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En una casa blanca a la orilla del mar”, es la novela con la que me estrenado leyendo a
Abril Camino y no me arrepiento para nada que anoche, a la hora de escoger uno de entre tantos libros de los que tengo por leer me decantara por ésta historia, sí, habéis oído bien, anoche y hoy ya estoy escribiendo la reseña, porque al ser una novela epistolar, toda la historia es a base de emails, post it y WhatsApp entre tres personajes.
Candela decide dejar toda su “perfecta” vida en Madrid, tras una serie de sucesos en los últimos meses, que no le han llevado más que a un sufrimiento personal y a descubrir esa necesidad de huir, escapar de lo malo que le persigue, decide irse a un pueblecito de playa en el sur de Portugal.
A una casa blanca a la orilla del mar, allí se va a encontrar a un casero, con muchas ganas de hacer amigos, un chico de espíritu libre que ha dejado la ciudad para dedicarse a su pasión, el surf, en compañía de su perro Gómez, pretende conocer más a su inquilina, aunque ésta, lo único que necesita es esa soledad.
Pero Mario, no se va a dar por vencido y la naturalidad de éste, hará que Candela baje las barreras para poco a poco dejarlo entrar en su vida llena de tantas preguntas sin respuesta, será su hermana Ana, la que le ira acompañando a través de los emails en esta aventura que puede resultar de lo más cliché, pero que te va a sorprender.
Porque todo tiene un sentido y un destino del que no se puede escapar.
En conclusión, la verdad, la empecé como una historia para pasar un rato, sin expectativas de más, pero la narración y la forma de escribir de
Abril Camino, su forma de explicar algo tan cotidiano a través de una historia, que porque no, podría ser perfectamente real, me han dejado con muchísimas ganas de leer más cosas de ella, prepara los kleenex y dale un día de tu tiempo a ésta novela, porque no vas a arrepentirte.
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