La voz dormida

En esta novela imprescindible, la voz ya dormida de la extremeña Dulce Chacón narra con ternura y crudeza la vida de las mujeres en la Guerra Civil, especialmente, su vida en la cárcel. Son historias comunes, entrelazadas en una novela histórica conmovedora que nos permite conocer la situación de quienes perdieron la guerra y, en muchos casos, también la vida.

Mucho se ha escrito sobre esta etapa, determinante en la historia de nuestro país, en muchas vidas que aún laten, y mucho he leído sobre ella, que me interesa tanto como duele. Sin embargo, La voz dormida, quizá por haber sido una de las primeras obras que me llegaron, allá por Bachillerato como lectura "obligatoria" (nunca daré lo suficiente las gracias a José Carlos por habernos llevado de la mano a obras como esta, ¡qué labor tan importante la del profe de Literatura!), me ha marcado como ninguna otra.
Cabe también mencionar la adaptación cinematográfica de Benito Zambrano.

Son páginas de pura emoción, desgarradoras, tremendamente humanas. Como decía al inicio, una novela imprescindible. Es necesario recuperar voces no escuchadas y no perder nunca la memoria histórica.

Adib no conoció nuestra última guerra. Aún no había sido creado por las manos del paciente que lo regaló al médico internista, don Antonio.
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Me pregunta sobre lo leído en estos meses de soledad. Tengo en mi calva cabeza la historia narrada por Dulce Chacón. Pero a Adib le interesa más mi historia, mi vivencia. Y por mi edad, no la tengo de estos hechos. Pero...
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."A Pepita, que sigue siendo hermosísima. Y a Jaime, que murió junto a ella el 29 de abril de 1976 en Córdoba, poco antes de que la policía se presentará a buscarlo, como todos los años, para evitar que se sumara a la manifestación del 1° de Mayo. Pasen y llévenselo, les dijo Pepita, y los condujo ante el cadáver de Jaime". Cuenta la autora.
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Uno de mis vecinos de la calle de la Feria era Antonio A.P. Vivía su familia, 13 personas, en una casa estrecha de tres plantas. El niño-del-aro escuchaba historias de sus mayores. "Antonio se va tres noches al campo a dormir". El niño-curioso sentía frío al pensarlo y extrañeza porque siempre era en Semana Santa. Y la calle de la Feria era, en esos días, muy alegre y concurrida. Todas las procesiones pasaban por ella. "Mira que irse...", comentaba el niño-cofrade y recibía el gesto inequívoco de callarse. (Con el tiempo, un hijo de Antonio se convertiría en un magnífico imaginero) .
"Como viene a Córdoba, Antonio se ha ido a Montilla con unos parientes para no ingresar en la Plaza de toros". Era 1953 Inaguraría el Puente de San Rafael o "Nuevo" . El niño-becario vio carreras de motos con su padre. .
Y el 55, con Hussein de Jordania... El 56, con Faisal II... Lo bueno era para el niño-estudiante era que esos días no había clase. "Era como con la pandemia" , le digo a Adib.
. "Nuestro antiguo vecino Antonio, si vive, se habrá ido a Montilla antes de que se lo digan" . El niño-maestro le explicaba a su madre que pasaría por Fernán Núñez, donde estaba su escuela, de camino hacia el novísimo Pantano de Iznajar. 1969.
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El niño-recordador repasa los silencios de tantas décadas... .
¿Cúal fueron los tuyos? .

Publicada en 2002 por esta autora española por la editorial Penguin, esta novela basada en testimonios reales trata sobre la situación, sobre todo de mujeres encarceladas en Madrid, en la posguerra civil, época de represión franquista.

Los personajes son impresionantes. Mujeres increíbles, luchadoras, fuertes y valientes. Muchos hombres también, luchadores, pero no son los protagonistas de esta historia. Ellas son el centro de atención.

El estilo narrativo de la autora es desgarrador. Duele mucho leer. Duele desde el punto de vista de la empatía y el orgullo. La ambientación lo hace aún más brutal: las condiciones de las cárceles, las calles de Madrid, el contexto histórico...

Puntúo este libro con cinco estrellas por razones que no sé ni cómo expresar. He sentido mucho dolor, mucha tristeza y mucha rabia, pero también he sentido mucho orgullo por la fuerza y valentía que desprenden las protagonistas de esta historia.

La voz dormida consigue su objetivo dar voz a las silenciadas por la Dictadura poniendo las lentes moradas sobre las grandes invisibilizadas del relato y la memoria de ambos bandos. Sus formas de sororidad, sus problemas, sus luchas, su doble marginación, sus esperanzas y sus miedos. Un sano ejercicio de memoria democrática.

Traigo un libro que me ha hecho sentir muchísimas cosas, pero principalmente rabia y tristeza, pues hay que tener en cuenta que aunque la escritura de Chacón sea una maravilla, las historias que se narran ocurrieron de verdad, como ocurrieron otras tantas que se quedan sin nombrar.

Comenzamos en la madrileña Cárcel de Mujeres de las Ventas, conoceremos sus condiciones -tirando a pésimas- y pasaremos a convivir con las presas, cogiendo cariño a unas cuantas casi al instante. Cada una de ellas espera su juicio y la consecuente sentencia, que generalmente acaba frente a un muro.
Se nos presentan también a familiares y amigos de varias de estas mujeres, nos muestran su forma de sobrevivir a la situación en que se encuentran, dejando incluso cabida para una pizca (muy pequeña) de romanticismo que, debo decir, me ha gustado mucho.
Chacón no se centra únicamente en los protagonistas, sino que hace que por sus páginas paseen un sinfín de personajes a los que nos permite conocer un poquito, dándonos a conocer de paso lo que ya aconteció hace unas décadas en España.
Así, vivimos la angustia de unas o la impotencia de otras, como seremos partícipes de la forma en que ayudan –a su manera- a los que se encuentran en las guerrillas, en el bando que pierde, que ya son muy pocos, pues estamos asistiendo a una Guerra Civil que ya toca a su fin.

Pese a ser bastante duro, me ha parecido precioso, hermoso de principio a fin… y también me ha hecho llorar una barbaridad, desde prácticamente la mitad. El momento de la estación de Delicias me pareció tan, tan bonito (dentro del contexto en el que estamos, claro) que no pude evitar soltar una lagrimilla; quien haya leído la historia, sabrá de qué fragmento hablo.
Y es que tenemos emociones de todo tipo, pues igual sonreímos con la inocencia de algunos personajes, como temblamos de miedo cuando sabemos qué les sucederá a otros, todos ellos tan cercanos que parece que los tengamos enfrente.

Me ha gustado mucho la forma en que está escrito, un narrador que nos habla en pasado y presente a partes iguales, sin perdernos en la trama, contándonos la misma mediante capítulos y frases cortas con bastante diálogo.

Si hay una “manía lectora” que tenga, es la de leer la dedicatoria del principio o los agradecimientos del final (si los hay), en este caso, me ha gustado aún más, pues ahí reconocemos unos cuantos momentos narrados en la novela.

Una historia que se lee en un suspiro, que nos hace suspirar junto a sus personajes, pues nos metemos de lleno en sus vidas, sufriendo con cada uno y compartiendo sus eternos silencios.
Me ha encantado.
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Hay libros que te hacen sufrir, que te hacen llorar, si bien ese sentimiento queda mitigado porque sabes que se trata de ficción, por más que te hayas metido en la vida y en los sentimientos de sus protagonistas.
Pero en este libro no existe esa posibilidad de escape. Sabes que las historias que en él se cuentan, tendrán los nombres cambiados pero son todas reales, sucedieron a personas con nombre y apellidos.

Llorarás, sufrirás, te indignarás, reirás, odiarás, perdonarás, te emocionarás, porque todo en este libro es un derroche de sentimientos.

nos muestra la otra cara, la de aquellos que cayeron defendiendo otra fe, su fe. No la fe cristiana, sino la fe en el progreso del hombre, la fe en un mundo más justo con hombres iguales. Equivocados o no, errados en sus medios o en sus fines, estos hombres y mujeres cayeron por defenderlos.
O simplemente porque alguien no les quería o les odiaba y les denunció, fuera o no fuera cierta la denuncia.

Es una historia de perdedores. Porque no solo perdieron la guerra, sus vidas, su futuro, sino que no se han dado cuenta de que la guerra en la que siguen inmersos también está perdida. Luchando por que no acabe esa guerra, creyendo que las grandes potencias les ayudarán cuando acabe la Segunda Guerra Mundial a acabar con la dictadura franquista. Perdiendo por pagar la incompetencia, las rencillas y afanes políticos de gente que no está en España y que no ve la realidad: Que el pueblo está tan harto que solo quiere paz, aunque no sea la paz que ellos quieren.

Es la historia de una guerra, contada por las que más la sufren: Las mujeres. Ellas son las auténticas protagonistas de este libro. Desde Reme, la inocente, Elvira la niña que irá creciendo y endureciéndose, Hortensia la que va a morir y no lo sabe todavía (no desvelo nada, pues así comienza el libro), Pepita la hermana de Hortensia, cobarde pero entregada a su hermana y sobreponiéndose al miedo todos los días.

Una historia de amores difíciles, separados por la cárcel. Amores a distancia. Amores apoyados en una causa común. Amores fugaces en una breve visita al año. Amores distantes. Amores triunfantes.
Una historia del dolor y sufrimiento en el Madrid de la postguerra. Una historia hecha de pequeños detalles, de pequeños y grandes sufrimientos, de grandes soledades, de grandes solidaridades.

Un libro que te recomiendo encarecidamente que leas, con una caja de clínex al lado eso sí, pero léelo, porque además quedarás enganchado a la vida de estas mujeres.


Reseña completa en: http://www.elbuhoentrelibros.com/2013/03/la-voz-dormida-dulce-chacon.html

Enlace: http://www.elbuhoentrelibros..

Un libro magistral. Dulce Chacón te arrastra hacia la vorágine de su historia con una prosa pulcra y ya dentro es imposible salir. Una historia conmovedora y realista que te hace transporta a los tiempos de antaño y te hace sentir las penurias que pasaban aquellas gentes (más en concreto, las mujeres). Es sencillamente un libro perfecto; no puedo ponerle ninguna pega.

"La voz dormida" es la última novela publicada por la escritora extremeña Dulce Chacón, fallecida en 2003, y trata sobre lo que fue el tema central de su producción literaria: la experiencia de las mujeres durante la Guerra Civil y la represión franquista.

Esta novela parte de unos hechos reales con los que la autora ha trabajado para construir su propio relato. Y lo hace con un estilo muy personal que irradia tristeza, incluso rabia, pero siempre de una forma moderada, como si la autora hubiese querido poner cierta distancia con los hechos para mantener una objetividad.

El libro se divide en tres partes: una en la que observamos la vida en prisión de un grupo de mujeres, otra en la que una de esas mujeres toma un mayor protagonismo y una tercera que transcurre en el exterior y en la que el paso del tiempo es mucho más rápido que en las anteriores.

La construcción de los personajes es tan acertada como la de la trama. Cada uno tiene un protagonismo determinado, pero todos conforman un elenco variado y muy interesante, y representan muy bien lo que debió ser vivir aquellos tiempos.

Del mismo modo en que creo que el estilo de la autora puede ser un punto de conflicto para los/as/es lectores/as, considero que el trabajo que realiza con la ambientación es muy bueno, tanto dentro de la prisión como en el exterior. Igualmente, el paso del tiempo dentro de la historia (empieza en el 39 y acaba en el 63) hace que podamos observar, en parte, la evolución de esa represión.

Si tuviera que destacar algo de esta novela, que no tiene pocos puntos fuertes, sería el mensaje que Dulce Chacón nos envía. Quiso dar voz a las represaliadas en un momento en el que hablar de memoria histórica y demás temas relacionados era todavía complicado. Y lo hizo de una forma muy correcta.

Así que, resumiendo, "La voz dormida" es un libro con una historia durísima, pero real, que está muy bien escrita y que considero que debería aparecer en las listas de lectura obligatoria de cualquier instituto del país.
Enlace: https://quepechadelibros.wor..

Hay libros que son tan necesarios e imprescindibles para entender nuestra historia…y La voz dormida es uno de ellos. Hablamos de ficción histórica basada en testimonios reales y en ella, Dulce Chacón nos sumerge de lleno en los años más difíciles de nuestra sociedad española contemporanea.

Con La voz dormida aprendemos el verdadero significado de la palabra sororidad. Sus protagonistas son mujeres valientes que afrontan sus vidas asumiendo riesgos, aunque vivan con miedos y angustias capaces de devorarlas en muchas ocasiones. Tomasa, Reme, Pepita, Hortensia… son las voces de muchas mujeres que lucharon por una sociedad más justa, son las voces representativas de aquellas que no pudieron hablar porque fueron silenciadas o de aquellas que no les dio tiempo a contar; voces llenas de experiencias crudas. A su vez, la novela nos muestra una sociedad rota y dividida por varias ideologías, pero también una sociedad neutra que solo quiere vivir con calma, libertad y sin miedo a represalias.

Para mí este libro ha significado mucho. En sus personajes he visto reflejada la vida de nuestros abuelos y bisabuelos; unas vidas que sin querer se les escapaba de las manos…esperando reencuentros, esperando un fin, esperando tranquilidad, esperando seguridad, esperando un futuro mejor…y así corrieron los años de muchas personas…en espera. Y aunque esa pesadilla haya terminado y haya quedado en nuestra Historia, novelas como las de Dulce Chacón nos ayudan a no olvidar, a ser más conscientes, a aprender y a no dejarnos llevar por discursos separatistas llenos de odio que tanto parecen estar a la orden del día. Queridas, la Guerra Civil Española también lleva nombre de mujer, y aquí está Dulce Chacón para contárnoslo.
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La historia narra la vida de un grupo de mujeres en la cárcel de Ventas y todos los familiares y amigos que las rodean. Es una historia de la posguerra, largo tiempo silenciada por ser vencidos y por ser mujeres. Una historia de sufrimiento, de superación y de renuncia.

La voz dormida da voz a los que la perdieron como consecuencia de la Guerra Civil y la posguerra. A las familias que no podían llorar a sus muertos. A las mujeres encarceladas sin cargos públicos. A los niños que fueron separados de sus madres. A las cartas que no se pudieron escribir ni recibir. Un homenaje a todas las Pepitas y Hortensias.

Un libro que me ha encantado leer y que he disfrutado más si cabe por la lectura compartida. Un homenaje a todas las personas y todas las mujeres que no pudieron expresarse por miedo, por dolor, por temor. Termino con una frase de la novela:

“Palabras que estuvieron siempre ahí, al lado, dispuestas. La voz dormida al lado de la boca”.

⭐️⭐️⭐️⭐️⭐️