El extranjero

Todos somos potenciales extranjeros o extraños todo depende de lo que nos haya tocado vivir. Desde la fortuna de mi vida social no quiero imaginarme como me afectaría sobrevivir a una guerra, haber nacido pobre o sufiir alguna de tantas circunstancias adversas que sólo de imaginarlas se me hiela la sangre. No entiendo los hechos que suceden en la novela, no entiendo al personaje, no entiendo sus motivaciones. He tenido una buena vida no me cabe duda.

Camus es todo un descubrimiento. Es un hecho.
Camus merece ser visitado con libreta y boli en mano. Es un hecho.
Camus va a ser un imprescindible en mi vida. Es un hecho.

De Camus, tuve la suerte de leer hace tiempo su famosa LA CAÍDA (1956) y he de decir que me fascinó por todo lo que planteaba - recordándome a otras obras, no por ser igual, sino por reflejar perfectamente la disección que hace un personaje protagonista de sí mismo, como: CONFESIONES DE UNA MÁSCARA - 1949 o EL LOBO ESTEPARIO - 1927.

¿Cuál es la diferencia entre LA CAÍDA y EL EXTRANJERO (su ópera prima)? Absolutamente todo.

EL EXTRANJERO tiene un estilo subliminal y “torpe”, con pensamientos borrosos, con frases cortas, con descripciones - a priori - básicas y precisamente eso es lo que puede echar para atrás con esta novela.

Pero, amiguis, os digo yo que la narración es totalmente intencionada y respeta la condición social y la educación de su protagonista. Lo cual me gusta porque siempre me ha impactado que describan a una persona como analfabeta y luego le pongan una narración en primera persona que parece de un catedrático de Cambridge. No tiene sentido.

Volviendo al meollo…¿por qué recomiendo esta obra? Porque supone una crítica directa a la falta de imparcialidad judicial, a lo fácil del etiquetado social para adjudicarle a alguien el título de DELINCUENTE sin pruebas definitivas y a la ausencia de respaldo penal.

Hay que recordar que Camus era argelino asentado en Francia y que este libro surgió a las puertas de la Segunda Guerra Mundial.

En esta obra se refleja perfectamente el existencialismo de Camus, así como el absurdismo.

Es una lectura muy cómoda, escrita con mucha sencillez, con frases cortas. Sin embargo, siento que no estoy perdiendo nada de información. Se dice lo que se tiene que decir, ni más ni menos. La indiferencia extrema del protagonista, incluso ante su propia desgracia, y la forma en la que se le juzga, me ha parecido una maravilla. El autor ha sabido transmitir perfectamente lo que quería y hacer una crítica a la frialdad de la sociedad con una escritura sencilla y agradable en pocas páginas.

A veces pueden entrarnos ganas de abofetear el protagonista, pero esto es otra prueba de que se estaba haciendo bien jaja
Me he sentido cómoda leyéndolo y el final me ha gustado mucho.

En fin, creo que es un libro que hay que leer y digerir individualmente, por lo que os animo a hacerlo y no os comento mucho más.

Camus tiene un estilo diferente a lo que yo acostumbro leer y por un momento me sentí tentada a hacer caso a las críticas de otros lectores. Cambié de idea cuando continúe con mi lectura y amé la trama, los personajes y las reflexiones de Marsault. En este mundo todos somos diferentes y algunos hemos tenido ideas y algunos otros han enfrentado hechos que solamente estarían en el pensamiento de los primeros.

Esta novela cuenta la anodina vida de" Meursault", un joven oficinista argelino que un día recibe la noticia del fallecimiento de su madre. La manera de encajar esta noticia es ya un buen ejemplo de su indiferencia existencial, pues Meursault, que no derrama ni una lágrima, no hace de ello un drama ni una tragedia, ante la sorpresa de los responsables del asilo y de algunos de los compañeros de residencia de su madre. Meursault incluso está deseando que el entierro acabe cuanto antes para regresar de nuevo a su casa.

Todo esto provoca que todas las personas que tienen algún tipo de contacto con él ese día, provoque que a la hora de la verdad todos tengan una mala opinión de él, y yo me preguntaba: a ver, han conocido a" Meursault" un día duro, tras la muerte de su madre y que cada uno puede vivir el "duelo" como pueda o como le dé la gana...pero en cambio esto lo único que provoca es que piensen lo peor de él, lo juzgan hipócritamente y sin conocimiento de causa.

Una novela corta, fácil de leer, que te hará pensar y reflexionar sobre el comportamiento del protagonista, el porqué actúa así, y como deja que la vida se le vaya de las manos como si fuese arena o agua entre los dedos, me resultó chocante esa indiferencia por la vida, esa apatía tan grande, en fin, personaje curioso donde los haya...y cómo puede justificar lo que hizo con una frase tan estúpida como alarmante!!!

Meursault es un hombre sencillo que disfruta de la rutina de su vida. La muerte de su madre cambia de algún modo esa rutina. También, empieza una relación con una chica y traba amistad con uno de sus vecinos. Esta amistad le traerá varios problemas.

Me esperaba otra cosa de esta novela y es que es más un tratado filosófico que una novela, está lleno de pensamientos y reflexiones, la última parte del libro me ha costado bastante terminarla.

Meursault es un personaje complicado. Su forma de pensar y de vivir es completamente distinta de la de cualquier persona. Es indiferente a lo que le sucede y nada le importa o afecta. Una persona así debería ser odiosa pero no para mí. En cierto modo lo compadezco, debe ser triste vivir desmotivado, a la deriva y dejándose llevar. Aunque también puede ser envidiable la comodidad de no pensar en nada ni en sus consecuencias pero eso te quita la humanidad y te convierte en una especie de monstruo sin sentimientos. No es justo comportarse así, es egoísta y dañino, tanto para los demás como para uno mismo.
La historia es más bien un contexto para desarrollar la tesis de la indiferencia, mostrar la forma de ver el mundo del personaje.

Es cierto que Camus es conocido por escribir novelas con un alto contenido filosófico pero no pensé que tanto hacia la mitad del libro se me hizo bastante denso.

No es sencillo entenderlo y esta novela no puede leerla cualquiera, así que no la recomendaría sin más. Solo a alguien que se vea preparado para ello y sepa qué esperar.

Quizá en su contexto este libro aportaba cosas significativas, quizá para personas que se sientan identificadas con esa apatía pueda ser interesante conectar con otra persona con sensaciones similares.
En mi caso, la apatía y la indolencia del personaje me han sumergido en un aburrimiento y desinterés intenso.
Prefiero personajes activos, que tratan de disfrutan de su mundo o tratan de cambiarlo para mejorarlo. En este caso al protagonista nada parece importarle.

La historia empieza con el fallecimiento de la madre del señor Meursault. Ésta nos enseña como su protagonista está repleto de indiferencia, no mostrará sentimiento alguno, tampoco mostrará arrepentimiento o lástima. La obra humaniza la pasividad y el escepticismo. Desde la celda y con indiferencia, un preso dará sentido a su sentencia y a su papel con un sentido apático y aun de su propia muerte. El absurdo y el existencialismo se apoderan del francés argelino convencido de conocer la libertad individual.
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Este libro me llegó al corazón, en serio me llegó.
La primera parte profundiza en la vida monótona de Merssault.
Todo es muy deprimente desde el primer párrafo.
El segundo acto es el crimen, me fascinan esos monólogos internos y esa escena con el padre me obliga a romper en llanto
Todo es tan profundo y a la vez tan simple.
El juicio sin duda es la mejor parte.
Ver como su crimen queda opacado por su insensibilidad ante la muerte de su madre es un reflejo de la absurda que es la sociedad.
Un hombre diferente siempre será juzgado por los demás.
Desde el primer párrafo Camus marca lo que quiere contar, una historia que no narra los sentimientos de nuestro personaje, porque no tiene.
Solo narra lo que pasa alrededor, pero desde una perspectiva en primera persona.
Un gran libro que se quedará en tu mente en largo rato.

De la honestidad y su rechazo moral.

El Extranjero es una novela publicada en 1942 que, por puro azar, leí en 2004 y me marcó para siempre.
Ahora, en 2020, pensé que una obra así se merecía una relectura.

No haré un análisis pues no soy yo ninguna experta en filosofía del absurdo, y tampoco en existencialismo, pero aportaré mi más humilde opinión.

La extrema sencillez con la que Camus aborda esta historia no es más que otra pieza a encajar en la apatía y la desidia que transmite Meursault, el protagonista y narrador de la obra.

Un hombre que encarna a todos los hombres de la posguerra, desarraigados de cualquier fe, voluntad o anhelo. Un hombre juzgado por ser honesto ante una sociedad que no perdona el desapego ni la ausencia de farsa.

No sé qué fue aquello que me marcó tanto cuando tenía 16 años. Quizá fue su honestidad brutal, esa forma de simplificar la vida que, de alguna forma reduce nuestra existencia a un absurdo, y te enfrenta a la idea de la muerte y el olvido como si de un mero trámite se tratara. Quizá yo estaba, y a veces sigo estando, tan de acuerdo con todo ello.

Me ha gustado releerla, pues he recordado que no es una novela deprimente ni desoladora, es una novela completamente realista hasta el absurdo.

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