Lolita

¿Quién no sabe de qué va la historia de Lolita? Lolita comienza por medio de la narración de Humbert, quien comienza a relatar su vida y como ha llegado a la cárcel, comenzando con su tórrido romance de su primer amor a los trece años, ambos con una edad tan corta logran un lazo tan fuerte que cuando esta joven fallece unos meses después causa un gran impacto en Humbert, pues desde aquí se da cuenta que solo le interesan las llamadas “Ninfulas”, jovenes- niñas entre los 11 y 16 años, quienes con una mezcla de cara angelical esconden una figura traviesa y coqueta.
Por azares del destino hereda una considerable suma de dinero, y después de haber tenido una recaída que lo lleva a internarse en una institución mental decide pasar un tiempo en la casa de unos desconocidos, pero al llegar se entera que la casa donde pensaba hospedaje ha tenido un percance y es llevado con Charlotte, una madre soltera que busca una entrada de dinero extra alquilando su habitación, mientras revisan la casa sus ojos son cautivados por la hija de Charlotte, Dolores, Dolly, mejor conocida como Lolita, una niña entre unos doce años, que le recuerdan a su gran amor a Humbert, quien decide quedarse para pasar más tiempo con Lolita, por cosas del destino Humbert tendrá un viaje con Lolita donde dará rienda suelta a sus más bajos instintos lujuriosos.
Este libro contiene una narración un tanto difícil de seguir, cargada de referencias a grandes escritores y obras literarias suena algo rimbombante, aunque pensando que es narrado por un excéntrico maestros de literatura podría llegar a entenderse, si bien me costó leerlo no por el tema en sí, porque pues ya sabía a qué iba, el tipo de narración hicieron muy difícil de disfrutar la lectura, pues es algo denso de leer, algo que puedo felicitar es la forma de narrar algunas partes, sin llegar a lo vulgar pero que uno puede imaginarse de que hablaba, ese es un punto a favor del autor, pero de ahí en fuera hay muchas descripciones entre el viaje y parte del pasado del protagonista descritos de una manera algo tediosa o difícil de seguir el hilo.

Tenia mucho respeto a este libro, es un tema sensible y un tema muy complicado, este libro, es ficción ( o eso es lo que de primeras se conoce) pero por desgracia sabemos que estas cosas ocurren en el día a día. Después de leer este libro, he llegado a la conclusión de que es muy riguroso, exhaustivo y lo considero un libro importante para cualquier lector.
Siempre he tenido en la cabeza que era una historia de un pederasta que quería normalizar una relación, y efectivamente es asi, lo que pasa es que el autor lo que intenta hacer con su pluma es que leas la historia de este personaje tan insoportable, de una forma "placentera" por la manera en la que esta escrito.

Después de unos cuantos años desde su publicación, tengo la sensación de que es un libro actual, con temas sociales que como he dicho, nos afectan hoy en día, y creo que esto hace que la historia merezca aun mas la pena.

Tengo que decir que según iba leyendo, muchas veces tenia que parar, tenia que releer las cosas para saber exactamente lo que el autor queria decirnos sobre el personaje principal, o simplemente releer porque no me podia creer como es capaz de escribir algo así, con tanta sangre fría.
Quiero dejar claro, por si acaso, que no comparto nada de lo que se dice, pero aun asi, me encanto la historia, y eso es dificil que ocurra, porque evidentemente no conecte con el personaje, pero el autor logra que conectes con la historia de una forma inexplicable.
Creo que el mensaje/moraleja final del libro es magnífica, no quiero decir nada más pero si lo recomiendo, quizá no a todo el mundo, pero si a todos los que os llame un poco la historia.

Hace relativamente poco tiempo, este libro de Nabokov fue el centro de un debate en varios periódicos españoles, a raíz de algún artículo en el cual se afirmaba que la forma en que está escrito este texto, hacía que la violencia ejercida contra Dolores Haze pasara a un segundo plano para dar protagonismo a la "historia de amor" que se relata en él. No puedo estar más en desacuerdo con ese modo de interpretar esta novela. Sí, el narrador es un pedófilo perverso que no puede evitar describir a cada instante el físico de la niña, cómo se mueve, cómo mira, cómo sonríe, cómo juega, cómo lee, cómo come... y todo lo que eso le hace sentir (deseo, pasión, "amor"). Pero eso es cosa del narrador, que, insisto, es un enfermo mental, que desde la primera página te informa de que está encerrado en un manicomio mientras escribe sus memorias. Me resulta pelín condescendiente pensar que cualquiera que se acerque a esta obra, no sea capaz de discernir que lo que está leyendo son los delirios y pensamientos perturbados de un pederasta autoconvencido de que su amor es puro. de todos modos, dejando a un lado este debate, he de confesar que el libro se me ha ido haciendo cada vez más cuesta arriba, hasta llegar a un momento en que solo me provocaba hastío, aparte de bastante repugnancia. Acabé un poco hasta las narices de los pensamientos, preocupaciones, obsesiones y ensoñaciones de Humbert Humbert. La lectura a la que más me ha costado enfrentarme en mucho tiempo, sin lugar a dudas. No lo recomendaría alegremente a cualquiera.

Lolita es uno de los libros que más me fascinó y al mismo tiempo más disgusto me produjo. Cabe aclarar que NO es un romance. Trata sobre la obsesión perversa de un hombre de cuarenta hacia un nena de doce años. La historia, narrada por Humbert, sólo habla desde su perspectiva desdibujada y la percepción que tenía sobre Lolita. Ella no es una seductora, no es provocadora y no es manipuladora. Es una niña. Y tal como el autor lo dijo, no fue y nunca será una historia de amor. Es abuso, incesto y ped*filia.
Aún así, es una novela escrita tan sutilmente que no pude parar de leer.

“Lolita, luz de mi vida, fuego de mis entrañas. Pecado mío, alma mía. Lo-li-ta: la punta de la lengua emprende un viaje de tres pasos paladar abajo hasta apoyarse, en el tercero, en el borde de los dientes. Lo. Li. Ta.”

Este es el inicio de una de las obras más famosas de la literatura: LOLITA.

Humbert Humbert puede resultar encantador a los ojos del lector: un encantador pedófilo, psicópata y violador. También un hombre enamorado, según se describe él mismo. Y un perturbado y obseso por una menor de 12 años, al fin y al cabo.

Y aunque el tema central es archiconocido y su lectura puede provocar rechazo, lo recomiendo porque es entretenido, tiene una prosa extraordinaria y provoca ciertos sentimientos contradictorios y controvertidos en el lector, e incluso en momentos se llega a empatizar con el protagonista.

Eso sí, hay que recordar en más de una ocasión que lo que en esta obra se lee es ficción, aunque la realidad muchas veces (y tristemente) la supere....

OJO Anagrama tiene otra edición con una portada diferente y con el texto íntegro y comentarios muy útiles.
mpiezo con una reflexión personal y posiblemente controvertida, pero no tiene afán de análisis serio de la obra, sino que se trata de lo que a mí me transmitió. La historia se desenvuelve en los años 50, donde se empezó a gestar un fuerte cambio para la mujer (no así en España, que vivía en la burbuja del franquismo). En nuestro país, tal vez podamos compararlo con los 80, donde la época del destape se hizo más patente y, por mucho que digan los expertos, ridícula. El libro me hizo pensar que cada vez que hablamos de liberación de la mujer, la historia se convierte a la fuerza en el deleite del hombre (en un sentido amplio para entendernos, no quiero que nadie se ofenda). Es como si el hombre sucumbiera al deseo de liberación de la mujer para indicarle a ella cómo hacerlo y así sacar provecho de la nueva situación. de este modo, se le dice a la mujer hasta el día anterior reprimida cómo tiene que vivir su sexualidad. al final, esos primeros pasos de la liberación de la mujer no dejan de producirse de forma torpe en un marco patriarcal. No sé cómo se hace, pero para mí (es mi opinión personal) ocurre. En el libro, pensemos, por ejemplo, en la “vanguardista” escuela en la que Humbert Humbert matricula a Lolita. En el marco de la modernidad, lo que hace es más de lo mismo: preparar a las chicas para satisfacer a los hombres.
La niña Lolita está cosificada: su nombre se simplifica a Lo, a veces Dolly (muñequita en inglés), pero ella firma como Dolores, su nombre completo con todas sus sílabas. A menudo se le compara con un perro, una mascota, una zorra, pero pese a la indiferencia de Humbert Humbert, llora todas las noches. Lolita duele, por eso es Dolores. Y eso que el narrador presenta su pena tamizada, como la luz minimizada que entra por los diversos tipos de persianas de los muchos hoteles que visitan. También duele al lector/a y puede que esa manera fragmentada que presentar a Lolita nos produzca un efecto más doloroso.
Él, el narrador, es un pedante, sobre todo en la segunda parte que en su periplo desde los márgenes de los hoteles de carretera pretende mostrarnos, a través de un europeo, a una América del Norte que por muy grande que sea y por muchos escondrijos o madrigueras que ofrezca por su mera extensión, es finita y termina delatándolo. 
A excepción de la referencia a Alicia en el País de las Maravillas (Lewis Carroll se supone que fue un pedófilo), no hubiese captado ni entendido muchas de las referencias, de no ser por las notas de la traductora de la versión de la editorial Anagrama, por cierto, excelente.
Sin duda, es una lectura incómoda, pero tiene mérito que un personaje repugnante y pedante desde el principio consiga sostener la atención del lector hasta el final.
Me resulta interesante que yo guardase en la memoria la idea de que Lolita era una seductora y el pobre Humbert, una víctima, tal vez por la versión cinematográfica. Me hace pensar que ello se debe a que la palabra lolita pasase a formar parte del idioma para significar “menor de edad que seduce a los hombres”, al igual que donjuan quiere decir seductor mujeriego. Y todo ello me enfada como mujer porque el libro no muestra a ninguna seductora, sino a una niña abusada, y aún así, lo que nos queda en el imaginario colectivo es que una niña puede seducir a un "pobre hombre martirizado e incapaz de luchar contra sus instintos más primitivos". Creo que Lolita necesita una buena revisión, sobre todo en los medios que popularizaron lolita como un concepto de niña-mujer.

Finalmente acabé por fin esta novela tan controvertida, que honestamente, me costó leer, no porque haya sido pesada, aburrida o desagradablemente explícita, sino porque leer sus casi cuatrocientas páginas es navegar por la mente de un depravado, sin poder escapar de la montaña rusa de su discurso, su bellísima verborrea y a lo que conduce la mezcla de ambas cosas, un poso de sentimientos encontrados.

Humbert Humbert está encerrado en prisión, pero antes de morir, decide escribir la obsesión que le ha asfixiado durante casi toda su vida: Lolita, una niña de 12 años.

Poco se puede decir de esta novela que no se sepa ya. Entramos en ella preparados para escandalizarnos y dispuestos a toparnos con una realidad difícil de digerir, la pedofilia es siempre desagradable y de alguna forma, necesitamos estar prevenidos. Me ha parecido una novela buenísima. La narrativa de Nabokov es, a todas luces y desde el minuto uno, recargada, detallada, delirante, poética, si bien es cierto que en ciertas partes el texto se atasca y el protagonista divaga en exceso. Me encanta como plasma con hermosas palabras un hecho abominable, que en ocasiones, hasta se te olvida que lo es. El protagonista no cesa en el empeño de justificar una y otra vez lo que hace, y por qué lo hace. Es muy desagradable acompañarle en su fantasía y al menos, a mí, me dejó con la sensación de desamparo, del dolor silenciado, esa situación por la que muchos menores lamentablemente pasan, y que no hay nadie que les proteja de seres como estos, por llamarlos de alguna forma.

Sin más, novela controvertida donde las haya, con muchas interpretaciones. La mía: un depravado muy culto e inteligente que envuelve su basura con el envoltorio más hermoso.

100% Recomendada

Seis meses me ha costado terminar de leer Lolita, de junio a diciembre. Y es que tras leer unas cuantas páginas llegaba siempre a un punto en el que necesitaba abandonarlo, leer otro y tratar a volver a éste. Seis meses, que se dice pronto. Había ocasiones en las que, tras terminar uno de esos libros que leí por el camino, ni me apetecía retomarlo y me iba directamente a otro.

Reconozco que empecé a leerlo por todo lo que he oído hablar de él, al ser un libro tan conocido tenía que terminar cayendo en mis manos. Pero una vez que lo he leído, no tengo muy claro a qué se debe esa fama. Dudo mucho que sea por la calidad del libro o de la narrativa, más bien creo que debe ser por el cómo relata una enfermedad como la pedofilia, cómo lo aborda con esa naturalidad y ese detalle. Aunque lo dicho, es una suposición… también puede deberse tan sólo al uso popular que ha tomado el título del libro hoy en día. En cualquier caso, no se lo recomiendo a nadie.

En Lolita, Vladimir Nabokov relata la historia de Humbert Humbert, un hombre que se siente atraído sólo por niñas menores de edad. Vive varios episodios de enamoramientos, unos llegan más lejos que otros, hasta que conoce a Lolita y su mundo se paraliza en torno a ella. Una niña de doce años a la que conoce cuando se aloja de forma casual en casa de su familia. de forma cronológica, el relato va narrando cómo la conoce, cómo va encandilándose de ella y provocando ese acercamiento cada vez más íntimo hasta llegar al punto de contraer matrimonio con la madre de ésta para poder mantenerse a su lado. Eso sí, ella tampoco es una pobre víctima ya que alimenta esa relación estrecha con Humbert al ver que éste concede todos y cada uno de sus caprichos.

En el lado positivo, por poner algo, es que agradezco al autor que no haya entrado en detalles demasiado escabrosos, lo cual se agradece cuando el tema te da un poco -por no decir mucho- de repelús.

De las lecturas que más me sacudieron, me sentí incómodo durante los primeros capítulos, entrar en la mente de Humbert Humbert, leer la apología de un maniaco que me detalle los motivos de su atracción hacia una niña de 12 años teniendo 40 años, no fue nada fácil. Sus planes macabros y carencia de sentimientos hacia terceros. Ver con cierta culpabilidad a una Dolores de 12 años por sentir como lo seduce, solo encaja en la mente de un loco.

La novela está muy bien escrita, me agrado como el protagonista interactúa con el lector, te invita a su locura, con ese humor sínico y enfermizo. de esos personajes que están bien estructurados y ya para mí está en la lista top de los más odiados. Sonará incongruente, pero elogio la prosa más no el tema. No estoy de acuerdo con prohibir novelas, con colocarle baja puntuación tengo.

La cuestión intrigante en Lolita es que no podemos ver a HH como un caso aislado de hombre. El hecho existente de una normalización de ciertas formas de ver el mundo no escapan de ninguna profesión, clase social o habitus cultural. HH no es una situación particular sino una normalidad invisible, a la que hemos volteado el rostro, que nos sorprende en sus páginas pero no en nuestro entorno. Simplemente, Nabokov nos muestra de una forma exasperante, y por demás hermosa, las vicisitudes entre la sustancia y la forma. La historia es cruda innegable, real, abrumadora, incluso con hedor a vómito para unos cuantos, pero la forma en que está escrita, el estilo sublime que su autor ha alcanzado es para no separar los ojos hasta el final.