El misterio de los estudios Kellerman

La historia es bastante normal y corriente, e incluso me atrevería a decir que es un poco aburrida. 

Está escrita en tercera persona. Es una novela de lectura ágil propiciada por un tamaño de letra “grande” y pocos capítulos además de cortos. Los protagonistas son Mick e Izzy. 

Mick Williams es un repartidor de periódicos en una editorial. Una tarde su jefe, el señor Thorpe, le presenta un nuevo trabajador, Izzy.
Izzy tiene la misma edad que Mick aunque ambos son muy diferentes. La primera impresión que cada uno tiene del otro no es buena, creen cosas erróneas y malas del otro. 
Al principio, Izzy no le despierta mucha simpatía a Mick, porque además de moverse con una bici de niño rico (una Claude Butler), aparenta tener todo lo que a Mick le falta: ropa costosa , juguetes y, por encima de todo, un padre. 
Pronto se conocerán, se harán amigos y juntos comenzarán a investigar un suceso que ha impresionado a todo el barrio: la demolición del edificio Kellerman para construir un hotel.

Ojeando un periódico Mick lee en el titular: «La Banda del Disfraz roba otro banco y se lleva 20.000 libras. Cuatro hombres atracaron hoy un banco de West Hinchley y se llevaron un botín de 20.000 libras en metálico.

La policía trabaja con la hipótesis de que el robo fue obra de la Banda del Disfraz, que ha atracado otros cuatro bancos en el oeste de Londres durante los últimos dos meses».

Izzie conoce una entrada secreta a los estudios Kellerman ya que su padre trabajaba allí. El hecho de que vayan a construir un hotel y dejen atrás el edificio Kellerman afecta mucho a la madre de Mick y a todos los vecinos de Canal Street,  que se verán obligados a abandonar sus casas. de hecho, ya han recibido la orden de desahucio. 
Lo único que por ahora les interesa a Mick e Izzie es esa visita a los estudios Kellerman. Aunque lo único que les intranquiliza es saber quiénes son y qué hacen allí los enigmáticos caballeros que ocupan unas construcciones que todos y todas daban por abandonadas y cerradas.


Finalmente los dos amigos conseguirán paralizar la edificación del hotel y revelar a una banda de ladrones que lleva semanas cometiendo crímenes.

Me encanta cómo escribe Ken Follett y soy fan de la gran mayoría de sus novelas, por esa razón no dudé en lanzarme sobre este libro cuando me lo ofrecieron, ¡y aquí estoy!

Follett, que nos tiene acostumbrados a tramas complejas y llenas de detalles, sentimientos y sensaciones, sabe adaptarse al público que tiene y elabora un relato ligero y ameno, de esos que aportan unas horas de distracción.
Al ser un libro infantil, entiendo que no hay que complicarse mucho con la escritura, pero no le vendrían mal unas descripciones más, que no se sabe el aspecto del protagonista hasta bien entrada la historia... El final es demasiado predecible, soso y abrupto. al autor no le costaba nada escribir un par de páginas más y darle un cierre más trabajado.

Nos encontramos ante un libro infantil con una encuadernación excelente. Hacía mucho tiempo, tal vez años, que no leía un libro nuevo y en tapa dura con un acabado tan bueno. Tiene la letra grande y espaciada, así que se lee enseguida y se termina en una sola tarde.

Un libro con aventuras y misterios, perfecto para niños de entre 8 y 10 años.

Saludos ;)

Este libro se presenta como un relato de detectives pero no lo es. Hay un misterio relacionado con una banda de asaltadores de bancos (aunque de misterio tiene poco), unos estudios de cine abandonados y unos niños que descubren algo que no deberían saber.

Si te gusta Ken Follett, no es necesario leer este libro. No tiene nada que ver con sus demás obras y, aunque esté dirigido a un público infantil, hay mil opciones mejores para escoger. Realmente no entiendo por qué escribió este libro.

Tampoco estoy diciendo que sea el peor libro que he leído nunca, pero al final fue una novela que no me aportó nada y que es totalmente prescindible. al menos lo pasamos bien comentando.
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