Es mucho mejor elegir que ser elegido, despertar gratitud que sentirla.
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Es mucho mejor elegir que ser elegido, despertar gratitud que sentirla.
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El bien me lo hice a mí mismo al convertirla a usted en el objeto de mis pensamientos más afectuosos. No podía pensar en usted sin mimarla, con defectos y todo; y a fuerza de encariñarme con tantos errores creo que he estado enamorado de usted por lo menos desde que tenía trece años.
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Pocas veces, muy pocas, sucede que los seres humanos pueden obrar mostrando la verdad completa acerca de sus actos; casi siempre queda algo un poco oculto, algo en una cierta penumbra; pero cuando, como en este caso, si hay algo oculto en la manera de obrar, pero no en los sentimientos, no tiene gran importancia…
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Ser amiga predilecta e íntima de un hombre que tenía tantos amigos íntimos de toda confianza no era lo que más podía halagar la vanidad.
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¿Por qué no aprovechamos la felicidad cuando pasa por nuestro lado?
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Hay personas que cuanto más se hace por ellos menos hacen ellos por sí mismos
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Una mujer soltera con una renta muy pequeña siempre será una solterona ridícula y desagradable; objeto de eterna burla para muchachos y muchachas; pero una mujer soltera con buena fortuna siempre es respetada, y puede ser tan inteligente y de trato tan agradable como cualquier otra persona.
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El que yo sea encantadora no basta para hacerme pensar en el matrimonio; es preciso que encuentre encantadoras a otras personas… por lo menos a una.
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La mitad del mundo es incapaz de entender las diversiones de la otra mitad.
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Cuando se tiene poco seso la vanidad llega a causar toda clase de desgracias
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Jane Austen (16 de diciembre de 1775-18 de julio de 1817) fue una novelista británica que vivió durante la