Todo lo que nunca fuimos (Deja que ocurra 1)

¿Cómo no iba a leer yo este libro siendo Alice Kellen una de mis escritoras favoritas? Y aún así tardé más en hacerme con él de lo que me habría gustado porque sabía que me iba a quedar con ganas de más y no quería tener que esperar meses hasta que saliese la segunda parte, pero bueno, ahora que ya está a la venta ya he podido descubrir esta preciosa historia que tantos sentimientos me ha hecho experimentar.

Leah es una adolescente que está pasando por el peor momento de su vida tras la muerte de sus padres. Está completamente perdida y sumida en una depresión que hace que vea la vida en blanco y negro, que no se ilusione por nada y que se cierre al resto del mundo por completo. Oliver, su hermano, hace todo lo posible para que vuelva a ser la misma de siempre, pero parece algo imposible.

Axel ya no es tan niño, pero en ocasiones sigue comportándose como uno. La definición perfecta para el sería ermitaño, ya que pasa la mayor parte del tiempo a solas en la pequeña casa junto al mar en la que vive, o haciendo surf frente a ella. Según él, a alcanzado todas sus metas en la vida, pero pronto descubriremos que su día a día no es tan perfecto como se esforzaba en creer.

Y la vida de ambos va a dar un vuelco cuando Oliver se tiene que marchar de la ciudad por trabajo y se ve obligado a pedir a Axel que se encargue de cuidar a Leah. ¿Pero qué pasará cuando empiecen a pasar más tiempo juntos? ¿Y cuando Axel pierda la paciencia y se proponga tirar de Leah hasta que consiga que salga del cascarón en el que se metió detrás del accidente? ¿Y cuando Leah vuelva a recordar las cosas que sentía por Axel?

No os voy a contar nada más porque no quiero contaros ningún spoiler, pero definitivamente este es un libro que vale mucho la pena. Un amor lleno de música y de colores, de cuadros llenos de sentimientos y de erotismo.

Con más de cien capítulos de pocas páginas cada uno, tanto Leah como Axel nos van contando su parte de la historia, haciendo que podamos conocer ambos puntos de vista. El lenguaje utilizando es más bien coloquial, haciendo que los diálogos sean muy reales, frases que cualquier persona de esa edad podría usar en su día a día. Las personalidades, tanto de los protagonistas como de los secundarios, están tan bien marcadas, que es posible reconocer a alguno de ellos solo por la forma de hablar.

Alice Kellen ha conseguido volver a enamorarme, eso está claro, pero aún así no voy a decir que este es mi libro favorito de esta autora porque por ahora el puesto lo sigue teniendo "El Día Que Dejo de Nevar En Alaska". Lo que sí que os digo es que si queréis un libro cargado de emociones, con una historia diferente, un poco más dura de lo que solemos encontrar, pero preciosa, este es vuestro libro. Os hará gritar, os hará llorar, os hará hablar al libro como si los personajes os pudieran escuchar incluso llenaros de impotencia, pero merecerá la pena. Un libro que hace sentir tantas cosas merece la pena. Y dicho esto, creo que no hace falta aclarar que lo recomiendo ¿no?
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Siempre es un gusto volver a leer a Alice Kellen. La literatura romántica nunca ha sido mi favorita, siempre ha sido un género que utilizo principalmente para desconectar de mis habituales, pero conforme más voy leyendo a escritoras como Alice, más me va gustando. He disfrutado mucho de este libro, creo que la forma de escribir de la autora y de plasmar esta historia es preciosa; me ha encantado conocer a Leah y a Axel y su diferente relación con la pintura. Creo que la estructura de capítulos cortos y alternos entre los dos es un gran acierto, me ha mantenido totalmente enganchada y creo que agiliza enormemente el ritmo de la novela. Estoy deseando leer la segunda parte.

Lo primero que debo decir que me ha encantado (a la vista esta 5/5). Hasta el momento no había leído nada de la autora pero este ha hecho que quiera conseguir más libros de ella!
En este libro nos Alice Kellen nos cuenta la historia de Leah la cual tras la muerte de sus padres y la marcha de su hermano por temas de trabajo se deberá ir a vivir con Axel el mejor amigo de su hermano y del cual estuvo enamorada durante mucho tiempo.
Leah esta triste y no levanta cabeza se encierra en su habitación ha escuchar música y ha dejado de pintar desde el accidente que tuvieron sus padres y ella.
Axel tiene la misma rutina cada día se levanta surf, desayuna y se pone a trabajar diseñando campañas, el nunca se ha fijado en Leah, ya que es como su hermana pequeña.
Cuando Leah llega a casa de Axel, ve que ella ha perdido su vitalidad, por lo que Axel después de unas semanas la obligara ha poner fin ha este estado de apatía y la obligará ha tener la misma rutina que el, a medida que pasa el tiempo el se va dando cuenta que la esta dejando de ver como una hermana pequeña.
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La trama comienza con que Leah y Oliver pierden a sus padres en un accidente, y éste por motivos de trabajo se tiene que marchar de la ciudad, y deja a Leah (su hermana) al cuidado de Axel. Leah tras el accidente es como si no estuviera presente, ya que apenas habla, no sale, no es como antes, no siente.

Tras esto, la historia comienza a desencadenar una serie de hechos y emociones que hace que no puedas parar de leer. Es un libro que muestra sentimientos en todos los sentidos y te muestra que ante la pérdida o ante otro hecho doloroso, no todo el mundo reacciona de la misma manera.

El libro está ambientado en Australia, y con tanta playa y surf me han entrado ganas de irme a vivir allí por como la autora lo describe.

Aunque, de todo, me quedo con los protagonista. La narración es en primera persona, cada capítulo habla Leah o Axel, lo que va haciendo que sepas que piensan ambos en cada momento, y eso es maravilloso, porque vas conociendo a ambos personajes. Como os he dicho antes, me quedo con ellos porque son personajes descritos como únicos que tienen una conexión increíble, y que además dan una evolución tremenda ambos, algo que los hace más únicos aún.

Me ha gustado también, porque el libro es una americanada romántica de película, que a mí me enamora, es más, espero que algún día lo hagan película o serie, seré la primera en pantalla.
Este es sólo la primera parte ahora me queda leer la segunda, que lo haré en estos días porque me he quedado con ganas de conocer más a estos dos personajes.
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Alice Kellen ha creado a dos personajes perfectamente imperfectos como somos todos los seres humanos y nos tratan temas de la vida cotidiana . Podemos ver el miedo por sentir , el miedo por superar , el miedo por olvidar , el miedo por continuar , el miedo por perder pero también la superación . La superación a todas las situaciones que nos presenta la vida.

La pluma de la autora es maravillosa , muy fluida y clara . Te puedes pasar horas y horas leyendo que no te cansas .

Recomiendo este libro a todas las personas que les guste la novela romántica . Es un libro adulto y maduro y que NO tiene relaciones tóxicas ( al menos no bajo mi punto de vista)

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El accidente de coche que se terminó la vida de sus padres también cambió por completo la de Leah. Ella antes deseaba ir a la universidad a estudiar Bellas Artes pero después de lo sucedido no tiene motivación para hacer todas esas cosas que antes le gustaban, ha dejado de pintar y de disfrutar cada día. Se pasa los días encerrada en su habitación escuchando música y sin relacionarse con nadie. Su hermano recibe una gran oferta de trabajo que decide tomar para poder conseguir dinero por lo que deja a Leah a cargo de su mejor amigo Axel que la conoce desde que era una niña. Sin embargo, no Leah no le va a poner las cosas nada fáciles.
Todo lo que nunca fuimos está dividido en capítulos contados desde la perspectiva de Leah y desde la de Axel en primera persona en los dos casos. Si es cierto que el reparto de páginas no es totalmente proporcional pues me dio la impresión de que los capítulos de Axel son más abundantes y también más largos pero no me quejo porque en realidad fueron mis preferidos. Si habéis leído otras de mis reseñas de libros de romántica sabréis que las dobles perspectivas normalmente son lo que más disfruto pues me fascina poder conocer las dos caras de una misma historia, los malentendidos que se pueden dar y sobre todo poder ver los sentimientos de ambos personajes a medida que va avanzando la trama. Como os digo los que me gustaron fueron los de Axel porque logré conectar mejor con él y me parecían muy interesantes sus pensamientos aunque los capítulos de Leah también me ayudaron mucho a comprenderla mejor. Por último mencionar que los capítulos son en general muy cortos lo cual hace que continuamente estés diciendo un capítulo más hasta que prácticamente te lo terminas enseguida.
En mi opinión, los dos protagonistas tienen mucho desarrollo y evolución a lo largo de la historia. Algo que me gustaría destacar de ellos es lo realistas que se sienten, la autora los delimita y los define tan bien que perfectamente podrían ser personas de verdad con las que empatizar y encariñarte. Son humanos, tienen muchos miedos e inseguridades, pasados que todavía les condicionan en el presente. Tienen muchos blancos y negros lo cual es algo que siempre aprecio mucho en este tipo de novelas porque no son perfectos ni muchísimo menos sino que cometen errores, hacen cosas que no deberían de vez en cuando y creo que eso es lo que les hace tan auténticos. Obviamente Axel fue mi favorito porque se me metió debajo de la piel y ya no lo puedo sacar de ahí. Me parece que es un hombre con un corazón enorme y muchísimo amor que entregar a pesar de que también tiene sus defectos.
Por otro lado, Leah es una chica con la que me costó un poco más conectar pues no es de las típicas protagonistas de este tipo de historias. Es muy introvertida, escéptica y también se encierra mucho en sí misma debido a todas las cosas por las que tuvo que pasar. Se muestra fría al principio pero una vez la llegué a conocer me fue imposible no querer abrazarla y no querer decirle que todo iba a volver a estar bien.
En este libro se tratan varios temas y creo que eso hace que sea una lectura un poco más profunda. La pérdida y el lidiar con ella creo que es uno de los pilares fundamentales encarnado en el personaje de Leah y desde mi punto de vista la autora supo como plasmar perfectamente todos los sentimientos relacionados con esto, las fases y las dificultades por las que va pasando a lo largo del tiempo. Creo que trata el tema desde el enfoque correcto y sobre todo con mucha sensibilidad. La familia también tiene un papel súper importante en esta historia, está presente en todo momento y creo que es uno de sus puntos fuertes.
¿Qué deciros de la prosa de Alice Kellen? Estoy completamente enamorada de ella. Realmente es la primera vez que no leo sus palabras sino que las escucho y fue una experiencia diferente pero igualmente increíble. Las dos personas que narran el audiolibro creo que hacen un trabajo excepcional porque lograron transmitirme perfectamente todos esos sentimientos que la autora plasmó en las páginas. Escribe demasiado bonito, con esas frases que te llegan al corazón, que te lo encogen y que a veces te lo rompen un poco. Los diálogos se sienten naturales por lo que se pasan enseguida y prácticamente no notas que vas avanzando a una increíble velocidad.
No quiero meterme a hablar del romance porque creo que es único, que es diferente y que es mejor que lo descubráis sin saber absolutamente nada de él. A mi me sorprendió muchísimo y por supuesto me encantó. Si tuviera que definirlo con una palabra sería intenso y no voy a decir nada más.
Por último, el final es desgarrador. Los últimos capítulos son realmente muy duros y difíciles y de verdad que me tuvieron al borde de las lágrimas. Ahora tengo demasiadas ganas de ponerme con la continuación para ver como termina esta historia.
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La verdad que no sé como empezar esta reseña. Este libro se ha colado en mi corazón, ganándose un hueco entre mis libros favoritos de la vida. Hacía mucho tiempo que un libro no me hacía sentir de esta manera, tal como me sentí cuando leí Hasta que el viento te devuelva la sonrisa.
Todo lo que nunca fuimos es un libro que te cala el alma y se queda ahí, contigo, para siempre, este libro me ha hecho sentir todo un torbellino de emociones. Y menos mal que hay una segunda parte.
Esta ha sido mi primera vez leyendo a Alice Kellen pero es que ahora quiero leer hasta su lista de la compra, esta chica hace magia con las palabras. Emoción y sentimientos plasmados en forma de letras es lo que he vivido en este libro.

Leah lo está pasando realmente mal. Ha perdido los colores, ya no siente nada desde que sus padres se fueron. Su hermano se ha recompuesto y ha asumido un papel: cuidar de ella. Sin embargo, Leah se ha quedado estancada en el pasado, incapaz de avanzar más allá de ese día. Cuando Oliver, el hermano de Leah, la deje viviendo con su mejor amigo para irse un año a trabajar fuera para así asegurar un futuro a su hermana pequeña. Leah tendrá que convivir con Axel, un desastre de persona que se ha acostumbrado a una vida solitaria, poco a poco empezarán a formar un equipo. Axel ayudará a Leah a volver a ver los colores, ella le enseñará a sentirlos.

Creo que Leah se ha convertido en una de mis protagonistas favoritas por su evolución. No quiero ni imaginarme lo que ella ha vivido y entiendo que esté hundida entre grises y negros. A lo largo de la historia la Leah que veía la vida en colores y emociones empieza a resurgir de sus cenizas, poco a poco, y esa es la persona con la que me quedo. Porque lo que Alice ha creado parece tan real que no hablamos de personajes, hablamos de personas.
Leah era emoción, sentimientos, saltar y después pensar, era una risa a cada instante. Pero esa Leah se quedó aquel día en el coche y es que poco a poco iremos conociendo, cada día con un poco más de color y un poco menos de negro. Y, para mí, esa ha sido una de las mejores cosas de esta novela.
Axel, el otro protagonista de esta historia, es un chico extraño, solitario y con una rutina marcada hasta que Leah llega a su vida para ponerlo todo patas arriba. Axel es de esas personas que viven en el ahora sin pensar en el mañana. Me encanta como hace que Leah sienta un remolino de emociones con solo un roce. La verdad que conocer a Axel desde los ojos de Leah ha sido un gustazo, pero también la autora deja que te metas en sus pensamientos y así conozcas sus dos caras. al verdadero Axel.

A pesar de los diez años que les separan, he sentido la conexión entre ambos. Como se iba formando poco a poco por cada rato que pasaban juntos. Eso es algo difícil de conseguir pero Alice Kellen lo consigue con creces. La verdad que esta historia me ha hecho sentir mil emociones, es un libro para saborear, tan dulce que se quedará contigo. No tengo nada malo que decir de este libro y mucho menos de sus protagonistas, tan reales. Además, la ambientación entre la playa y la casa de Axel me ha encantado, su pequeño refugio, en un lugar tan bonito es inevitable que aparezca la magia.
''Todos vivimos en un submarino amarillo.''
En conclusión, Todo lo que nunca fuimos es un libro precioso. Con unos protagonistas maravillosos en todos los aspectos que se complementan a la perfección. Una historia que te llega al corazón y que se queda contigo para siempre. Solo puedo dar las gracias a la autora por un libro tan bonito que se ha convertido en uno de mis favoritos, no podéis dejarlo pasar.
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El libro cuenta la historia de Leah, una chica de 19 años que sufre ansiedad tras la muerte de sus padres. La historia esta narrada desde dos perspectivas: la de Axel y la de Leah, ambos protagonistas principales de la historia.
En mi opinión el libro ha resultado ser bastante plano y predecible, la primera mitad del libro me ha resultado muy monótono, no obstante llegados a la parte final se ha vuelto más interesante y me ha enganchado algo más.
He podido empatizar con Leah, poder llegar a sentir su tristeza y la apatía presente en ella durante gran parte de la historia.

Descubrí Alice Kellen hará un par de años. Su pluma no me sorprendió. Me pareció estándar, conforme con los ideales de la novela romántica. Sin embargo, su nueva biología llegó a mi vida como un huracán de emociones. No se si fue por el momento, mi estado psicológico o simplemente porqué Alice ha evolucionado a un nivel de extrema perfección. Simplemente la historia de Axel y Leah me ha sorprendido y emocionado a partes iguales, pero sobretodo me ha llegado al corazón. Supongo que ahí yace el éxito de una escritora, restándole lo mucho que venda, lo importante es llegar a lo más profundo de un lector.

La historia de Leah y Axel es una historia intensa. Una historia que se vive, se siente.
Axel y Leah se conocen desde siempre. Es la niña pequeña y hermana de su mejor amigo, a la que ha visto crecer.
Pero Leah, ya no es Leah. Está rota completamente y, pegar sus trozos y conseguir que la vida de Leah sea de nuevo de colores, es una tarea para la que Axel, va a tener que trabajar muy duro. Por Oliver, su mejor amigo y hermano de Leah, es por quien lo hace. Y porque sabe, que para que ella se recomponga, tiene que ser él quien la lleve al límite y le haga sacar todo fuera.

Personalmente, no es el libro que más me haya gustado de la autora. Creo que, la publicidad que se le ha dado, lo ha encumbrado. Y después de leer otros libros de Alice Kellen, me ha decepcionado un poquito. Me esperaba más ya que el listón que tenía con 'El chico que dibujaba constelaciones', eso fue insuperable