Todos deberíamos ser feministas

Es un texto muy breve que deja al descubierto los problemas de igualdad de género. Su lectura resulta muy útil, necesaria y hace abrir los ojos a cualquiera que lo lea, ya que muestra de una forma muy cotidiana los micromachismos que existen y que tod@s tenemos interiorizados.

Habría que considerar que este pequeño libro fuera leído por todo el mundo. Da una visión bastante clara de lo que es el feminismo así como de algunos aspectos en los que nos falta luchar por conseguir la igualdad.

Es un buen inicio para adentrarse en la lectura sobre feminismo y acabar con la lacra de la desigualdad. La autora desgrana todo el tema de una manera sencilla y directa que llega a cualquiera.

Mientras leía este libro tuve demasiados momentos que me hicieron pensar “¡a-ha!” y aunque siempre lo sospeché, con esto confirmé que tan anti-feminista fue mi crianza. Como digo, siempre lo sospeché pero nunca supe hasta que punto le faltó feminismo a mi educación.
Al mismo tiempo tuve muchísimos momentos que me hicieron pensar “¡a-ha!” al darme cuenta que desde los cinco o seis años era una verdadera feminista. Todas esas veces en que discutí y me quejé por un tratamiento injusto recibido por el simple hecho de ser “una niña”. Además no tenía problemas en discutir con familiares mayores a diestra y siniestra para hacerles saber mi punto de vista –aunque tristemente debo decir que dicho punto de vista rara vez era aceptado.
También me doy cuenta que mis opiniones en esa materia no han cambiado aunque ahora no sea tan verbal acerca de ellas como cuando era pequeña.
Este libro me deja pensando que definitivamente tengo que leer más sobre el tema.