Entendí que jamás podría olvidarla, porque para eso tendría que borrarme también a mí mismo.
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Entendí que jamás podría olvidarla, porque para eso tendría que borrarme también a mí mismo.
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¿Cuántos latidos hacen falta para reconocer a una persona? En mi caso, fueron necesarios seis.
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El recuerdo de las personas permanece en detalles que parecen poca cosa, pero que terminan siendo los que de verdad importan.
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todos podemos aprender a saltar nuestro errores para dejarlos atrás.
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En aquellos dias llenos de soledad y silencio, pense en mis padres más que nunca, quizas por que siempre seguirian siendo ese nido al que acudir para acurrucarme cuando afuera se desataba la tormenta o quizas porque no dejaba de preguntarme si se sentirian decepcionados conmigo si podian verme desde algun lugar.
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Hay heridas horribles, en carne viva. Y hay otras peores, de esas que no sangran, esas que parecen que han cicatrizado pero que si la rozas duelen como el primer día.
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Hay sonrisas que esconden verdades, que hay tardes cualesquiera que se convierten en recuerdos importantes, que los momentos determinantes ocurren cuando menos te lo esperas, que el encanto de la vida recide en ese algo impredecible
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En ese momento exacto en el que una persona decide devolverte tu corazon a pesar de que tu se lo diste, por eso lo lleva en las manos, porque habia renunciado a el y ahora no sabe que hacer con algo que sigue sin pertenecerle
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Años después entendí que hay sonrisas que esconden verdades. Que hay tardes cualquiera que se convierten en recuerdos importantes. Que los momentos determinantes ocurren cuando menos te lo esperas. Que el encanto de la vida reside en ese algo impredecible.
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Todos vivimos en un submarino amarillo
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Manolito ...