Tea Rooms

Matilde es una joven de familia humilde que comienza a trabajar en un salón de té en el Madrid de los años 30. En este salón trabajan juntas distintas mujeres de diferentes personalidades y contextos pero con situaciones similares, cogiendo también bastante protagonismo Antonia, que lleva años trabajando allí y Laurita, sobrina del dueño y con una forma de vida más "moderna".

Aunque las vamos conociendo a todas con más o menos intensidad y cuente con un narrador omnisciente, es Matilde la que coge la voz de la historia. de todas, es la que parece tener un pensamiento más revolucionario y reflexiona sobre las injusticias que se producen por clase social y por género y que parece coincidir con las ideas de la autora. No obstante, el papel de estas mujeres en las huelgas y reivindicaciones parece ser el de permanecer callada y esperar la decisión de los hombres.

Es una novela breve que empieza con un ritmo pausado, describiendo el lugar y los personajes a modo de introducción y cuando ya está todo colocado en su sitio comienza a desarrollarse todo con más ritmo, terminando con unas páginas que me han encantado.

Lo más interesante de esta edición es el posfacio que incluye la editorial, explicando la biografía de la autora, Luisa Carnés, y que nos permite ver cómo su vida pudo influir su obra. Una autora no tan conocida de la generación del 27 pero que una vez leída esta novela, considero importante para aproximarse a cierta parte de la historia.

Mi primera lectura de Luisa Carnés, nombre de una escritora a la que solamente conocía por referencias al vuelo, surgidas aquí o allá en algunos estudios sobre el exilio o la literatura femenina. Un nombre como tantos otros, olvidados por los lectores, negados en los libros de texto, minusvalorados o directamente obviados en los estudios críticos. Nombres de mujer casi siempre, claro. Pero un nombre en este caso que esconde a una narradora con cierto éxito en su época, una joven de origen humilde que se formó como escritora de manera totalmente autodidacta y que firma esta magnífica novela. Un libro que lanzo directo a mi estantería de privilegiados, de clásicos, de imprescindibles. ¿Cómo formarse como filóloga, como especialista en literatura contemporánea, y no leer a Luisa Carnés? ¿Cómo pasar por las aulas de la facultad, con sus listas de lecturas obligatorias, y no encontrarla? La historia tantas veces repetida.

Matilde, protagonista principal -al menos en los primeros alientos de la obra-, reproduce dentro de la novela parte de la biografía de la propia Luisa Carnés. Una joven de familia pobre, que vive en un ambiente de miseria pero que muestra una actitud de lucha, de protesta, de no conformarse; y que se ve obligada a "diez horas de trabajo, cansancio, tres pesetas" en un lujoso salón de té al que, pese a las nefastas condiciones laborales de los empleados, acuden gentes de bien de la sociedad madrileña. Un duro contraste sobre el que se sostiene la tesis central de la obra. Junto a ella, se nos van presentando otras figuras femeninas, la mayor parte dependientas que, como Matilde, se desloman día tras día por un mísero jornal mientras asistimos a los pequeños retazos de sus humildes vidas. La historia, ambientada en los años 30, descubre desde las primeras líneas las desigualdades sociales de la época, el contraste entre los salones lujosos en los que señoritas, familias, tertulianos y gentes de bien meriendan y se relajan, y la miseria de los barrios bajos, el hambre de las obreras, que desayunan bollos rancios escondidas bajo el mostrador, que roban una peseta de cuando en cuando o sobreviven a los cambios de vestuario en cuartuchos malolientes. Entre todos ellos, jefes de mal carácter y encargadas faltas de la más mínima humanidad, personajes sobre los que descansa el devenir diario de los trabajadores.

Luisa Carnés describe de manera realista el día a día del salón de té, pero lo hace centrándose en mostrarnos sin filtro alguno las miserias que dañan el ánimo y la salud de las trabajadoras. La voz narrativa va colándose en los espacios ocupados por las chicas, empezando por la trabajosa caminata inicial de Matilde en busca de un empleo. Retazos de conversaciones, flashes en los que se libera de manera impresionista una mezcla entre sonidos de la calle, anuncios publicitarios, y pensamientos... Los pensamientos de la protagonista -la mayor parte de las veces-, en ocasiones los de otros personajes, pero siempre una voz muy sensorial, muy trabajada, y que constituye uno de los efectos más brillantes de la novela. Se cuenta todo de manera objetiva, precisa, realista y, al tiempo, somos capaces de observar, de escuchar, de intuir incluso en ocasiones, la intimidad de las obreras de Luisa Carnés. También sobre esa narración se asienta el contenido social de la obra, pues en ella prioritariamente reside la función de denuncia que, aunque aparece con cierta frecuencia, no entorpece en modo alguno el relato principal ni lo usa como mera excusa. de hecho, Luisa Carnés es capaz de introducirnos dentro del salón de té, dejarnos observar y escuchar desde una posición de privilegio, mientras da rienda suelta a una extraordinaria capacidad para el diálogo realista, ágil, habilidoso, natural.

En el contenido social de la obra destaca fundamentalmente la focalización sobre el colectivo femenino, al que se atiende mostrando cómo las malas condiciones laborales de los obreros en la época se muestran aún peores en el caso de las mujeres, obligadas a la explotación por parte de los patronos, o bien a la sumisión a sus maridos. Las alternativas, de sobra conocidas, llegan hasta la prostitución. Carnés despliega ante nuestros ojos la denuncia de estas situaciones, poniéndonos frente a ellas a través de las pequeñas historias de las trabajadoras del salón, puestas siempre en contraste con las jóvenes de clase privilegiada. al tiempo, la narración se vuelca sobre una idea: la "Mujer Nueva", uno de los alegatos de la segunda República, la búsqueda de la mujer independiente, autónoma, dueña de su propio destino y alejada del ángel del hogar sumiso al varón. Matilde es también quien, aunque de manera discreta, alza la voz en algunos momentos, dando salida a una visión utópica de la sociedad, de raíz comunista, bajo la que se sueña con un país igualitario en que desaparezca la desigualdad social.

Luisa Carnés, narradora de éxito en los años 30, exiliada, olvidada. Parte importante de aquella maravillosa generación de mujeres a la que ahora conocemos como "Las sinsombrero". Mujeres que vivían, escribían y se formaban en el mismo ambiente y registro que los tan conocidos autores del 27 y, sin embargo... La historia conocida. Pero no por conocida debemos de dejar de denunciarla. La mejor forma de hacerlo, leyéndolas, editándolas, atesorándolas en las bibliotecas y llevándolas a las aulas. Gracias a la editorial Hoja de Lata por su pequeño (gran) granito de arena.
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No conocía a la autora y nunca viene mal leer cosas nuevas. La historia que trata de las consecuencias de la entrada al mundo laboral de la mujer y la lucha por sus derechos me ha gustado mucho pero la forma de escribir de la autora no ha hecho que la lectura sea amena y me ha quedado un vacío al terminarla. Escribe dando saltos de escena drásticos que me han sacado del contexto en un la historia e incluso he llegado a no saber dónde estaba en el momento en que hablaban los personajes.
Sin embargo me parece muy buena por lo bien que refleja las dificultades de las mujeres en sus trabajos, lo esclavizadas y oprimidas que estaban y las consecuencias que tenían si decidían luchar por los derechos del trabajador. También toca temas tan peliagudo cómo el aborto que todavía hoy tiene tanta polémica.
Considero una lectura recomendable pues abre muchos temas de debate interesantes.

En el #retomujeresautoras organizamos esta LC para la categoría de “Autora SinSombrero”. Curiosamente, Luisa Carnés trabajó en un taller de sombreros; también trabajó en un salón de té y también es la más invisibilizada de ese grupo de mujeres que lucharon por ser independientes y libres. Madrid. Años 30. Miseria y precariedad por todas partes, huelgas y protestas por conseguir derechos laborales: jornadas largas, sueldos indignos y jefes abusones. “Diez horas de trabajo, cansancio, tres pesetas”. Luisa Carnés nos presenta la vida de mujeres obreras, que deben ganarse el pan sin apenas protestar, servir a señoritos y ver cómo su frustración y su pobreza crecen. Un libro escrito y publicado en 1934, y, sin embargo, tan dolorosamente actual: conciencia de clase, precariedad laboral, abusos de poder, injusticia, machismo sistemático y doble moral. Parece que no hemos cambiado nada. Hay una ideología muy marcada en el libro, pero no es para nada forzada y las reflexiones que hace la autora me han gustado mucho. He subrayado un montón de frases y pasajes y después de acabarlo, quiero leer todo de esta mujer. Os recomiendo el libro sin duda: es entretenido, se lee fácilmente y tiene una profundidad en los temas que trata increíble y el final es excitante, aunque algunos temas que aparecen hacia el final quedan en la superficie. Otra de las pequeñas cosas que he disfrutado ha sido leer ambientes, calles y lugares de ese Madrid que ahora no existen o que han cambiado. Y la biografía al final de la obra. Luisa fue increíble. Ha sido una pedazo de lectura. También ha contribuido leerlo rodeado del grupo de mujeres del reto y leer todos sus comentarios y los melones que hemos abierto. Mi agradecimiento a las cuentas participantes porque el debate ha sido muy interesante y a la bisnieta de Luisa Carnés, que nos mandó un texto precioso y nos permitió conocer más de cerca a su familia. Y por supuesto a @hojadelata_editorial por rescatar autoras como Luisa y darles el hueco que merecen.

La novela escrita en Madrid entre 1932 y 1933 refleja la vida de las mujeres obreras de la época y los problemas sociales y culturales a los que se enfrentaban. La descripción de las diferentes realidades de las mujeres trabajadoras de la época a través sobre todo de la vida de una de ellas hace ver lo parecidos que son los problemas a los actuales.

Una escritura muy fluida que en ningún momento pierde interés, no es la típica novela que engancha porque estés esperando ver qué va a suceder, refleja el día a día normal y en eso está su encanto.
La edición de Hoja de Lata está muy cuidada, la visibilidad que dan a una autora que hasta ahora había pasado desapercibida es muy notable.

Me parece increíble que un libro escrito por una mujer en el 1934 tenga semejante fuerza y valentía y retratar a través de la visión de unas empleadas en una lujosa pastelería, la vida de la mujer y de la clase obrera en aquella época.

Temas como el aborto practicado en casas oscuras con perchas, la prostitución como medio de vida para sobrevivir, la búsqueda de un marido para llevar una vida mejor, el sometimiento a un hombre que te es infiel, son tratados en el libro con total normalidad. Este libro es un grito alzado contra la desigualdad de género. Un grito feminista en un libro escrito en el 34.

El final del libro es de traca, pelos de punta y lágrimas en los ojos tuve durante la lectura de esas páginas. Un grito de rebeldía cuando fue escrito y un grito de rebeldía para los tiempos que vivimos. No lo olvidemos nunca, ni un paso atrás en nuestros derechos. Por ellas, por nosotras y por nuestras hijas.
Enlace: https://marcalapagina.com/20..

Trabajadoras de un salón de té donde podemos ver como vivían las mujeres de la clase obrera en los años 30. La desigualdades de clases y de sexos, la pobreza, el hambre, las injusticias....
Dibuja muy bien la sociedad de la época
No me ha disgustado pero tampoco entusiasmado porque la forma de estar escrito me recuerda mucho al teatro y me da sensación de muy plano, aunque trata infinidad de temas

Mi última lectura del 2018 fue este libro. Luisa Carnés fue una escritora española perteneciente a la Generación del 27. Sí, esa generación de la que, en el colegio, sólo estudiábamos hombres. Pues resulta que también había mujeres y Luisa era una de ellas. Nació en una familia humilde y por ello tuvo que empezar a trabajar a los 11 años en un taller de sombreros. Aficionada a la lectura, comenzó a escribir, publicando algunos cuentos en prensa y un par de libros. En 1932, ante la falta de trabajo, aceptó un empleo de camarera y dependienta en un salón de té. de ahí, de esa experiencia en la hostelería, nació este 'Tea Rooms. Mujeres obreras'.
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Escrita entre 1932 y 1933, 'Tea Rooms' es una novela-reportaje donde las protagonistas son las dependientas de un céntrico salón de té del Madrid de la Segunda República. Centrada en Matilde, que tras mucha búsqueda consigue empleo en la casa de té, nos cuenta el duro trabajo de las mujeres. Trabajan por un mísero salario (3 pesetas a la semana) durante muchas horas (65 horas de trabajo a la semana, con sólo 5 horas de descanso), aguantando a un jefe que a la mínima despide a cualquiera y a una encargada que exige lo que no cumple. La moralidad, la miseria, las condiciones de trabajo (ese cuarto para cambiarse, que apesta) o la religión son algunos de los temas que toca la novela, pero sobre todo 'Tea Rooms' habla de la necesidad de la igualdad y de la emancipación de la mujer, de la obligación que debería ser tener un salario digno. Es una novela feminista y social. La edición se completa con un interesantísimo epílogo de Antonio Plaza, donde nos habla de la vida y obra de Luisa.
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Carnés huyó a Francia por culpa de la guerra civil y luego fue trasladada a México, donde residió durante el resto de su vida. Afortunadamente, esta editorial ha rescatado esta novela (también tiene en su catálogo dos libros más de la autora), para que Luisa deje de ser invisible. Porque ninguna mujer debe ser invisible.

Luisa Carnés escribió, con un enorme talento, este libro en 1932.
Nos cuenta como suceden las vidas de unas mujeres que trabajan en una céntrica pastelería en el agitado Madrid de los años treinta.
Plasma unas vidas crudas, reales, transparentes. Es lo que había.

Era amargo ser mujer y obrera en esos años en la capital. Peor era no tener un trabajo “digno” de la mañana a la noche por tres pesetas, ¿o quizás no? Habría que pensarlo bien.

Estas mujeres de tacones torcidos arañan el corazón, todas. ¡Puñeteras clases sociales!

¡Cuánto callar hermanas de tacón torcido, cuánto callar!

Luisa, te invisibilizaron. Por moderna, por contar verdades.

Desde la cotidianeidad de un variado grupo de mujeres que trabajan en un salón de té madrileño de los años treinta, Luisa Carnés va tejiendo una historia en apariencia simple que, sin embargo, acaba por convertirse en todo un manifiesto de clase proletaria, un retrato fiel de la situación de la mujer de la época que necesita con urgencia de un cambio social.
Un grito a la desaparición de clases, a la revolución femenina, a la igualdad de derechos de una sociedad que parece tener los días contados y en la desgraciadamente seguimos moviéndonos casi un siglo después.