No todas nos podemos dar el lujo de ser románticas.
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No todas nos podemos dar el lujo de ser románticas.
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Es una verdad universalmente reconocida que un hombre soltero en posesión de una buena fortuna ha de buscar esposa.
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-Nada más engañoso que la humildad aparente- dijo Darcy-. Con frecuencia no es más que un deprecio a la opinión de los demás, y a veces es un forma indirecta de jactarse
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Usted me enseñó cuan insuficientes eran mis pretensiones para complacer a una mujer que se merece ser complacida
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Piensa sólo en el pasado cuando su recuerdo te sea placentero.
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Sólo estoy decidida a actuar del modo que me haga más feliz, sin consultar con usted ni con nadie que tenga tan poco que ver conmigo.
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Era necesario, por consiguiente, señalar otro objetivo para el comienzo de la verdadera felicidad, tener otro ideal en el que concentrar deseos y esperanzas; al proporcionarle un placer anticipado, la consolaría del presente y la prepararía para un nuevo desengaño.
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Aunque se deseara con impaciencia, un acontecimiento no traía consigo, al producirse, toda la satisfacción esperada.
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Hay en mí una obstinación que me impide doblegarme ante la voluntad de los demás. Mi valor aumenta cuando tratan de intimidarme.
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No cambies, por consideración a una persona, el valor de los principios y de la integridad, ni trates de convencerte o de convencerme de que el egoísmo es prudencia, ni de que el hecho de no ser consciente del peligro asegura la felicidad.
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Jane Austen (16 de diciembre de 1775-18 de julio de 1817) fue una novelista británica que vivió durante la