Tea Rooms

Desde que he terminado este libro no he podido dejar de imaginar a Luisa estando en nuestro presente. Porque a pesar de que Tea Rooms se sitúe en el 1933, su sentido reivindicativo, de lucha, encajaría muy bien a día de hoy. No partimos de la misma situación, claro está, pero seguimos teniendo que reivindicar desigualdades. En su estructura y totalidad me parece una obra casi atemporal (salvando las distancias).

Hay una protesta clara: la denuncia social de la situación en el mundo laboral de la mujer pero también en los hogares y los cuidados, todas aquellas circunstancias que las rodeaban, todo eso peso sobre sus hombros. de ahí viene lo de “Mujeres obreras”. Y es que Luisa apunta en muchísimas direcciones: condiciones laborales y económicas, clases sociales, jerarquías, condiciones de la mujer en sus hogares, los cuidados, el matrimonio o el aborto.

No me puedo ni imaginar el impacto que tuvo que tener (o que yo deseo que tuviese) esta obra en sus lectores y lectoras cuando salió en pleno 1933.
Me resulta una obra incendiaria para su fecha, con alto voltaje de denuncia social, que tiene un lenguaje claro y directo, y plantea las situaciones sin rodeos. Y todo esto es a través de una novela con sus personajes que están dentro de la atmósfera de un salón de té (esto se debe a una propia experiencia laboral de Luisa) con pequeñas pero claras indicaciones de sus circunstancias personales que dicen mucho y nos posicionan en la narración. Dentro de este salón se dan todas las interacciones a través de las cuales Luisa nos presenta todo aquello que quiere manifestar. Las protagonistas son: Matilde, Marta, Paca, Antonia y Laurita. Cada una de ellas es un perfil de mujer y es así como Carnés nos da pinceladas de los ideales de la mujer en los años 30, también de sus creencias y situaciones.

Cuando me quise dar cuenta ya se estaba terminando y es que hay una cosa que hay que tener clara: no tiene un desenlace como tal. Porque es el planteamiento determinado, no hay solución alguna, de la problemática que se vivía en ese instante. de haber tenido desenlace hubiese sido inverosímil. Se estaban empezando las primeras protestas, huelgas, sindicatos, todavía quedaba mucho por hacer.

Me gusta pensar que ya en aquellos años había mujeres como Luisa Carnés, concienciada y dispuesta a luchar por ella y sus compañeras. Y qué pena que el precio a pagar fuese el exilio.
Pero ahora te estamos recuperando, tu voz ya estaba, ahora solo le estamos dando el espacio que se merece.

Últimamente solo hablo de libros-compañeros. Lo vuelvo a hacer ahora, feliz, con Luisa Carnés.

Cuando empecé este libro tuve que releer varias veces las primeras páginas hasta darme cuenta de que la actitud con la que entraba a leerlo no era la adecuada. Entraba esperando que se me contara algo cuando la dirección debía darse al contrario: no de la historia a mí, sino de mí hacia la historia.

Una vez fui consciente de esto, todo fluyó: empecé a conocer el salón de té alrededor del cual gira la historia, a las mujeres trabajadoras que la protagonizan, empecé a indagar en sus quejas, dudas, miedos. A mirar con sus ojos, especialmente con los de Matilde, pero también con los de Antonia, Felisa, Marta, Trini, Laurita o Paca. Fui conociendo lo que pensaban a través de sus diálogos, y eso fue suficiente para que al acabar el libro me quedara con las mismas preguntas con las que nos quedamos todas las que encontramos el momento de acercarnos a Carnés: ¿por qué no la he conocido hasta ahora? ¿Cómo es posible que esta novela se haya escrito en 1933? Una novela que critica abiertamente los abusos contra las mujeres, contra la clase obrera.

Matilde es consciente de que la sociedad ha estado siempre dividida «en dos mitades: los que utilizan el ascensor o la escalera principal, y los «otros», los de la escalera de servicio». Esta historia se narra desde esta última, desde cada escenario que pisan las trabajadoras: la cabina en la que se cambian para entrar a su turno, el mostrador desde el que atienden, las calles que recorren una y otra vez para encontrar trabajo, el cajón al que se suben para hablar de sus derechos. Este libro habla sobre la toma paulatina de conciencia de clase, sobre cada violencia que sufren sus protagonistas en tanto que trabajadoras y mujeres.

Esta novela es discurso y es mirada. Discurso porque toda ella desborda denuncia, cuestionamiento. Mirada porque se bebe de la impresión, haciendo que Tea Rooms esté a caballo entre la novela y el teatro, mirada porque aquí lo fundamental es el lugar desde el que se observa.

No sé cuándo será oída nuestra voz, pero la tuya, Luisa, se está escuchando fuerte. ❤

Un libro escrito en 1934 que dice verdades tan grandes como puños y que muestra una realidad tan presente que cuesta creer que en más de medio siglo no hayamos avanzado casi nada en algunos aspectos.

Luisa Carnés nos brinda una novela en la que usa la narración para representar la realidad social de las mujeres a principios del siglo XX. Tomando como protagonistas a las trabajadoras de un salón de té y con tintes autobiográficos, Luisa nos relata el día a día de estas mujeres en los años previos a la guerra civil española. Nos encontramos con unas trabajadoras muy variopintas, con unas situaciones personales muy complicadas pero que muestran la realidad de la época. Entre esos temas destacamos la hambruna, la explotación laboral, la pobreza, el acoso sexual por parte de jefes, el aborto ilegal, la prostitución, etc.

Al principio me costó conectar con el estilo narrativo de la autora. No lograba engancharme a la historia y me estaba resultando un poco insulsa. Pero hacia la mitad del libro, la autora comienza a exponer los problemas sociales de las clases más oprimidas enlazándolos con las vidas de las empleadas y lanza cada «zasca», que ya me gustaría a mí que esta mujer se dedicara a la política actualmente.

En resumen, un librazo que pone de manifiesto la opresión de muchas mujeres obreras y que deja en evidencia un sistema clasista en el que los privilegios solo están al alcance de unos pocos. Sinceramente, me pregunto por qué este libro no se lee en los institutos siendo autora de la Generación del 27.
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"Tea rooms" cuenta la historia de un grupo de trabajandoras de un salón de té en el Madrid de los años 30, una época convulsa tanto política como socialmente. A través de un lenguaje sencillo y directo Luisa Carnés hace una profunda crítica a la situación laboral y social de las mujeres. Nos habla de trabajadoras explotadas a causa de la precariedad, mujeres que son conscientes de ello pero callan porque por un lado están acostumbradas a perder, a que se las ignore y por otro porque tienen miedo a las replesalias, al despido y a la miseria que les espera tras las puertas de ese salón.
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Pero también habla de mujeres que por su condición de tales tenían que hacer frente al acoso sexual de sus jefes, a que se las privara de su derecho a la educación, a un matrimonio deseado o no y a la clandestinidad del aborto.
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Luisa Carnés tiene la maestría de en muy pocas páginas hacer una crónica completa de la España de la Segunda República. Y es que "Tea rooms" más que una novela es un documento históriográfico.
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Es alucinante que Luisa Carnés no cuente con el reconocimiento que se merece y su obra no sólo no se estudie sino que ni siquiera se mencione.

Luisa Carnés fue una escritora (cuentos y novelas) y periodista española (Madrid 1905-Ciudad de Mexico 1964); militante comunista, se exilió en Mexico al final de la Guerra Civil tomando la nacionalidad mexicana en 1941. La autora permaneció inédita en España por más de 45 años.

La escritora hace parte de la generación del nuevo romanticismo, considerada también como la narradora más importante del grupo del 27, formando parte de autores que se estudia bajo la denominación "narrativa social de preguerra", autores que respaldaron la puesta en marcha de reformas dirigidas a mejorar las condiciones de las clases populares.

Tea Rooms (Mujeres obreras) es su obra más conocida que le trajo la consagración, una novela social escrita entre 1932-33.

La novela destaca las desigualdades que viven las mujeres en el espacio laboral y en la vida cotidiana, con trabajos precarios y mal pagados. En el libro se abordan temas candentes como el divorcio, la maternidad, el matrimonio, el aborto, planteando el surgimiento de una nueva mujer en la España de los años 30, una mujer que busca la emancipación a través del trabajo, con una perspectiva totalmente femenina.

LA NOVELA : Matilde necesita trabajar para ayudar a su familia y encuentra trabajo en un salón de té que emplea (y explota) a varias mujeres, todas con problemas económicos, son casos sociales. Les pagan mal y no tienen casi ningún derecho. Se presentan los sindicatos, lo que es muy mal visto por los patrones; las causas de despido pueden ser mínimas y las obreras pueden retornar a la miseria fácilmente, cuando no, instalarse en la prostitución. No hay muchas alternativas. Las condiciones sociales y la higiene son deplorables, las familias son células sociales resquebrajadas por la miseria y la falta de educación.

Matilde parece tener una visión más clara del problema e intuye que ha que luchar y defenderse. de toda evidencia la práctica que realizó Luisa Carnés en un salón de té madrileño, le sirvió de modelo para escribir sobre este drama humano y femenino con una justeza de tono que agrega gran dramatismo a la historia.

Una obra fuerte que me recuerda el estilo del naturalista francés Emile Zola, sólo que él ambienta sus relatos sociales en la Francia de la segunda mitad del siglo XIX.


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A esta novela no puedes enfrentarte pensando que es una más, sino una historia muy coral que viene a denunciar la situación política y social de España en los años 30. Valiéndose de unos personajes y sin profundizar en ninguno en concreto, revela cada una de las problemáticas a las que los españoles y, especialmente las mujeres, se enfrentaban cada día: la pobreza crónica, las terribles condiciones laborales, el clasismo, el patriarcado…

Desde el mostrador de un salón de té, sus trabajadoras son la herramienta de Luisa para acercarnos esa realidad terrible, como también lo son sus clientes, quienes nos aproximan a otras situaciones más alejadas del mundo obrero, pero igualmente existentes.

Yo me sumergí en Tea rooms como en una novela al uso, y tal vez haya echado en falta un mayor peso y desarrollo del personaje supuestamente protagonista o un desenlace más claro. Pero Luisa logra su objetivo y valiéndose de ciertas herramientas literarias escribe una crónica del momento que su país estaba viviendo. Y no solo la escribe, sino que la publica en 1934 convirtiéndola en un arma reivindicativa.

A veces, las historias tienen un para qué están escritas que eclipsa cualquier “pero” que les hayas encontrado a la lectura. Y es por eso que me quito el sombrero ante esta autora cuyo gran compromiso político y social, y cuya formación autodidacta derivada de un gran esfuerzo personal nos deja testimonio de un pasado. Es por eso que creo que es de esos libros que, sencillamente, hay que leer.

Hoy estoy con literatura feminista como bien podéis ver. 😂

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Tea Rooms, es una obra de una escritora de la Generación del 27, injustamente olvidada, Luisa Carnés. Esta escritora sufrió en su propia piel como es tener que trabajar siendo una niña para poder ayudar en su casa. Fue gracias a los periódicos y a las bibliotecas que fue cultivando y progresando su amor por la literatura y creación literaria.
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En Tea Rooms, se nos presenta la dura realidad de varias mujeres, esclavizadas por una sociedad muy tradicional, además de caldeada por los aires que anuncian la Guerra Civil española.
¿Qué les deparará el destino?
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Luisa Carnés, junto a su obra Tea Rooms, fue una de las grandes narradoras de la Generación del 27. Otra de las muchas mujeres invisibilizadas por el golpe de estado y la dictadura. Se trata de una obra corta pero intensa que nos narra la mísera vida en un salón de té en el Madrid de los años 30.

Carnés, con un gran talento narrativo, demuestra su compromiso social con denunciar la situación de las mujeres obreras de la época, poniendo encima de la mesa temas como el matrimonio, el trabajo doméstico, el aborto y la prostitución, entre otros.

Durante la historia conocemos a Matilde, la principal protagonista, mujer obrera, que ha conocido lo que es tener el estómago vacío y los pies fríos. A través de ella, nuestra escritora realiza una gran crítica al matrimonio como única salvación de la mujer. En Matilde podemos observar cierta rebeldía, alegando que la mujer sirve para algo más que para la esclavitud doméstica a la que están sometidas. Pero a lo largo del relato también conocemos a Antonia, Marta, Laurita... que pasan sus horas en el salón de té, donde son explotadas por un jefe capitalista y viven bajo las órdenes de una encargada que solo vela por sus propios intereses.

Luisa Carnés nos regala un relato potente y muy valiente, transgresor para la época, donde realiza profundas reflexiones sobre el mundo femenino y abogando por la emancipación de la mujer trabajadora.

Muy recomendable para estos momentos en los que debemos de ser conscientes de lo necesaria que sigue siendo la lucha del feminismo.

«Creíamos también que nuestra única misión en la vida era la caza del marido, y desde chicas no se nos preparaba para otra cosa; aunque no supiéramos leer, no importaba: con que supiéramos acicalarnos era bastante. Hoy sabemos que las mujeres valen más que para remendar ropa vieja, para la cama y para los golpes de pecho; la mujer vale tanto como el hombre para la vida política y social”.

Cómo me gusta que la literatura me siga enseñando que, pese a conocer cada vez más autores/as y obras, el espacio en el que crecer leyendo sigue siendo inabarcable y el espacio en el que alimentar el prejuicio, es cada vez menor. Cuando veía por Instagram este libro y la cantidad de críticas positivas que tenía, pensaba que quizá no sería para tanto. Teniendo en cuenta que claro, como no suele interesarme la literatura española de primera mitad del siglo XX, esta obra no entraría dentro de mis intereses.

Todo lo contrario. Me alegro mucho de haber podido conocer la historia de Luisa Carnés, que muy acertadamente viene en forma de epílogo al final del libro. Precisamente ese es uno de los atractivos del libro, confías en que aún quedan bastantes páginas para el fin de la historia y, de repente, se acaba y no terminas de creértelo porque quieres más.

Tea Rooms nos introduce en un madrileño salón de té de los años 30, en el que empezará a trabajar Matilde, la protagonista, una chica de familia humilde (entendiendo en esos años humildad como pobreza sobrellevada con toda la dignidad posible).

Híbrido entre una novela de crítica social y una novela de personajes, Carnés encuentra en ese equilibrio la clave para conquistar al lector, que quedará atrapado por completo en las paredes de ese salón donde transcurren las vidas de unas mujeres que, cada una su manera, luchan a veces por escapar y otras por permanecer suspendidas en el hilo de un sistema que se va desmembrando.

Carnés utiliza magníficamente la figura de estas chicas que pasan prácticamente todo el día trabajando para hacer una crítica implacable, aunque escrita de forma muy elegante, de las condiciones laborales y sociales en las que se encontraban la gran mayoría de trabajadores, en unos años donde el ambiente ya se iba caldeando. El humo de las huelgas y el descontento ya prefiguraba el fuego de la cada vez más cercana contienda.

Es un texto cargado de descripciones psicológicas, con un uso del lenguaje esbelto, elaborado y maduro, sin que ello suponga la pérdida de las virtudes de la historia, cuya gran belleza reside en su sencillez y en su aplomo.
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-"TEA ROOMS" de Luisa Carnés -
Nos encontramos en Madrid en los años 30, donde en un reconocido salón de té, las empleadas se preparan para una nueva e interminable jornada laboral. Entre ellas está Antonia, la más veterana, pero no por ello más reconocida; o Marta, una joven cuya familia vive en la miseria; o Matilde, una inconformista que trata de buscar su independencia...todas ellas al finalizar su jornada, reciben tres pesetas, un sueldo miserable que apenas da para nada, pero del que no pueden prescindir.
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En "Tea rooms", Luisa Carnés explora el papel social de la mujer en aquella época, a través de aspectos como la pobreza, la esclavitud, la desigualdad, la educación, el matrimonio, la maternidad, el acoso laboral, o el aborto; y plantea el surgimiento de una mujer, que buscaba la emancipación a través del trabajo.
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La autora, Luisa Carnés, nació en el seno de una familia humilde y numerosa, y abandonó la escuela a los once años, para convertirse en trabajadora. Su necesidad de evadirse del día a día, la condujo hasta la lectura, y después hasta la escritura. En 1932, ante la falta de trabajo, se vio obligada a a aceptar un empleo como camarera en un establecimiento de hostelería, a la vez que lo compaginaba con la creación de "Tea rooms", la novela-reportaje donde plasmaria esa experiencia, y que la consagró como "La más importante narradora del 27".
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Un libro que sin duda, ha sido de mis mejores descubrimientos de los últimos tiempos; una lectura tan fascinante, como necesaria, de la mano de una escritora que merece ser reconocida, y nunca olvidada.