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Críticas sobre Voces de Chernóbil (51)
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AngieSantiz
 11 May 2021
«No existe nada más. No hay nada más que colocar en la balanza. He comprendido que solo tiene sentido el tiempo vivido. Nuestro tiempo vivido».

¿Son de leer libros de guerras o catástrofes?

Soy de las que ama este tipo de libro. Me vuelven más humana. Me hacen recordar que no debo olvidar. Aunque, también me hacen perder la fe en la humanidad y a la vez, restaurarla. Son libros que me ponen en un conflicto interno. Que la mayoría de las veces me rompen el corazón.

El último libro de este tipo que leí fue: Voces de Chernóbil de Svetlana Alexiévich.

¿Qué les podría contar que no hayan leído o visto ya? Probablemente la mayoría ya se vio Chernóbil, la miniserie de HBO. Que en mi opinión, retrata muy bien el horror de esta catástrofe.

El accidente nuclear que sucedió el 26 de abril de 1986 en la central nuclear Vladímir Ilich Lenin, ubicada en Prípiat (Ucrania). Ha sido una de las mayores catástrofes de la humanidad. Fue algo que sucedió y para la que nadie estaba preparado. de la boca de sus víctimas: todos estaban preparados para la guerra, pero no para eso. La guerra era conocida, pero Chernóbil no.

¿Cómo podría describirles todas las emociones que viví con el libro? Reí, lloré, odié... Sentí una furia inmensa. ¿Cómo podían los políticos y militares (de alto rango), llevar a la gente a ciegas? Mentirles en la cara, ocultarles algo tan grave. Exponerlos a vivir las peores consecuencias de la radiación. No tiene nombre. La mayoría de las personas no se cuidaron porque no sabían qué era radiación, cuáles eran los riesgos de exponerse, porque creían en un gobierno que les decía que todo estaba bien, que solo era un incendio y ya estaba controlado.

Todo el tiempo estuve con la duda de si debía llamarlos héroes o suicidas, pero, si alguien no hacía el trabajo que debía hacerse para evitar una mayor catástrofe ¿quién lo hacía? Yo me inclino más por héroes, no cualquiera arriesga su vida, su bienestar, por el de los demás, aunque, algunos no sabían a qué se enfrentaban. Hombres y mujeres que no debemos olvidar.
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maferirora
 29 April 2021
Este libro está lleno de monólogos que Svetlana recogió en entrevistas durante muchos años después del desastre nuclear de Chernóbil en 1986. En cada una se cuentan las experiencias del impacto que tuvieron los habitantes cercanos al reactor, una zona radioactiva que contaminó todo a su alrededor: agua, alimentos, tierra cosechada, animales, viviendas; causando enfermedad, desalojo y muerte.

Tal como lo cuenta la historia del mundo se pensaría en este suceso en términos bélicos: refugiados, explosión, bomberos, héroes, muerte; pero la realidad es que este accidente, tan semejante a las amenazas de la guerra, terminó siendo el resultado de un mundo devastado que cambió la condición humana. Un lugar que desconocía el riesgo y las repercusiones que traería por cientos de años.

Después de leer este libro reafirmo que la realidad supera la ficción. “No sé de qué hablar… ¿De la muerte o del amor? ¿O es lo mismo? ¿De qué?”. Esta frase del primer relato presenta una desgarradora historia de un bombero que va a atender el incendio y que, sin saber, todo su cuerpo está contaminado. Una mujer embarazada que relata cómo lo ve en el hospital y cómo arriesga su vida y la de su bebé por estar con él.

La escritora y periodista hace un trabajo impecable, en cada página se palpa la tristeza de la tragedia y hay diferentes voces que muestran lo más humano que podemos tener: la compasión y el dolor. El estilo documental del libro atrapa fácilmente pero lo leí pausadamente porque creo que merece dedicarle tiempo para detallar, para aprender mucho y para no olvidar. Sin duda es una historia que no se debe dejar pasar.

“Un destino construye la vida de un hombre. La historia está formada por la vida de todos nosotros. Yo quiero contar la historia de manera que no se pierdan los destinos de los hombres...ni de un solo hombre”
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Elrincondelaslectoras
 18 February 2021
Se trata de un ensayo. En él, la maravillosa Svetlana Alexiévich transcribe, en forma de relatos, las entrevistas que tuvo 10 años después de la tragedia de Chernóbil con algunos de los supervivientes: bombero, psicólogo, soldados, profesor universidad, liquidador, médico, periodista, diputado, ingenieros, familias de afectados....

Es un libro necesario, aunque durísimo. Te mantiene con el corazón encogido, en tensión, en muchos momentos y después de cada relato me paraba a coger aire. Te deja sin aliento, sin palabras. Es mágico. Te mantiene con los sentimientos a flor de piel, cada relato te provoca algo dentro rabia, indignación, pena, incomprensión, compasión... Un libro lleno de personas que nos hablan, pero también de voces contenidas, de silencios, de personas que después de 10 años siguen sin poder hablar...

También es un libro que nos habla de la gestión de una crisis sin precedentes, cuando se ven las cosas con perspectiva es más fácil ver los errores que se cometieron mientras todo ocurría. Leyendo Voces de Chernóbil, una de las conclusiones que se extrae es que a los afectados, les faltó información, les faltó concienciación, pero también les faltó protección y medios, desconocían la gravedad de la situación, hasta les engañaron, lo que hizo que muchos siguieran con sus vidas como si no pasara nada y a muchos tampoco les quedó otra opción.

No puedo evitar hacer similitudes con el momento en que nos encontramos. Otra crisis sin precedentes. de esta aprenderemos, igual que se aprendió de Chernóbil, pero necesitamos actuar, necesitamos ser informados como ciudadanos para concienciarnos y que los países cooperen entre ellos, ya que es una crisis global.

Otra escalofriante similitud con la situación vivida durante el confinamientoes que en las zonas afectadas por el desastre de Chernóbil la naturaleza siguió su curso, siguió creciendo, paisajes más bonitos que nunca, ciudades vacías...
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Psk_destroll
 24 May 2020
Me gustó mucho, es dura pero real.
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Carmen
 09 April 2020
La autora del libro nos relata con todo tipo de detalle, el accidente radioactivo de Chernobil , con entrevistas, noticias.... Es una recopilacion de testimonios de todas las personas involucradas en la tragedia
Fué muy duro y todavia hoy, su población han seguido su vida pese a la
contaminaciòn.
Es un libro muy duro y que me hizo llorar


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Calaveritalee
 16 November 2019
Una serie de monólogos de los que vivieron de cerca la hecatombe de Chernobil. La confusión de los primeros días, como las autoridades les engañaron haciéndoles creer que no corrían peligro a la vez que los evacuaban, como ellos mismos se engañaban volviendo a los pocos días a sus casas ubicadas a pocos kms de la central. Una visión de la forma de ser del pueblo ruso, narrada por ellos mismos.
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lauli
 13 July 2019
Como es habitual en su literatura, la premio Nóbel bielorrusa Svetlana Alexiévich construye un relato coral de horror, heroísmo y supervivencia dándole voz directamente a los protagonistas. Esa técnica nos permite dar cuenta de todas las aristas de una catástrofe cuyas consecuencias son inconmensurables: las mujeres de los bomberos, que los vieron desintegrarse hasta morir; los ex combatientes de Afganistán puestos a fusilar mascotas en los pueblos abandonados; los ancianos que se negaban a creer que algo invisible como la radiación pudiera obligarlos a abandonar los campos que habían labrado sus ancestros; las madres de niños deformes que buscaban la ayuda de un estado que negaba el problema; el liquidador cuyo hijo de 4 años desarrolló un tumor cerebral por jugar con la gorra que su padre quiso conservar como recuerdo de los servicios prestados a la URSS. Todo habla de una catástrofe generada por la ambición del hombre por superar al hombre. Algo que lamentablemente vamos camino a ver cada vez más en el mundo...
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"Chernóbil. Ya no tendremos otro mundo más que este. al principio, cuando arrancaban la tierra de debajo de los pies, soltábamos este dolor nuestro sin más; pero ahora te invade la evidencia de que no hay otro mundo: de que no hay a dónde ir. La sensación de asentamiento trágico en esta tierra de Chernóbil. Una visión de mundo radicalmente distinta."
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Edd62
 14 September 2018
Densisima reseña, pobre ensayo periodistico, no dudo que las voces de los actores deban ser escuchadas, pero adolesce de informacion, niega la otra parte y parece perder de vista que no es el peor desastre nuclear, en todo caso lo seria Hiroshima que fue intencionado, no creo fuese merecedor de la premiacion recibida, Valiente puede ser, pero como literatura muy pobre, no niego que la traduccion pudiese influir pero..
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Guille63
 10 March 2023
“¿Hay algo más pavoroso que el hombre?”

En mi comentario a “El fin del Homo Sovieticus” ya hablé suficientemente acerca de las muchas virtudes que adornan la prosa de Svetlana Aleksiévich y sobre las poderosas razones por las que todo el mundo debería leer el libro. Absolutamente todo lo dicho allí es trasladable a esta inteligente y estremecedora crónica de la catástrofe de Chernóbil, por lo que opto por no repetirme y, como la mejor forma de incentivar a su lectura, me limito a dejar hablar al propio libro:

Un libro que es un emocionante homenaje a los que participaron en el desastre:

“De modo que nos trajeron aquí. Llegamos a la central misma. Nos dieron una bata blanca y un gorrito blanco. Una mascarilla de gasa. Limpiamos el territorio… Los robots no lo aguantaban; las máquinas se volvían locas. Nosotros, en cambio, trabajábamos.”

“Hubo un momento en que existió el peligro de una explosión termonuclear... no se hubiera podido vivir en una zona enorme de Europa. ¿Se imagina? Una catástrofe europea… de modo que esta era la misión: ¿A ver quién se zambullía en aquel agua y abría allí el pestillo de la compuerta de desagüe… Se pidió voluntarios. ¡Y aparecieron! Y los muchachos se tiraron, se zambulleron muchas veces y abrieron aquella compuerta. Esta gente ya no existe.”

“Yo he estado en el reactor... Aquello era la libertad. Allí me sentí un hombre libre... Nos mandan al reactor, pues nos subimos al techo del reactor... Sentías algo... ¿Como qué? [Se queda pensativo] Una sensación que no he experimentado ni siquiera en el amor... ¡Yo confiaba en mi buena estrella! ¡Ja, ja, ja! Y hoy soy un inválido de segundo grado.”

“Mandan un robot estadounidense al tejado, trabaja cinco minutos y va y se para. El robot japonés también trabaja nueve minutos y se para. En cambio, el robot ruso se pone a trabajar y está dos horas. Y en eso que se oye por la radio: ¡Soldado Ivanov, puede bajar para un descanso!”

Un libro que es una denuncia de las mentiras y la desinformación:

“Ya va el tercer mes que la radio lleva diciendo: «La situación se estabiliza, la situación se estabiliza, la situación se estabiliza»… «Os vamos a dar una vida paradisíaca. Lo único que tenéis que hacer es quedaros y trabajar. Os llenaremos las tiendas de salchichón y de alforfón.»…”

“Comprendí que todos nosotros habíamos participado... en un crimen... en un complot... [Calla.] He comprendido que en la vida las cosas más terribles ocurren en silencio y de manera natural.”

“Éramos hombres de nuestro tiempo, de nuestro país soviético. Creíamos en él… Porque, cuando pierdes la fe, cuando te quedas sin convicciones, ya no eres un participante, sino un cómplice, y para ti ya no hay perdón.”

“De nosotros, los bielorrusos, de los diez millones de personas, más de dos millones viven en tierras contaminadas. Un laboratorio natural. Todo está listo para anotar los datos, para hacer experimentos.”

“Llega el marido a casa del trabajo y se queja a su mujer: —Me han dicho que o mañana me voy a Chernóbil o entrego el carné del Partido. —Pero si tú no eres miembro del Partido —le dice su mujer. —Pues por eso, a ver dónde encuentro yo un carné.”

Pero que, sobre todo, es un libro sobre el horror:

“¡Es imposible contar esto! ¡Es imposible escribirlo! ¡Ni siquiera soportarlo!... ¡Lo quería tanto! ¡Aún no sabía cuánto lo quería! Justo nos acabábamos de casar... Aún no nos habíamos saciado el uno del otro... Él empezó a cambiar. Cada día me encontraba con una persona diferente a la del día anterior. Las quemaduras le salían hacia fuera... El color de la cara, y el del cuerpo..., azul..., rojo..., de un gris parduzco. Y, sin embargo, todo en él era tan mío, ¡tan querido!!”

“Mi hija cumplió seis años. Los cumplió justo el día del accidente. La acostaba y ella me susurraba al oído: «Papá, quiero vivir, aún soy muy pequeña»… Y aún quieren de nosotros que callemos… Apunte al menos que me hija se llamaba Katia...Katiuska. Y que murió a los siete años.”

“Mi niña... Mi niña no es como los demás… No juega a las compras, ni a la escuela, sino que juega con sus muñecas al hospital, les pone inyecciones, les coloca el termómetro… la muñeca se le muere y ella la cubre con una sábana blanca.”

“Coro de niños...: ¡Mamita, no puedo más! ¡Es mejor que me mates! ...Los médicos han dicho que me he puesto enferma porque mi padre trabajó en Chernóbil. Y yo nací después de aquello. Yo quiero a mi padre... Nos moriremos y nos convertiremos en ciencia —decía Andréi...Nos moriremos y se olvidarán de nosotros —así pensaba Katia...Cuando me muera, no me enterréis en el cementerio; me dan miedo los cementerios, allí solo hay muertos y cuervos. Mejor me enterráis en el campo—nos pedía Oxana...—Nos moriremos —lloraba Yulia...Para mí el cielo está ahora vivo, cuando lo miro. Ellos están allí.”

“Veías a una mujer joven sentada en un banco junto a su casa, dándole el pecho a su hijo. Comprobamos la leche del pecho: es radiactiva.”

“Una ucraniana vende en el mercado unas manzanas rojas, grandes. Y grita: « ¡Compren mis manzanas! ¡Manzanitas de Chernóbil!». Y alguien le recomienda: «Mujer, no digas que son de Chernóbil. Que nadie te las comprará». « ¡Pero qué dices! ¡Las compran y cómo! ¡Unos, para la suegra; otros, para su jefe!»”


Sentencia: A Viktor Briujánov (director de la central nuclear), Nikolai Fomin (ingeniero jefe) y Anatoli Diátlov (viceingeniero jefe), diez años a cada uno. Para el resto las penas fueron más cortas.

Así acaba la historia.


P.D. La oficina turística de Kíev les ofrece un viaje a la ciudad de Chernóbil y a las aldeas muertas. Se ha elaborado un itinerario que empieza en la ciudad muertan de Prípiat...Visiten La Meca nuclear. Y a unos precios moderados.
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Bunny_Ney
 29 May 2022
De los mejores libros que he leído. La escritora redacta a modo de ensayo, varios monólogos de la gente que vivió esta experiencia, son diferentes opiniones pero al final todos con cuerda con lo mismo... el miedo.
Es increíble cómo algunos monologos llegan a quedarse tan dentro de uno, que conmueven y en lo personal, hizo que apreciará mucho más mis alrededores.
Recomendada
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