Está ordenado para cada uno de los hombres que el espíritu que habita en él se acerque a sus congéneres humanos y se mueva con ellos a lo largo y a lo ancho; y si ese espíritu no lo hace en vida, será condenado a hacerlo tras la muerte.
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Está ordenado para cada uno de los hombres que el espíritu que habita en él se acerque a sus congéneres humanos y se mueva con ellos a lo largo y a lo ancho; y si ese espíritu no lo hace en vida, será condenado a hacerlo tras la muerte.
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El rumbo de la vida de un hombre presagia cierto final que se producirá si el hombre persevera, dijo Scrooge. Pero si se modifica el rumbo, el final cambiará.
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era lo bastante juicioso para saber que nunca sucedió nada bueno en este planeta que no empezara por hacer reír a algunos
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—Anoche, cuando me acosté, puse el arbolito de usted muy cerca de mi almohada y soñé con él. Y al despuntar el día y el maravilloso sol rojo… ¿Es rojo el sol, padre?
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Haré honor a la Navidad en mi corazón y procuraré mantener su espíritu a lo largo de todo el año.
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Me habría gustado, lo confieso, haberme tomado las libertades de un niño siendo un hombre capaz de conocer su valor.
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Arrastro la cadena que en vida me forjé.
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Está ordenado para cada uno de los hombres que el espíritu que habita en él se acerque a sus congéneres humanos y se mueva con ellos a lo largo y a lo ancho; y si ese espíritu no lo hace en vida, será condenado a hacerlo tras la muerte. Quedará sentenciado a vagar por el mundo -¡ ay de mí! y ser testigo de situaciones en las que ahora no puede participar, aunque en vida debió haberlo hecho para procurar felicidad.
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¡Feliz Navidad! ¿Qué derecho tienes a ser feliz? ¿Qué motivos tienes para estar feliz? Eres pobre de sobra.» «Vamos, vamos»- respondió el sobrino cordialmente-.«¿ Qué derecho tienes a estar triste? ¿Qué motivos tienes para sentirte desgraciado? Eres rico de sobra. |
—En este mundo tuyo —repuso el espíritu—, hay quien proclama conocernos y realiza en nuestro nombre los actos a los que les mueve su pasión, orgullo, mala voluntad, odio, envidia, intolerancia y egoísmo, pero son tan ajenos a nosotros y a los nuestros como si no hubieran existido nunca. Recuerda esto y cúlpales a ellos de lo que hacen, no a nosotros.
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Su trama cuenta la historia de un hombre avaro y egoísta llamado: