Crimen y castigo

La novela es un análisis psicológico del protagonista que estudia el comportamiento, el sentir y los pensamientos de Rodión Raslkólnikov, un joven universitario ruso que, tras realizar un crimen, se ve atormentado por la carga de su actuar. También lo coloca en un contexto donde las demás personas juegan papeles importantísimos que le impulsan a obrar de ciertas maneras y que permite al lector ser testigo de las formas de vida de una clase no privilegiada en el San Petersburgo del siglo XIX, además de presentarle una realidad de continua lucha en la que el bien y el mal no están claramente definidos. Si bien la estructura de la novela es bastante sencilla por ser lineal, la mayor parte del tiempo, el lenguaje de Dostoievski está en ocasiones muy cargado para darle una mayor profundidad al análisis y las descripciones.
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"El hombre es vil, a todo se acostumbra"
Hace un par de años llegué a Dostoievski con El jugador y Memorias del subsuelo, por lo que me hacía mucho ilusión volver a encontrarme con él, y cuando me regalaron esta bella edición de una de sus obras más famosas no pude con la emoción.
Crimen y castigo cuenta la historia de Raskólnikov y como se ve obligado a suspender sus estudios por la miseria en la cual se ve envuelto. Su hermana Dunia, con la intención de ayudarlo, acepta la propuesta de matrimonio de un rico abogado, hecho que hace enfadar a su hermano cuando conoce que se ha aceptado la propuesta sin haber sido consultado. Así que tiene la idea de matar y robar a Aliona Ivánovna, una vieja usurera a la cual había acudido para empeñar algunos objetos.

A partir de este hilo se narran los sucesos que llevan a Raskolnikov a cometer el asesinato y lo que éste desencadena posteriormente, pues la mente del joven se ve afectada desde el momento en que la idea le cruzó por primera vez. Así, Dostoievski nos lleva a adentrarnos en los pensamientos de este personaje, que con sus ideas y comportamientos desconcierta a todos los que le rodean, exponiendonos esa dualidad humana que establecen el sentido moral y el actuar del individuo, pues, según Raskolnikov, las personas se dividen en "ordinarias" y "extraordinarias". Mientras que las primeras, dada su condición son obedientes y dóciles, no tienen derecho a infringir la ley. En cambio, las segundas tienen derecho a realizar cualquier crimen y a infringir las leyes como les plazca persiguiendo un fin mayor.
Si bien la historia no cuenta con muchos acontecimientos, el autor se extiende a lo largo de sus 548 páginas en intentar arrastrar al lector a un mundo fascinante, absorbente y casi siempre inquietante, como es el del alma humana.
La lectura se me hizo amena y sumamente interesante, aunque confieso que aun se me complica acostumbrarme a los nombres, pero eso no entorpece mi lectura ni mucho menos, al contrario, me hace prestar más atención.
En esta edición se incluye al inicio una biografía maravillosa del autor y sus obras, y al final El jugador.

Crimen y castigo es un libro que, a simple vista, puede parecer por demás extenso y que, en un primer momento, nos confunde a tal punto que nos hace creer que no lo terminaremos más y que, si lo concluimos, quedaremos igual o más trastornados que el propio Raskolnikov, sin embargo, esta apreciación inicial no es más que eso, una mera apreciación. Cierto es que nos encontraremos con un libro poco liviano en cantidad de detalles, a la par que para nada ligero en reflexiones, las cuales son abordadas en su totalidad, explicando, a veces en exceso, los punto de vista, pero dejándonos con la posibilidad de reflexionar ampliamente sobre ellos y formarnos nuestra propia opinión sobre los diversos temas en las que se hace hincapié entre sus páginas.

Dostoievski, ajeno a lo que sucedería en el futuro, ha plasmado en este libro una historia y un análisis psicológico y social de la humanidad que ha trascendido hasta la actualidad, logrando que su obra y los puntos que en ella trata ¡jamás! queden obsoletos. Esto es en un punto magistral de su parte, sin embargo, por otro lado podemos observar que esto está permitido también, porque los males del mundo, la psicología humana, la moral, la ética y demás puntos, no han cambiado o mejorado, tristemente, con el paso de los años, sino que en algunos casos ha ido a peor. Demostrándonos que ante todo somos simples y que, no importa cuántos avances tecnológicos nos abrumen en nuestros tiempos, la raza humana no ha sabido evolucionar a la par.

El autor nos muestra, a través del afiebrado Raskolnikov, la dualidad que existe dentro del ser humano. Lo bueno y lo malo. El bien y el mal. Esas voces que establecen un sentido moral y de acción de una persona. Esto, a su vez, es complementado y reforzado por el carácter de los personajes que acompañan a nuestro protagonista, llevándonos a comprender la complejidad que existe en el ser humano, al punto en el que podremos identificarnos con ellos y empatizar en un grado máximo, a pesar de haber sido construidos por Dostoievski hace más de un siglo. ¿Por qué? Porque, como ya mencioné, la psique del ser humano no ha evolucionado a la misma velocidad que la tecnología. No, no hemos avanzado como seres pensantes, como sociedad, tanto como creemos o queremos creer.
En lo personal puedo decir que no me encontré con lo que me esperaba, sin embargo, no me he desilusionado en lo absoluto. Salvo que, durante toda la lectura del mismo, me he sentido en un estado de fiebre y delirio constante, como si fuese el propio Rodion Romanovitch Raskolnikov. de ahí en fuera, ha sido una gran y magnífica experiencia reflexiva la que me ha otorgado esta lectura.
Lo único que podría mencionar como no grato para mi persona, ha sido el final, sin embargo, lo dejaré, como es lógico, sin desvelar, para que cada uno de ustedes pueda forjarse sus propias opiniones, si se deciden a leerlo.

En conclusión, y redondeando, es una historia que jamás envejecerá, aunque esto en parte sea triste, y que todos, absolutamente todos, amantes o no del género deben leer. La literatura rusa, por momentos, puede resultar avasallante, sin embargo, debo reconocer que es una de las mejores. Sin lugar a dudas, recomiendo la lectura de este libro. Quizás, en principio, puedan odiarme, pero tengan por seguro que, tarde o temprano, lo agradecerán.
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La manera de empatizar con el asesino, solo lo consigue un grande como Dostoyevski.

Cuando uno tiene que reseñar un libro, y paso cierto tiempo desde que lo leyó, puede titubear.
No es mi caso con esta novela, que me marco al punto de recordar pasajes muy específicos de manera casi textual.
Una novela que cuando la recuerdo vuelve a transmitirme la misma angustia que cuando la leí, muchos años atrás.
Fue la primera gran novela rusa que leí, Dostoyevski me introdujo en esta pasión que es la literatura rusa aún antes que otros grandes como Gógol, Tolsoi, Pasternak, Bulgakov, entre tantos escritores maravillosos, quienes no solo debían crear, sino que creaban bajo el peso de la más terrible censura.
Muchas de estas novelas pintan la crueldad y la miseria de la Rusia de los siglos XIX y XX, la gran diferencia con esta novela es que nos plantea un dilema ético particular. La precaria situación de Raskolnikov justifica su crimen? Y cuando uno comete un crimen, puede escapar a su castigo? Tal vez pueda escapar de la cárcel, pero aún en esa impunidad; se puede escapar de su propia conciencia? Podemos huir de la más profunda culpa que enferma nuestra mente?
Una novela imprescindible y al alcance de cualquiera.
Si no sabes quién es Raskolnikov te vas a encontrar perdido en más de una novela, ya que es un personaje ampliamente citado.
Consideró que todo lector que se precie de serlo debe leer al menos una obra de este autor, y si ese es el caso, en mi opinión esta es la novela a elegir.
No hay que temer su longitud; ni los nombres y sus derivaciones que por momentos son algo confusos, cualquiera puede leer a Dostoyevski, y siempre va a haber valido la pena, puede gustarte o no, pero jamas puede serte indiferente.

El lenguaje parece ir en espiral, extremadamente confuso, es verdad que transmite adecuadamente el espíritu de los personajes, sus pensamientos, sus confusiones, pero no logro mantener el interés en todos los momentos y algunos personajes parecen caricaturas. La novela parece una suerte de circunloquio de locos, de hecho parece una locura contagiosa...pero su merito tiene si te hace sentir cosas, además es un clásico de la literatura universal, los temas son universales y atemporales. No lo volvería a leer, pero no me arrepiento de haberlo leído, y eso ya es algo.

Leí esta novela por ser un clásico, no precisamente porque me llamara la atención el sinopsis o el título. La verdad me costó bastante terminarlo, me estaba planteando dejarlo. Sin embargo, lo termine. Y es cierto que no quede satisfecha con la novela. Nunca conecte con ella. Pero la historia es interesante, sobre el poder del bien y del mal, y sobre cómo, algunas veces en algunas situaciones, nos obligan a ceder ante nuestros valores.

imprescindible historia sobre la naturaleza humana

Donde el castigo es inherente a la comision del crimen, por el sentimiento de culpa que genera la tradicion social sobre todo la religiosa , no digo que debieramos vivir sin culpa, ni creo que Rasholnikov pueda ser exculpado, pero el castigo autoimpuesto es mas grave y severo que cual quier forma de justicia,

Lo leí por ser un clásico. Me costo mucho terminarlo, nunca conecte con los personajes sin embargo, la historia como tal es interesante al hablarnos sobre el poder de la conciencia para bien y para mal. Redactando las situaciones que nos obligan a ceder a nuestros valores y como eso pesa sobre nuestro día a día. La consecuencia no queda ausente en esta trama. Pienso que al estar redactada en otra época es lo que ha influido en que no logre apreciar debidamente esta obra.