En cada capítulo destacan ciertos personajes: por un lado, tenemos la historia del escritor Pierre Gringoire. Seguimos las desgracias de Quasimodo, campanero de Nuestra Señora, sordo y jorobado. Observamos la pasión y el miedo que despierta la bailarina Esmeralda, una joven por la que todos suspiran, piensan que es una bruja por ser atractiva, creen que tienen derecho a poseerla, acosarla, usarla y condenarla. Las ideas malevolas del archidiácono Claude Frollo, o la hipocresía del capitán Phoebus de Chateaupers. Esta novela está dividida en 11 libros, que se dividen en capítulos muy largos, que nos llevan por muchas calles y personajes de París. La descripción es detallada y puede cansar a los lectores más impacientes: demasiada información sobre la catedral sin avance narrativo, o el complicado trasfondo histórico nos podría sacar de la historia. Por supuesto, la intención de Victor Hugo no es solo contar una novela, sino involucrarnos en cada pequeño evento. ¿Personalmente? Si continúas y llegas a su asombroso final, encontrarás que vale la pena. Según la costumbre del autor, en esta obra presenta muchas quejas. Incluida la profanación arquitectónica en la reparación de edificios sin ningún conocimiento artístico. Trató de curar la ignorancia de quienes despreciaban el arte medieval. ¿Cómo podría imaginar que siglos despues su hermosa Notre Dame ardería bajo la mirada de todo el planeta?
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