un libro que me ha llegado a muchísimos niveles, me ha hecho reír, emocionarme, enfadarme, gritar, sonreír, aprender... Es una historia que te deja super calentito el corazón. Lo empecé porque me llamó la atención que la protagonista fuera arromántica y asexual, ya que no sé mucho del tema, y porque tengo pendiente leerme todo lo de Alice Oseman porque amo sus historias.
Toda la trama gira en torno a Georgia, nuestra protagonista, que tiene 18 años y unas ganas locas de enamorarse. Veremos cómo empieza la uni, y cómo se frustra una y otra vez, en su intento de buscar el amor. Lo más destacable de la obra son las relaciones que se forman, las que se mantienen, y cómo todas evolucionan, de una forma natural, nada precipitado ni forzado. Hay reflexiones acerca del amor y la amistad que son brutales. Puntos de vista en los que nunca me había parado a pensar. Hay drama, mucho drama, hasta cuando ya no quería más, aparece de nuevo, pero todo merece la pena al final.
También me ha hecho reflexionar sobre mí, ya que me he sentido identificada tanto con Georgia como con Rooney en diferentes momentos, cosa que me ha parecido bastante curiosa, puesto que nos las pintan como el día y la noche.

Ha sido un libro que me ha mantenido enganchada de principio a fin, la pluma de Alice Osman es fresca, original, y entretenida. Ha sido muy fácil meterme en la historia, pues la forma de narrar la trama y los diálogos son muy cercanos, y en ningún momento se me han hecho tediosos y más al pensar que tenía más de 400 páginas, lo cual me suele agobiar, pero en este caso no ha sido así. Por otro lado, ha sido una historia en la que he aprendido mucho y que también me ha hecho replantearme cosas.

Hasta ahora había leído ya varios libros en los que se mencionaba o era protagonista el colectivo LGTB, pero en este caso el colectivo que nos encontramos es mucho más mayor, pues nos encontramos con personajes que no son solo homosexuales o bisexuales, como se suele encontrar en la mayoría de libros new adult, sino que nos encontramos con otros términos no tan conocidos actualmente, y yo soy la primera que ha aprendido mucho acerca de estos ya que apenas los conocía.

A lo largo de la trama vamos viendo como Georgia se pregunta una y otra vez que le sucede, porque no encuentra el amor, porque le da repelús besar a alguien e incluso se plantea si es que algo está mal en ella misma. Para Georgia nada de esto tiene sentido, ella sabe mucho de amor, ha visto muchas películas y ha leído muchos libros de este tema, por lo que el amor en sí no es un desconocido para ella, lo que sí es desconocido es sentirlo en su propia carne y vivirlo. Y, aunque es un dilema que recorre su cabeza a lo largo del libro, hasta que por fin entiende lo que le pasa, no ha llegado a ser tedioso ver como una y otra vez se planteaba lo mismo, pues Georgia va buscando en todo momentos diferentes puntos de vista para sobrellevarlo y entenderlo.

Pero, la trama no sólo trata acerca de Georgia, pues justo acaba de empezar la universidad así que vamos viendo como se va adaptando a este nuevo mundo, mientras que tiene que ser más independiente. Para ello tendrá la ayuda de sus mejores amigos Pip y Jason, pero también de Rooney su compañera de habitación y de clases. Y además, también conoceremos su tramas de estos tres personajes tan cercanos a Georgia, pues cada uno le da mucho juego a la trama y a lo que le sucede a Georgia.

Pip es el sobrenombre con el que le gusta que le llamen a Felipe, ella es amiga de Georgia dese hace muchos años, la conoce muy bien, pero al empezar la universidad en algunas ocasiones se empieza a separar de ella, pues estudian una carrera diferente y sus colegios mayores son distintos, así que muchas de las actividades de la semana de los novatos, principalmente, la pasan por separados. Pip ha sido un pilar fundamental para Georgia, y aunque ha habido algunos roces a lo largo de la trama, vemos como la amistad puede más que otras cosas.

Jason ha sido un personaje, que aunque ha salido bastante y ha habido unas partes de la trama en las que era más importante, debo decir que me habría encantado conocerlo mucho mejor. Ha sido un personaje que en alguna ocasión me ha dado pena y del que me encantaría saber más.

Rooney al principio la odiaba, pues me parecía que no iba a ser buena para Georgia, pero finalmente ha sido su mejor aliada y el personaje más fuerte de toda la trama. de ella se conoce mucho más que de los anteriores personajes, pues vive y estudia con Georgia, y además es un pilar importante para que la protagonista conozca que le sucede en su vida con el tema de amor y el sexo. Ha sido un personaje que en ocasiones me ha parecido débil, pero porque lleva un pasado duro que me ha dolido bastante y este ha provocado que su forma de ser sea la que es.

Y, Georgia ha sido un personaje protagonista que ha sabido estar a la altura de lo que le pasaba. al ser un libro tan juvenil, me ha gustado ver que aún así era un personaje bastante maduro por su edad, uqe obviamente comete errores, pero con el que he podido verla crecer y con la que he disfrutado conociendo su vida y lo que le sucede para estar así.

Antes de acabar, debo decir que si no tengo mal entendido este libro lo escribió Alice Osman porque se siente Georgia, y en su momento le habría encantado que alguien le explicará que le sucede. Creo que Sin amor ha cumplido su función y espero y deseo que si alguien siente que no encaja como Georgia y lee este libro ni se sienta tan solo como imagine que se sintió Alice Oseman en su momento.

En resumen, Sin amor ha sido una trama entretenida, fresca y sobre todo original, donde el protagonista principal es el amor en todos los sentidos y en todas las maneras, un libro que habla del colectivo LGTB+ más allá de lo que muchos hablan. Sin duda me ha enganchado la pluma de Alice Osman y he podido disfrutar del viaje de Georgia hasta el final de esta historia.
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Es un libro muy ágil y fácil de leer, con una narrativa sencilla y muchos diálogos de por medio que hace que se lea casi sin darte cuenta.

La historia que presenta el libro, en lo referente al descubrimiento de la identidad por el que pasa la protagonista, me ha parecido interesante y las reflexiones que se hacen en cuanto al tema muy importantes y valiosas. Por ello, como ejercicio de visibilización del colectivo LGTBIQ+, en concreto dando voz al sector ARO-ACE (arromántico asexual), me ha resultado muy enriquecedora.

Ahora bien, el proceso en sí, se me ha hecho bastante cuesta arriba, principalmente por los personajes. Ya que, aun entendiendo la edad y los procesos por los que pasan cada uno de ellos, no he podido evitar que me pusieran muchas veces de los nervios (las situaciones en las que se meten, escenas muy forzadas, peleas sin sentido…). Aunque también es cierto, que otros personajes (Jason y Sunil) compensaban esto con creces, porque son totalmente adorables y aportaban a la historia un poco de la cordura que le faltaba a los demás.

Por todo ello, es un libro que, quitando el mensaje de inclusividad que incluye, me parece bastante flojo y no lo recomendaría especialmente.
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Georgia está a punto de terminar el instituto y todavía no ha experimentado el amor. No ha besado a nadie ni ha tenido ningún tipo de contacto romántico. Lo más cercano es el flechazo que siente por un compañero de curso, pero cuando en una fiesta se decida a entablar una conversación con él, se dará cuenta de que ni siquiera le gustaba. Por eso, empieza a pensar que quizá sufre algún tipo de tara que le impide enamorarse de nadie pese a que ella adora el romanticismo y todo lo que implica. Así que se propone como objetivo aprovechar que va a empezar la universidad para ponerse las pilas y buscar a alguien que le guste, alguien con quien poder compartir todas esas bonitas experiencias amorosas de las que hablan en películas y libros. Y Georgia no descansará hasta encontrar a la persona indicada.

De Alice Oseman ya había leído previamente su novela gráfica Hearstopper y me había encantado, por lo que tenía muchas ganas de conocerla en su faceta de novelista, así que me decanté por Sin amor, que es una de sus pocas obras traducidas al español y, además, que en ella hubiera representación asexual me llamaba mucho la atención porque no es un tipo de personaje que suela visibilizarse, al menos en literatura juvenil. Nos encontramos como protagonista a Georgia, una joven que está enamorada del concepto de amor. Su visión del romance es muy idílica y está idealizada, pero ella no ceja en su empeño de poder compartir sus expectativas con alguien. Además, en la fiesta de fin de curso se da cuenta de que ella es la única en su entorno que ni siquiera ha besado a nadie, lo que la hace sentir como un bicho raro y provoca que se presione a sí misma para cambiar rápidamente su situación. Así pues, verá el inicio de su vida universitaria como un nuevo comienzo donde reinventarse y encontrar por fin al amor de su vida.

A lo largo de la novela seguiremos los progresos de Georgia, cómo se adapta a su nueva vida universitaria, la amistad que poco a poco va surgiendo entre ella y su compañera de habitación, Rooney, una chica llena de vitalidad que aunque parece alguien con una personalidad opuesta a la de Georgia, termina siendo su gran aliada. Tenía muchas expectativas en esta novela porque Oseman nos ha traído como protagonista a un personaje asexual y arromántico y eso es algo que no se ve todos los días. El mayor atractivo de este libro era ver cómo Georgia se iba dando cuenta poco a poco de sus verdaderos sentimientos y sexualidad, pasando por las etapas de pensar que es bisexual, luego lesbiana y por último asumir la realidad. Por supuesto, para alguien enamorada del amor como Georgia no es fácil asumir que nunca va a experimentarlo en sus propias carnes y al principio le costará muchísimo entender por qué es así. Pero poco a poco iremos viendo su evolución y cómo se reconcilia con sigo misma y sus sentimientos.

La representación aro-ace está magníficamente hecha; la forma en que la autora lo explica es cristalina para los lectores y nos ayuda a comprender mucho mejor este espectro. Además, es un tema que está tratado con una gran sensibilidad. Aun así, debo advertiros de que he leído reseñas de gente del colectivo que considera que Oseman no ha representado ese espectro de la manera correcta. de todas formas, hay que tener en cuenta que parece que Sin amor es un poco autobiográfico, por lo que no todo el mundo comparte las mismas experiencias en cuando al autodescubrimiento se refiere. A pesar de todo ello y de que en ese aspecto a mí me ha convencido, es una novela que no he disfrutado.

Georgia es un personaje al que no he soportado. al principio me gustaba su ingenuidad de pensamiento respecto al amor y empatizaba con ella en su camino de querer encontrar al amor de su vida, asateada por la presión social de no haber dado ni siquiera un beso y por la idealización al que se nos somete desde pequeños de lo que significa estar enamorados, algo que nos esforzamos por cumplir en la vida real sin entender que no siempre puede ser como en las películas. Sin embargo, conforme avanzamos en las aventuras de este personaje, un objetivo que parecía cuqui y adorable (el de encontrar pareja a toda costa), se termina convirtiendo en una obsesión. Georgia está obsesionada con experimentar en primera persona lo que es que te guste alguien hasta el punto en el que solo piensa y habla sobre ello, dejando el resto de temas a un lado. No exagero al decir que el 99% de sus conversaciones giran en torno a su incapacidad para enamorarse, hasta el punto absurdo en el que está hablando con sus amigos de cualquier cosa y siente la irrefrenable necesidad de hilar el asunto que están tratando con sus problemas amorosos. Me resultó un personaje repelente, insufrible, monotemático y egoísta. Deja de lado a sus amigos o ignora sus sentimientos y preocupaciones en pos de su búsqueda de pareja porque es lo único que le interesa. Es más, de su vida universitaria apenas sabemos nada porque todo el libro se centra en sus sentimientos románticos. Lo único que se sale un poco de esta tónica es cuando se apunta al club de teatro y ni aun así nos libramos de sus ensoñaciones porque la obra que representan es Romeo y Julieta, obra que, por supuesto, utilizan para idealizar aun más el amor (ya os conté en una reseña todos los problemas que tenía para mí esta obra y que me molestaba que se la idealizara). Las interacciones de Georgia con su entorno se limitan a su incapacidad para sentir nada por nadie, a preguntarle a los demás dudas sobre el romanticismo y el sexo para compararlas con su propia (in)experiencia y poco más.

Lo único salvable, a parte de la representación aro-ace y cómo Oseman desarrolla el autodescubrimiento y los temas de identidad de género, fueron los personajes secundarios. Pip y Jason son amigos de Georgia desde el instituto y terminan yendo juntos a la misma universidad, aunque se alojan en residencias distintas, lo que obliga a Georgia a tener una compañera de habitación desconocida, Rooney. Pip es un pilar fundamental para Georgia en todos los aspectos, por eso, al estudiar carreras diferentes y vivir en edificios separados, ambas empiezan a distanciarse un poco y Georgia siente su ausencia. Sin embargo, pese a los roces que puedan tener, son inseparables y Pip la ayudará muchísimo en su nueva vida universitaria. Jason es un personaje un poco más secundario, pero fundamental en algunos momentos de la narración. A pesar de sus escasas interacciones, es alguien a quien es fácil cogerle cariño. También es un buen amigo para Georgia, pero la manera en que esta le trata en un determinado punto de la novela fue horrible e hizo que me cayera aún peor porque, como dije más arriba, es bastante egoísta y antepone sus sentimientos a los de Jason, creando una situación incómoda e innecesaria para ambos. Por último tenemos a Rooney que ha sido, sin duda, mi favorita. Rooney es la típica "macarra fiestera" que disfruta del sexo y siempre está metida en la cama de algún chico nuevo. A priori, ella no es una buena elección como compañera de habitación para Georgia porque son polos opuestos, pero lo cierto es que poco a poco descubriremos que detrás de la imagen que proyecta, Rooney es una chica con un corazón enorme y un pasado muy complicado que la ha hecho ser quien es. Georgia y Rooney congeniarán muy bien y será a ella a quien acuda cuando tenga dudas en el terreno sexual.

En cuanto a la trama, no hay mucho que decir porque toda la novela versa sobre los mismos temas. Es un libro ágil de leer, pero es cierto que en ocasiones se me hizo un poco cuesta arriba porque, como he comentado, la protagonista es monotemática. de hecho, las partes más interesantes estaban relacionadas con los personajes secundarios, sus motivaciones, historias e interacciones y también cuando la autora nos habla de identidades sexuales o sobre temas sexuales. Algo que me ha sorprendido es lo mal escrita que está esta novela, o al menos a mí así me lo ha parecido. Por ejemplo, Oseman abusa del uso de "literalmente" y yo entiendo que quizá lo hace debido a esta moda que ha surgido en redes sociales de emplear este adverbio para todo, incluso en contextos que no son correctos a nivel de significado, pero siento que trasladado a un libro queda forzado y mal. al margen de eso, el estilo me ha parecido demasiado simplón, carente de profundidad y poco trabajado.

Mi amor por Heartstopper me ha jugado malas pasadas en cuanto a las expectativas que tenía al respecto de esta novela. Siento que Sin amor no ha estado a la altura y me ha resultado una decepción en todos y cada uno de sus aspectos. Lo único que rescato es la representación alo-ace que visibiliza la autora, pero no creo que merezca la pena leerlo solo por eso.

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¡Hola! Hoy venimos con un post extra, con la #reseña de #Sinamor de #AliceOseman⠀
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📚Trama: Georgia comienza la universidad junto a sus mejores amigos, Jason y Pip. Poco a poco, deberá descubrir el tipo de vida que le gustaría llevar en su época universitaria, además de resolver dudas acerca de su sexualidad.⠀
Este libro me ha gustado y no me ha gustado al mismo tiempo. Por una parte, es muy ligero y tiene representación lésbica y aro-ace, lo que se sale de la representación LGBT que estoy acostumbrada a leer. Está genial ver la evolución de Georgia y cómo descubre y asume su identidad.⠀
Sin embargo, buena parte de la novela trata sobre Georgia saliendo de fiesta y tratando de liarse con gente y luego pensando que no es lo suyo en un bucle infinito, y eso se me ha hecho repetitivo⠀
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👨‍👩‍👧‍👦Personajes: Están bastante bien. Todos tienen una personalidad marcadísima, además de tener una evolución bastante importante a lo largo de las páginas, y eso siempre es genial. A pesar de que la trama sea repetitiva en ocasiones, no he podido evitar que me caigan genial e identificarme con algunos de sus problemas⠀
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🖋Estilo: La novela se lee en cero coma. Está narrada de forma muy ligera, pero tratando temas profundos al mismo tiempo, y eso está siempre genial⠀
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💻Conclusión: Un libro que pasa sin pena ni gloria, pero está genial para echar un rato. La representación LGBT es muy real y se sale de la típica que se ve en las novelas (hombre cis gay blanco)⠀
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Georgia se acaba de graduar en el instituto y aunque no sea muy partidaria de ir a fiestas, quiere celebrar que cierra una etapa para empezar otra a lo grande. Allí se encuentra con su amor platónico y coge valentía de donde cree que no la tiene para entablar una conversación con él, quien empieza un tonteo con ella, que no sabe del todo si se siente cómoda con su presencia. le entra un temor muy grande cuando intenta besarle y acaba huyendo. Georgia siempre se ha visto rodeada por relaciones de amor románticas de película y sabe muy bien cómo es la sensación de estar enamorada por lo que ve en su familia, pero nunca lo ha experimentado ni se ha sentido atraída por ningún chico o chica. Se promete que su experiencia en la universidad tiene que ser increíble y tiene que romper la barrera de no haberse besado con nadie o de no haber tenido pareja.

Ir a la universidad a otra ciudad le da un poco de miedo, pero saber que estará en el mismo campus que sus dos amigos de siempre, Pip y Jason, le consuela. Georgia solicita una habitación individual, pero nada más llegar se topa con una habitación compartida, una desconocida y un helecho con nombre. Rooney será su compañera de habitación, les unirá la pasión por el teatro y empezarán una bonita relación de amistad. Su grupo de siempre de tres se verá ampliado por Rooney al crear el club de teatro de los amantes de Shakespeare, liderado por su compañera de habitación y por Pip tendremos escenas en las que ambas chocarán demasiado, creando momentos de tensión y de risa. Además, Georgia se apuntará al club del orgullo LGBT+ de la universidad, donde conocerá Sunil, quien se convertirá en un buen amigo.
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