Incluso en sitios como este, y en tales circunstancias, existen alianzas. Si de algo estoy segura es de que siempre habrá alianzas, de un tipo o de otro.
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Incluso en sitios como este, y en tales circunstancias, existen alianzas. Si de algo estoy segura es de que siempre habrá alianzas, de un tipo o de otro.
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Rezábamos por estar vacías para merecer que nos llenaran: de gracia, de amor, de abnegación, de semen y niños. Oh, Dios, Rey del Universo, graciar por no haberme hecho hombre. Oh, Dios, destrúyeme. Hazme fértil. Mortifica mi carne para que pueda multiplicarme. Permite que me realice |
El olor de calcetines y enaguas blancos de algodón, de polvos de talco, de la inocencia del cuerpo femenino libre aún de vellosidad y sangre...
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Ahora no puedo evitar ver el pequeño tatuaje de mi tobillo. Cuatro dedos y un ojo, lo contrario de un pasaporte. Se supone que sirve como garantía de que nunca desapareceré. Soy demasiado importante, demasiado especial para que eso ocurra. Pertenezco a la reserva nacional
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Pero yo envidio el tejido de la Esposa del Comandante. Está muy bien eso de contar con pequeños objetivos fáciles de alcanzar. Y ella, ¿Qué envidia de mí? No me dirige la palabra, a menos que no pueda evitarlo. Para ella soy una deshonra. Y una necesidad |
Ésta es la clase de detalle que les gusta: arte popular, arcaido, hecho por las mujeres en su tiempo libre con cosas que ya no sirven. Un retorno a los valores tradicionales. Quien nada desperdicia, nada necesita. Yo no soy un desperdicio, ¿Por qué tengo necesidades?
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A ella le gustaría hacer la compra, coger exactamente lo que quiere; envidia mis paseos. En esta casa, todos envidiamos algo a los demás.
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Un cuento es como una carta. Querido, diría. Sólo querido, sin nombre. Porque si agregara tu nombre, te agregaría la mundo real, lo cual es más arriesgado y más peligroso: ¿Quién sabe cuáles son tus posibilidades de supervivencia? Diré querido, querido, como si fuera una antigua canción de amor. Querido puede ser cualquiera. Querido pueden ser miles. Te diré que no corro un peligro inminente. Haré como si me oyeras. Pero no está bien, porque sé que no puedes. |
¿En qué año se publicó originalmente?