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Críticas sobre El extranjero (50)
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brownchoco
 19 August 2022
Camus nos muestra lo deshumanizado que puede llegar a ser una persona,como puede vivir sin padecer el sufrimiento de los demás ni el suyo propio,no se mueve por las emociones más bien por sus ideas y pensamientos y para nada se deja de llevar por el qué dirán.El protagonista vive en su mundo,no le afecta el amor,la muerte ni prácticamente ningún sentimiento,parece que vive por cada uno de los impulsos que le dicta su mente en cada momento,todo le resulta indiferente y comenta las cosas sin ningún tipo de filtro sin importarle las consecuencias. Una obra bastante compleja y profunda que he disfrutado Si quieres leer algo diferente donde un hombre vive una vida sin sentido bajo el engaño de una sociedad disfrazada y con un toque kafkiano ya tardáis.
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Soniagh
 12 March 2023


"El extranjero" es un clásico de la literatura universal, un ineludible narrado en primera persona y que con un lenguaje bastante sencillo y con un ritmo de lectura ágil y aparentemente facil, plantea cuestiones existenciales de gran profundad.

Meursault, el protagonista, es un hombre solitario que vive feliz y relajado en su micro mundo, anclado en la monotonía, con una vida marcada por las rutinas y completamente ajeno a lo que ocurre en el exterior. Un día recibe con total apatía la noticia de la muerte de su madre y parece que este hecho que le obliga a salir de su zona de confort más que producirle dolor le incomoda porque rompe con su cotidianidad. Este comportamiento atípico choca con los convencionalismos de la sociedad. Y desde ahí los acontecimientos se precipitan y los problemas se suceden en la vida para este pobre diablo, que ha tenido la osadía de mostrar sus sentimientos o más bien falta de ellos, de forma impúdica e incauta a todo bicho viviente que se ha cruzado en su camino.

Pero seamos honestos, ¿Es esta actitud de indiferencia realmente reprobable? ¿A quien hace daño? ¿O es que acaso nos escandalizamos ante su percepción de la vida que relativiza todo lo que ocurre en su entorno porque está más allá de los patrones de conducta marcados por la sociedad como los políticamente correctos? Porque a fin de cuentas el, un hombre inexpresivo y con un carácter un tanto asocial había elegido como filosofía de vida la indiferencia ante lo que ocurriera a su alrededor con la única pretensión de vivir tranquilo.

Y esta frialdad, está falta de pasión ante los acontecimientos de la vida que muestra el protagonista, este hombre distante y repulsivo, son tachados como comportamientos inhumanos y para el grueso de la comunidad resultan raros, de tal modo que, tal y como indica el título de esta obra, el protagonista es un extranjero, un extraño dentro de una sociedad que asfixia la diferencia, quizás por miedo a las consecuencias que puedan tener salirse del patrón.

Una lectura cruda pero interesantísima, no apta para espíritus sensibles, del genial Camus.

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Alicia293
 14 October 2022
Meursalt, un joven habitante de Argel, es juzgado debido a un homicidio fortuito.
Es una novela corta, dividida en dos partes. La primera parte se centra en la descripción de los personajes que rodean a Meursalt, personajes oscuros y turbios, narrados desde una perspectiva sobria, parco. La segunda parte, y es aquí donde esta "la chicha", se basa en el juicio Meursalt.
Es una crítica a la sociedad, a como juzgamos a las personas que no entran dentro de los parámetros de la normalización que marca la sociedad; y cuando algo se sale fuera de esos parámetros, como por ejemplo una determinada conducta es juzgado como algo extraño, confuso e incluso malo u ofensivo.
Al principio no sentía ni una migaja de empatía con el protagonista y mucho menos con el resto de los personajes que rodean a Meursalt, pero merece la pena llegar a la segunda parte para entender muchas cosas.
Me encanta los libros que muestran una crítica, que te hagan pensar, aprender y ver algo desde otro punto de vista. Recomendable
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Nuryta
 21 October 2022
Meursault es un joven a quien la vida no le afecta, no demuestra emociones o pasiones fuertes, al parecer vive tranquilo cada ocasión que se le presenta sea de dolor o de alegría, sin demostrar los sentimientos que la sociedad espera en situaciones particulares. Muestra de ello es la pasividad o indiferencia con que toma el fallecimiento de su madre, sin que ello signifique que no le apreciara. Lo mismo pasa en su relación con alguna amante o con supuestos amigos.

Esta forma de vivir le meterá en problemas cuando se acusado de un crimen, pues al juzgarle, se tomará en cuenta no el hecho como tal, sino más bien, su actitud y forma de comportarse en diferentes eventos muy distintos.

Una novela interesante. Leído en setiembre 2022
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Yalonso
 10 August 2022
Casi todo el libro me aburrió mortalmente, cuenta una historia anodina de un personaje sin más mérito que respirar, frio, que a mí no removió nada, que nos contagia su apatía. A base de cotidianidad logra mantenerte leyendo, al menos a un lector curioso como yo, esperando que pase algo que justifique que muchas criticas digan que como lo escribió Camus es buenísimo, bueno yo no había leído a Camus y de hecho es como si el autor, sin conocerlo y a pesar de tantas críticas positivas se me resistiera.
Eso sí, es un libro muy bien escrito, con todas las comas en su lugar. Es un libro relativamente corto y al menos dos terceras partes del libro me las pasé esperando que ocurriera algo, y que conste que soy estudiosa de la Ley del mínimo esfuerzo, pero el actuar del protagonista reinventó el concepto.
Es la primera vez que veo que la desidia mata y eso si es original.
El juicio y el veredicto tendrá exactamente el mismo sentido que la vida del señor Meursault, es decir “ninguno”.
Meursault lleva una vida muy “cotidiana” y es juzgado duramente por eso, y al final, cuando uno cierra el libro, se da cuenta que la historia no es tan intranscendente, mucha impotencia se acumula viendo el desenlace.
A pesar de todo lo dicho, hay un par de frases muy aleccionadoras sobre el futuro, nunca sabemos cuando se torcerá el camino.
Camus en general tiene muy buenas críticas, lo llaman maestro, pero yo debo encontrar mi libro, porque El extranjero no es.
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IvanValenciaA
 29 March 2019
Señalaba Sartre en su ensayo sobre El Extranjero que un problema que tenemos a la hora de leer e intentar pensar esta obra es que desde la primera línea tratamos de ver a través de nuestras normas y costumbres. Esta pretensión hace que desde esa primera línea el libro y su protagonista se nos presenten como algo extraño, lejano, que no se logra comprender. Agrega que estos sentimientos son la primera experiencia directa con el absurdo que nos entrega Camus en su obra, y que a lo largo de la misma este absurdo no hará más que crecer frente a la conciencia de un lector que no acaba de asimilar aquello que le es relatado. Pero antes de abordar esos sentimientos que nos llevan a la experiencia del absurdo y antes de comentar qué podemos entender por absurdo, es preciso mencionar un aspecto particular que arrojará luz sobre estas cuestiones.

El Extranjero, novela corta, publicada en 1942, cuenta la historia de Meursault, un hombre que sintiéndose extraño en su mundo va transitado, desinteresado, un camino que lo llevará al asesinato, al encierro y a la horca, y todo esto sin generarle sentimientos de rechazo, arrepentimiento o esperanza frente a un destino que considera inexorable. Esta novela hace parte de una trilogía en la que Camus pretendía abordar el tema del absurdo en la filosofía. La novela es la primera de la trilogía, poco tiempo después de su publicación aparece un ensayo, El mito de Sísifo, que viene a ser la exposición filosófica de lo que de manera novelada nos presenta su primera obra. La última pieza de la trilogía es una obra dramática titulada Calígula. Especialmente, los dos primeros textos, están íntimamente ligados. Una misma postura, una misma teoría, una misma cosmovisión, expresada de formas distintas, mas no excluyentes. Sartre sostiene en el mencionado ensayo que la mejor exposición sobre El Extranjero es El mito de Sísifo. Agregaría que la mejor forma de entender la teoría del absurdo expuesta en el mito es leer la novela.

En el contexto de la novela podemos poner de manifiesto un doble entendimiento del absurdo que Camus ya ha propuesto en El mito de Sísifo. Dice pues que el absurdo es sentimiento y noción. Como sentimiento el absurdo debe ser entendido como la relación que sostiene el hombre con el mundo. Esta relación es problemática. Varios lectores de El Extranjero utilizan una palabra para exponer esta situación que a mi parecer es exacta en lo que desea transmitir, a saber, divorcio. Un divorcio entre el actor y su decorado. Un rompimiento en la relación que ha poco tiempo no presentaba queja alguna. Si miramos la génesis de un divorcio, generalmente, se parte de una relación psicoafectiva estable, luego se sucede la crisis, la separación, y la conciencia de la nueva situación. Entre el hombre y el mundo esta crisis sucede cuando la persona empieza a sentir incomodidad con ese mundo que le empieza a parecer lejano y extraño y al que él se le presenta de idéntico modo. Camus menciona que esto puede suceder a raíz de los desengaños que se experimentan frente a la realidad. Ante el deseo de unidad y orden del hombre el mundo se presenta dual o plural, además desordenado, frente al deseo de eternidad el mundo le esputa su finitud y su fragilidad, su vida y sus esfuerzos se ven como superfluos frente a la certeza de la imposibilidad de evitar o evadir la miseria, el sufrimiento y la muerte. Pero este sentimiento no es aún certeza, es solo eso, un sentimiento de incomodidad y malestar, de desasosiego. En este punto el proceso ha llegado hasta el divorcio, pero aún no hay conciencia de la nueva situación.

El absurdo como conciencia es descrito de manera muy bella por Sartre. Parafraseando, dice él que la conciencia del absurdo es una especie de iluminación desoladora que revela el sinsentido, donde se puede voltear la mirada y ver al escenario que ha quedado destruido, el estado donde se alcanza una lucidez desesperanzada. El actor ahora no solo ve y sabe que el escenario que consideraba real era solo eso, un escenario, sino que ahora debe enfrentar como actor que ya no actúa un mundo sin decorados, donde quienes siguen actuando le son extraños y él es incomprendido por ellos. Se da entonces una triple extrañeza, frente al mundo, frente a los demás, y frente a sí mismo, pues ya no hay una respuesta clara al quién soy. Junto al decorado han caído sus ilusiones, certezas, esperanzas y respuestas.

Este proceso lo vive el protagonista de El Extranjero. El libro está dividido en dos partes. La primera parte podría decirse que es el absurdo como sentimiento el que se manifiesta. La segunda parte sería pues la manifestación del absurdo como noción, como conciencia. La primera parte es además el lugar donde se nos presenta y caracteriza a Meursault, donde se realiza un esbozo acerca de quién es.

La personalidad del Meursault resulta especialmente envolvente. Aunque es notorio que hay cierto alejamiento con el personaje que hace que la conexión que se puede establecer con él tarde en aparecer o sea difícil. Esto puede atribuirse a varias razones. La primera es el estilo de escritura que Camus utiliza; se trata de una primera persona distanciada, que relata como si de una tercera persona se tratase. Otra razón, íntimamente ligada a la anterior, es que Meursault nos cuenta su historia como si se tratase de un mero observador, como si ese del que habla no fuese él, no hay intimismo, no hay introspección, solo hay descripción de los sucesos. La tercera razón es mencionada al inicio de este escrito, abordamos la obra con una carga cultural, de costumbre y normas, que nos hacen chocar con el comportamiento y las actitudes del personaje; como se ha mencionado mientras muchos interpretamos un papel del que no conocemos su significado, Meursault, ya no interpreta.

Otra característica de Meursault es su soledad. Es un hombre de edad mediana cuyo único familiar mencionado en la novela acaba de morir. Las relaciones relatadas son todas endebles. Raymond es un vecino con el que solo habla a veces; su relación se empieza a estrechar a causa del suceso con la amante mora de este y su declaración de considerarlo un camarada por sus favores, pero, en todo caso, no es un gran acercamiento. Con sus demás vecinos las relaciones no son diferentes. En el trabajo parece que la única relación directa que tiene es con su jefe. Por fuera, dice, suele comer en el restaurante de otro conocido suyo, Celeste. A ese lugar va con compañeros de trabajo y ahí mismo parece ser frecuentado por personas con las que ha entablado relación. Más allá de estos espacios es la soledad la que reina en su vida. No parece disgustarle esta situación. En varias escenas del libro es puesto observando el mundo a la distancia: desde su balcón de su casa, desde el muelle, desde su banco de acusado en su juicio. La relación que establece con María tampoco es gran cosa, declara que no la ama y ni siquiera la considera su amante, para él solo es María. Sus diálogos son escasos y desprovistos de contenido importante, su relación se resume en lo meramente sensitivo.

Sumado a su soledad, en la primera parte de la novela, Meursault no parece tener una identidad propia, más aún, una conciencia. Sea, tal vez, una de las razones de la notoria ausencia de la introspección en el personaje. En cierto modo Meursault se comporta como la mujer autómata que ve en el restaurante de Celeste. Se levanta, va al trabajo, come donde Celeste, descansa el fin de semana cuando va a la playa o entretiene el tiempo en actividades fútiles. Más allá no hay nada. Es revelador cuando dice a su abogado que ha perdido la costumbre de interrogarse. Si no hay interrogación no hay reflexión. Manifestación de esto sería su falta de criterio moral que se ve desde el entierro de su madre hasta la falta de arrepentimiento por el asesinado del árabe. Nótese también que el personaje cuando no está ocupado está durmiendo, pasa poco tiempo despierto mientras no hace nada. Recuérdese el viaje en bus a Marengo, el funeral de su madre, los momentos adormilado junto a María y al mar, dormita cuando va a la playa con Raymond y María, en la cárcel duerme casi la totalidad del día, y hay muchas más escenas similares. Dormir es la mejor forma de evitar la reflexión, la pregunta, la introspección consciente.

Sartre presenta una alternativa a esta falta de identidad. Dice pues que Meursault si tiene una identidad, pero esta se reduce a la sensación. Su identidad sería entonces una sucesión de sensaciones. Si se piensa esta es una constante por lo menos en la primera parte de la historia, sin estar ausente en la segunda. Meursault siempre está describiendo cómo se siente, si tiene calor, aturdimiento, aburrimiento, está feliz, siente deseo por María, que le gusta el café con leche, y demás. En definitiva, vive el día y el momento sin preocuparse por pasado o futuro. Por ejemplo, cuando su jefe le ofrece un mejor puesto solo responde que no le incomoda su vida, solo piensa en el cómo se siente en ese instante puro, nada más. Y si se piensa en por qué mató al árabe esta hipótesis se presenta como mucho más plausible: mata al árabe a causa del calor. El lector sabrá que es cierto, dispara no contra el árabe sino contra el rayo de luz que reflejado en el cuchillo le hiere la vista y acentúa un estado de aturdimiento general a causa del calor.

En este momento que sea permitido retomar puntos pendientes. Más atrás se mencionó que el libro está dividido en dos partes y que cada parte pareciera corresponderse con alguna de las formas del absurdo, a saber, sentimiento o noción. Se dijo entonces que la primera parte se correspondería con el absurdo como sentimiento. Se ha dicho también que el absurdo como sentimiento se manifiesta en un rompimiento no consciente entre actor y decorado. Un hombre que ha sentido el absurdo y piensa que su vida tiene algún fin, califica y divide las cosas entre lo que le importa y lo que no. Cuando el absurdo llega, rompe, nada importa realmente, porque ninguna acción significa nada frente al inexorable destino del hombre que es morir. Por eso a Meursault no le importa mucho la muerte de su madre, en todo caso sucedería algún día, no le importa ser o no el camarada de Raymond, tampoco cambiar de vida cuando su jefe quiere promoverlo, no significa nada el amor de María y le da lo mismo casarse o no con ella, no le importa disparar o no contra los árabes y piensa que da igual. Las normas, costumbre y valores, ya no operan pues solo eran parte del decorado.

La segunda parte se corresponde con el absurdo como noción. Es allí donde se da la toma de conciencia de Meursault y la adquisición de una identidad. El primer lugar donde usa con propiedad el yo soy es para mencionar que es un asesino. Ahora es asesino, un reo, un condenado a muerte. El límite de su existencia es decisivo para la comprensión de su vida. Pero esta comprensión, esta noción del absurdo, no brinda esperanza, tampoco significa resignación. Esta es la rebeldía del hombre absurdo, saber que nada importa y no resignarse ni entregarse, por el contrario, reafirma la vida ante la muerte inminente, y en esa comprensión y en esa reafirmación está su libertad. Este proceso en Meursault se dará lentamente en sus largas horas en la celda, en soledad, donde empieza a preguntarse por su vida. Su conclusión magnífica será frente al capellán cuando le esputará su conclusión radical, rebelde, libertaria; no cree en nada, no le interesa Dios, no se arrepiente de nada, no imagina otra vida más allá de esta limitada existencia y si la piensa solo desearía una donde recordara esta porque, al pie del patíbulo, reconoce que fue y es feliz.

Finalmente es preciso mencionar que, aunque en algún momento Meursault parezca un simple hedonista, un amoral, o ambas cosas, no es ninguna de estas. Tampoco puede decirse que sea bueno o malo. Estas categorías no aplican en quien deja de actuar. Él solo puede ser clasificado como un hombre absurdo. Y un hombre absurdo, nos dice Camus y lo secunda Sartre, es un hombre inocente. Es inocente porque fascinado con la muerte que es fin y límite, conoce la divina irresponsabilidad -palabras de Sartre- del condenado a muerte.


Nota final:

Este escrito es apenas un acercamiento a esta obra, nada hay de novedoso o revelador en las ideas que aquí expongo. Esta característica hace que ideas aquí presentes probablemente ya hayan sido expuestas en otros lugares, por otras personas; reconozco esos trabajos y a esas personas. Finalmente, aunque no hay citas textuales, debo mencionar la no poca influencia que tiene el ensayo de Sartre sobre este pequeño texto y que me parece notoria en su lectura, mas no está de más manifestarlo.
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Carampangue
 06 March 2019
Veo por aquí muchos reseñistas que dicen que El extranjero no les gustó, que Mersault les cayó pésimo y que no soportan la abulia del personaje. Sospecho que eso pasa porque a veces nos acostumbramos a un tipo de novela en la que nos podemos identificar con el/la protagonista, y que está destinada a hacernos sentir emociones intensas. le pedimos a la novela que nos atrape, que nos tenga al borde de la silla, y si el libro exige esfuerzo a sus lectores, nos aburre.

Por eso me propongo valorizar la novela del maravilloso narrador, filósofo y arquero de fútbol que fue Albert Camus, y aprovechar de invitar a la lectura a la comunidad. Y para eso, partamos por el estilo: la prosa de Camus es tan ajustada, precisa y simple que parece escrita sin pensar. Camus no intenta escribir florido, no se gasta en epítetos ni en comparaciones, sino que concentra sus esfuerzos en mostrarnos directamente a su personaje. Más aún, ni siquiera lo describe: conocemos a Mersault por sus actos, nos lo muestra en vez de contarlo. La primera oración del texto ya es toda una declaración de intenciones: “Hoy ha muerto mamá. O quizá fue ayer. No lo sé”. Camus no necesita decirnos que su Mersault es apático, que no le importa su madre ni nada, porque son sus actos los que nos cuentan eso. Sin embargo, por momentos aparecen destellos de poesía, como la escena de la muerte del árabe, donde la prosa de Camus, de pronto, recurre a figuras literarias, logrando un momento hermoso, donde la calurosa playa argelina parece suspendida en el tiempo.

Dichas cuatro palabras sobre el estilo y la forma, pasemos al contenido. Albert Camus es un autor con profundas intenciones filosóficas, y que en diversas obras cuestionó el sentido de la vida. Aquí es esa la pregunta que lo anima: ¿por qué vivimos?, ¿qué nos mueve a seguir cada día? Camus, con mucho coraje, se plantea esa pregunta fundamental, que es la que permite todas las demás. Y su Mersault resulta un personaje que simplemente vive cada día, al que todo le da igual porque carece de un sentido, porque vivir ésta vida o aquélla le es indiferente. Cuando su madre muere, no le da importancia: era una mujer mayor, y seguro que iba a morir algún día. Lo mismo su aventura amorosa, liviana y superficial, motivada por el placer de sentir compañía y no por sentimientos profundos.

Mersault hace cosas malas, y de hecho termina matando a un hombre, pero no porque en su corazón haya maldad, sino porque nada le importa: si las circunstancias lo empujan al bien, fantástico, y si un conocido (no me atrevo a decir amigo) le pide que mienta a la policía, pues tampoco eso es problema para él. Mersault nos repugna porque no tiene pasiones en su corazón: si el sentido original de la palabra monstruo era “ajeno a la naturaleza”, Mersault es monstruoso porque es ajeno a los hombres: tiene el corazón vacío.

(Y aquí cabe preguntarse: ¿no es acaso Mersault como muchos hombres y mujeres de hoy? ¿Consumistas, superficiales, estableciendo relaciones sentimentales no por amor sino por comodidad, y más preocupados porque no les spoileen Game of Thrones que por el bienestar de sus familias?)

En fin. Mersault es juzgado por la muerte del árabe, y en el juicio se le achacan cosas que, siendo verdad, nada tienen que ver con el asesinato: se le acusa de no mostrar tristeza en la muerte de su madre, de iniciar una relación afectiva un día después de su muerte, con ligereza, o de ir a ver una película cómica en ese fin de semana. En definitiva, se lo condena por no ser un humano sino un monstruo.

Ya en la segunda parte de la novela, Camus se vuelve más reflexivo, y hace que Mersault aproveche su tiempo en la cárcel para preguntarse acerca del sentido de vivir. Y llega a una conclusión decisiva: si, por una parte, la vida no tiene sentido, es un viaje absurdo y lo mismo da una que otra, por otra parte cada vida es única, y cada uno de nosotros posee la oportunidad de seguirla hasta el final, disfrutando el viaje, que es el único que tenemos.
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marulibros
 14 June 2023
Con esta lectura sigo engrosando la lista de personas que han hecho de esta novela una de las más leídas del mundo

El autor nos presenta a un personaje apático, pasivo, inexpresivo, contrario a cualquier actitud que resulte amable o convencional. Nada le afecta y lo que sucede a su alrededor lo acepta sin más.
Vive ajeno a los valores morales, entendiendo que la vida es un sinsentido y que cualquier disconformidad que se le presente, dejará de serlo en la medida que la asimile y aprenda a convivir con ello
Nada parece importarle, no busca explicaciones, no cuestiona, un ser extraño, un EXTRANJERO de la sociedad

Por otra parte también me he puesto de su parte al no querer seguir siendo parte del rebaño, por tener un pensamiento propio y querer actuar en consecuencia, una actitud diferente a lo que la sociedad espera o impone, una sociedad puritana y políticamente correcta, pero que de otro modo incurre en prejuicios morales y en condenar al diferente
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benjaminpalomero_
 27 March 2024
De los pilares del existencialismo en la literatura. Lo cierto es que Camus escribe una obra maestra -que debería releer porque siento que no la he apreciado en su totalidad-. Gran personaje nuestro enajenado Meursault, quien peca de no sentir aquello que según la sociedad sería correcto.
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raquelferviolin
 14 January 2024
La novela nos presenta a Meursault, un hombre franco-argelino que muestra una actitud pasiva y es ajeno a lo que lo rodea. Tras cometer un crimen no muestra arrepentimiento, y tampoco se conmueve ante la muerte de su madre. Esta actitud choca con las convenciones sociales y lo conduce a la muerte.

Narrada en primera persona, el protagonista nos relata los acontecimientos de una manera muy simple. Él contempla el mundo sin buscarle significado ni cuestionar nada. Su indiferencia con los acontecimientos es su manera de estar en el mundo. El tono que emplea este personaje es distante y frío, motivo por el que principalmente es señalado y condenado, por su falta de sensibilidad.

Ante esta impasibilidad es castigado con la peor pena, ya no por su crimen, que parece no tener importancia en el juicio, sino por su distinta personalidad.

Poco más hay que añadir después de haber entrado tanto en detalles sobre esta novela. No sé si me he sentido un poco identificada con el protagonista y si eso me convierte en una sociópata, pero lo cierto es que, al contrario que la mayoría, sí he simpatizado con Meursault.

No bien todo en él me agrada, sí su forma de ver la vida, y de ver la muerte. La muerte es el único acontecimiento que no podemos evitar (de momento, y espero que así siga siendo). Asumirla es en cierto modo una forma de disfrutar más de cada día, no pensar en "y si mañana me da un infarto?", y más en "hoy estoy vivo y lo voy a aprovechar".

Tal vez no he acabado de entender al autor, o tal vez me he levantado hoy con la mente oscura, pero a mi modo de verlo, esa mentalidad "absurda" bien nos podría salvar de alguna que otra pena en nuestro día a día, y para mí, el mensaje al final es "chico, disfruta del hoy, que el mañana nunca está asegurado".
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