InicioMis librosAñadir libros
Descubrir
LibrosAutoresLectoresCríticasCitasListasTest
Críticas sobre Voces de Chernóbil (51)
Ordenar por :   Fecha   Los más apreciados  



Añadir crítica
SrtaLeolibre
 24 July 2020
Como todos los libros de Svetlana, está lleno de testimonios reales y llenos de dureza. Empieza fuerte, con el que para mí es el testimonio más duro e impactante, pero los demás siguen sorprendiendo haciendo que no puedas dejar de leer.
No voy a decir mucho más, porque con esta autora siempre pienso lo mismo. No hay palabras para la cantidad de sentimientos y sensaciones que te vas a encontrar cuando coges uno de sus libros.
Comentar  Me gusta         60
marulibros
 28 March 2023
Adentrarse en esta lectura y conocer de primera mano la historia a través de sus protagonistas cuando ésta ha sido devastadora y ha dejado tanta secuela, no es fácil.
La autora ha nombrado cada capítulo como "monólogo" y pienso que no podría ser más acertado, porque cuando se abre la puerta para dejar fluir el rencor, la resignación, la impotencia que se guarda dentro, quién es capaz de interrumpir?
Y así una tras otra, todas aquellas personas a quienes ha entrevistado, esas "voces" nos da su punto de vista, su experiencia de haber vivido el horror de enfrentarse a una explosión nuclear
Después, la falta de información, las mentiras por parte del gobierno, d elos medios, el ocultamiento del error, no saber gestionar el desastre, no saber a qué enfrentarse, el aislamiento, consecuencias humanas y medio ambientales que aún hoy día siguen sucediéndose

Siempre pienso que ante la grandiosidad de los avances científicos, poco se piensa en las consecuencias de un error, y cuando estos suceden que difícil es reconocerlos
Creo que jamás estaremos preparados... Pero así es el ego del ser humano...
+ Leer más
Comentar  Me gusta         52
entrealgunoslibros
 02 November 2022
En este libro Svetlana Alexiévich da voz a aquellas personas que sobrevivieron al desastre de Chernóbil y que fueron silenciadas y olvidadas por su propio gobierno.

Me ha interesado mucho este libro, está tan bien planteado, que aquí queda claro porque la escritora gano un Premio Nobel de Literatura.
Esta no es la historia sobre que pasó el fatídico 26 de Abril de 1986, estos son relatos del después, la historia de los sobrevivientes.
Ella les da la oportunidad de contar su historia, a su modo, a su tiempo, de la forma que puedan, pero les da esa oportunidad. Personas que expresan que fueron olvidadas, fueron dejadas a un lado, que durante la tragedia no recibieron la información ni los cuidados necesarios y la mayoría afirma que prefiere no recordar.

Historias duras, historias de terror y de horror que me han dejado totalmente pasmada. Testimonios que nos permiten entender la magnitud y el sufrimiento de mujeres, hombres y niños que vivieron en carne propia las consecuencias, físicas y emocionales, de un hecho histórico que conmocionó al mundo entero.
No es para leerlo de una sentada, sino para ir leyéndolo de a poco, ir asimilando y entendiendo lo sucedido.

Este libro me hizo pensar, todos conocemos la tragedia de Chernóbil verdad? Quién no ha escuchado alguna vez sobre Chernóbil? Pero cuántos conocemos en verdad, lo que realmente sucedió?…
Me hizo pensar mucho que las personas en sus relatos se preguntan porque hay tan poca información, tan pocos libros que narren lo que realmente sucedió después.
Y de hecho si antes de leer este libro me preguntaban ¿Cuál es la peor tragedia que ha tenido que soportar la humanidad? Estoy segura que Chernóbil no hubiese pasado por mi mente. Hoy, claramente, mi pensamiento es otro.

Pienso que luego de leer este libro la forma de pensar, de ver el mundo y a las personas, cambian. Y por eso recomiendo este libro sólo al que esté preparado para ello. &#xNaN🤍

+ Leer más
Comentar  Me gusta         52
Zairamec
 04 August 2020
¿Que se puede decir acerca de un hecho cuando las palabras sobran pues la acciones hablan por si mismas?. Chernóbil ha sido una de las "guerras" más devastadoras del siglo pasado, una "guerra" donde la naturaleza salió victoriosa y los seres humanos que la padecieron, inclusive los que solo sufrían la desdicha de habitar la zona, aún sufren y sufrirán toda su vida y sus generaciones (las que aún quedan) pues las heridas no quedaron en la piel sino en sus genes, en su corazón, en su alma. Chernóbil es el testimonio de todo lo que está mal, de todo lo que no debe hacerse y de lo importante que es la verdad por encima de todas las cosas. Chernóbil es el recordatorio de nuestra fragilidad como seres humanos y de cómo la naturaleza tiene mejor capacidad de adaptación o por lo menos, necesita menos generaciones que la "todo poderosa" raza humana.
Chernóbil es la vida misma dando lecciones, haciéndose un espacio en una sociedad para recordarnos, que los fines no justifican los medios, que la destrucción es destrucción aunque la poéticen, que todos los seres que habitan la tierra son importantes y que el dolor que no se ve, que no se exterioriza, hace más daño que el dolor físico.
Chernóbil es el recordatorio de que los "pequeños" detalles, los "pequeños" gestos, las "pequeñas" acciones, como compartir comidas, sentarse a hablar, beber un trago con amigos, leer un libro, el apretón de manos, el abrazo, el beso, las caricias, entre otras, importan y son más necesarias, a veces incluso más que el alimento, porque sembrar una huerta es posible, pero la soledad solo se vence con relaciones y las relaciones necesitan otros seres.
Chernóbil es el recordatorio que la madre naturaleza no nos necesita, pero que nosotros sin ella no somos nada. En el mundo espiritual al ser humano se le dió la tarea de gobernar la tierra y señorearla, de ser los mayordomos del mundo y de sus habitantes, pero la tarea nos ha superado y por más que esto pueda aterrarnos o desconcertarnos, que al menos es lo esperado ante tan magna responsabilidad, la verdad el escenario es otro, simplemente no nos importa, andamos por el mundo explotando, quitando, dañando y destrozando, sin devolver, sin sembrar, sin construir. Sí, eso y muchas cosas me mostró, me recordó y me enseñó las voces, los testimonios y la vida de los supervivientes de Chernóbil, tal vez al acercarte te muestre lo mismo o tal vez no, al final, lo importante es que la desolación de la que te hace participe se te meta por los huesos y "la radiación" que emanan sus palabras, su llanto y su silencio, te modifique y te reestructuren los genes, el corazón y el alma.

+ Leer más
Comentar  Me gusta         50
LuciaNN
 01 October 2023
Este libro no es una novela sin más, sino un conjunto de historias de todas aquellas personas que lograron sobrevivir a lo que todos conocemos en con Chernobil.
.
No te vas a encontrar lo que paso, ni cuando, ni dónde, ni datos técnicos que puedes saber en cualquier libro, sino historias breves, historias de personas reales, que cuentan sus vivencias y logran ponerte los pelos de punta.
.
Todas estas historias no pudieron contarse en su día porque el gobierno solo quería tapar de alguna manera esto, pero la autora nos trae esta historia tan necesaria e interesante para que esto no quede olvidado.
.
Novela premio Nobel en 2015 y que por supuesto no puede ser menos.
.
Tengo muchas ganas de seguir leyendo sus demás historias que sin duda serán igual de necesarios.
Comentar  Me gusta         40
pasandopagina_
 26 April 2021
«Incluso ante el fin del mundo, el hombre seguirá siendo el mismo, igual que es ahora. Siempre».
Desde hace tiempo este libro me venía persiguiendo y me rehusaba a leerlo porque sabía lo que me causaría, sabía la impotencia y el dolor que me provocaría leer esas historias, pero me dejé llevar y a pesar de que cada palabra plasmada allí me generó un dolor inmenso no me arrepiento de haberlo leído.
No es una historia, son muchas. No es una verdad, es una recopilación de verdades.
En este libro nos cuentan lo que realmente pasó en uno de los desastres más grandes causados por el hombre. Todos hemos escuchado cosas, pequeños fragmentos que los trae el viento y así mismo se van, pero leer esto es sencillamente desgarrador, conocer la historia a través de quienes estuvieron allí, de quienes sufrieron las consecuencias de una mentira, porque sí, Chernóbil es una mentira, todo lo que lo rodea es falso. En un intento por minimizar el impacto que tuvo el accidente nuclear los gobiernos, científicos y la prensa encubrieron el hecho mostrándolo como algo sin importancia, exponiendo a miles de personas a un peligro invisible.
Es doloroso saber cómo unos inocentes pagaron las consecuencias de semejante negligencia, pero es aún más impactante leer las razones de quienes decidieron exponerse a la central y de aquellos quienes retornaron a su hogar aún sabiendo los peligros que esto conllevaba y que para sorpresa de todos lograran sobrevivir. Es impresionante la resiliencia humana en momentos como ese, que sobrepasan lo imaginable.
A lo largo de cada relato se deja evidencia de lo que pensaba cada uno de ellos respecto a la vida como la conocían y en lo que se convirtió, unos más escépticos que otros, unas experiencias más sangrientas que otras pero todas igual de dolorosas.
No tengo más palabras para describir esta lectura, solo que lean este libro. Dénse la oportunidad de conocer una parte de la historia que parece desvanecerse con el tiempo y que merece ser recordada.
+ Leer más
Comentar  Me gusta         40
Paloma
 13 June 2018
“Cuando hablamos del pasado o del futuro introducimos en estas palabras nuestra concepción del tiempo, pero Chernóbil es ante todo una catástrofe del tiempo. Los radionúclidos diseminados por nuestra Tierra vivirán cincuenta, cien, doscientos mil años. Desde el punto de vista de la vida humana, son eternos”.

He estado dándole vueltas a cómo escribir esta reseña y no encuentro las palabras exactas. Siento que me quedaría corta para describir la conmoción que causan los testimonios de la gente que vivió la tragedia de Chernóbil. Las experiencias que recoge Svetlana Alexievich son brutales y lo dejan a uno con un infinito sentimiento de tristeza, de impotencia, de coraje y de dolor. No he conocido a ninguna de las personas cuyas voces que nutren la crónica de la autora y, sin embargo, es imposible no ser movido por su experiencia que no es más que una suma de pérdidas -de seres queridos, de sus hogares y de su tierra.

He llorado con un par de testimonios, porque el sufrimiento es indescriptible ante la pérdida del ser amado -esposos, hijos, familia. Un día los hombres salieron a trabajar y sí regresaron -para iniciar una agonía que en tres meses los borró de la tierra; o un hombre regresó de su trabajo y le regaló a su hijo pequeño su gorra y tres años después tenía un tumor en el cerebro.

He llorado también por la impotencia ante un régimen que, como muchos otros en el mundo, se considera todopoderoso, el único con acceso a la verdad. A reserva de las causas o errores humanos que hayan generado la explosión en el reactor de Chernóbil, quizá lo más grave fue la reacción de las autoridades de la ex Unión Soviética: negar todo, culpar a Occidente de un sabotaje, enviar a gente inocente cómo carne de cañón para contener la situación. Realmente no sé si se hubiera podido hacer de otro modo, pero lo frustrante fue el silencio. El no informar a la población del peligro porque esto no fue otra cosa más que negar cualquier responsabilidad.

Este libro es dolor puro y me parece que, a diferencia del otro libro de Svetlana que leí hace unos meses La Guerra no tiene rostro de mujer, ofrece muy poca esperanza. Si pensamos en el daño que causó la explosión y, retomando las palabras de la cita del inicio, pasará una eternidad antes que todos los contaminantes que se liberaron desaparezcan de la tierra. Miles de años que una vida humana no abarca. Eso hace pensar -a treinta años de la tragedia, ¿hemos visto realmente cuáles serán las consecuencias del accidente? Asimismo, a diferencia de las guerras, que no dejan de ser inhumanas y crueles, muchas veces estas sí concluyen o la gente abandona sus países. Pero ante un desastre nuclear, ¿a dónde se huye? ¿Quién garantiza que la tierra tendrá la capacidad de limpiarse cuando ha sido tan cruelmente atacada? No tenemos todo el conocimiento y quedamos ante el horror de la incertidumbre.

También me resultó impresionante el entender el amor a la tierra. Quizá uno da por sentado muchas cosas -su ciudad, su casa, el entorno, y hasta en ocasiones, puede minimizarlo, particularmente aquellos que hemos siempre crecido o vivido en ciudades. Pero aquellas comunidades que viven en localidades pequeñas, rodeados de naturaleza, tienen una relación muy distinta con la tierra; una relación de respeto y cuidado que supera nuestros conceptos nuevos de sustentabilidad. La tierra es vida, es historia, es herencia; y de pronto miles de personas se vieron arrancados de ella. Es muy fácil pensar “ante el peligro, sin duda huiría dejando todo”. Pero ¿es esto cierto? Tan solo de pensarlo, me estremezco. No se trata solo de un apego material: nuestra casa, pertenencias, por pocas que sean, es algo que hemos construido. Y en caso de comunidades rurales, es algo que son conscientes que la tierra les ha dado.

Este libro también invita a pensar profundamente nuestra relación con la naturaleza, creo que mejor que cualquier libro de marcos ambientales y buenas prácticas. Hubo un testimonio que en particular me dejó helada -un apicultor en la zona, que, a la mañana siguiente después del desastre, salió a trabajar. Todo parecía igual, el sol brillaba, era un día como cualquier otro. de pronto se dio cuenta que las abejas habían abandonado sus colmenas y el silencio lo impactó. Los animales, más sabios por su instinto de supervivencia, habían huido. Damos tanto por sentado que pocas veces quizá reflexionamos sobre la importancia que cada hormiga, cada hierba, cada ave tiene en el ecosistema que nos permite estar donde estamos.

Con todo y la desesperanza, creo que este libro debería estar al alcance de todos, para que no olvidemos la fragilidad de nuestra condición humana y sobre todo, la importancia de la empatía hacia los demás, pues la humanidad no es inmune ante desastres cómo éste y más considerando que fueron resultado de las acciones que tomamos sobre nuestro entorno y la naturaleza.
+ Leer más
Comentar  Me gusta         40
quieresleersigracias
 29 September 2023
Quieres leer "Voces de Chernobil"? Si.
Escribir mi opinión sobre este libro me resulta difícil. Y no es porque el libro no me haya gustado, sino porque realmente no sé que decir. Podría decir que he sentido miedo al ver lo que pasa ante un accidente nuclear, que lo he sentido. También la indignación de como se actuó, la he sentido. Dolor al leer las historias que narra, mucho dolor. Podría decir muchas cosas, pero se que me quedaría corta. Lo que seguro puedo decir, es que este libro fue escrito para ser leído y para que cada lector que lo haga piense y sienta a través de sus páginas. Gracias.
Comentar  Me gusta         30
Homolectus
 28 February 2020
El 26 de abril de 1986 la vida de muchas personas —el número total si fue calculado fue un completo secreto— cambió por completo, la historia recordará por siempre a Bielorrusia como el lugar donde nacen mutantes y los niños mueren antes que los adultos.

Si alguien quiere saber qué paso, cómo, quién y por qué; este no es el libro que debe leer. En este libro Svetlana Alexievich ha compilado las historias de las personas del común que han vivido esta tragedia de primera mano, como sus esposos fueron a "apagar el incendio", ellos mismos hicieron parte de los equipos de liquidadores o como fueron obligados a abandonar sus casas con la promesa de volver. Este es sobretodo, un libro de gente real.

Cada monólogo cuenta la historia de una persona, de lo que pasó y como vivió todo este proceso. Hay monólogos de profesores, niños, padres, abuelos, físicos, soldados; todos ellos han vivido desde todos los puntos de vista imaginables este suceso que cambió sus vidas, que ayudó también en la disolución de la URSS y que sembró un pánico colectivo, que todavía se conserva; sobre la energía nuclear como una fuente de energía eléctrica.

Si bien todos los monólogos son de personas diferentes, todos comparten una cosa en común: todas fueron engañadas por su gobierno sobre el verdadero alcance del accidente en la central nuclear a costa de mantener la imagen de la Unión Soviética intacta, una barbaridad por completo y que hoy todavía no se logra evidenciar de forma completa los alcances del suceso.

Un libro que en todas sus páginas destila una resiliencia enorme de parte de todos los que fueron entrevistados para completar este trabajo, que intenta poner en el mapa el lugar real de los sucesos y que señala a los verdaderos culpables del asunto: un gobierno incompetente que estaba más pendiente de su imagen cada vez menos creíble y lleno de gente incompetente en cargos para los cuales se necesitaba una preparación determinada; algo que hoy día sigue vigente en nuestros países y que al parecer, no desaparecerá pronto.

Mientra lo leía fue inevitable pensar en si la Ciencia tenía en parte la culpa de lo pasado con toda esta gente; pero de forma tajante debo decir que rotundamente NO, que toda la culpa de lo pasado allí responde a decisiones tomadas por humanos que no entendían la responsabilidad que tenían entre sus manos ni estaban preparados para tomar dichas decisiones. de lo que sí estoy completamente seguro es que la historia hubiera sido muy diferente si justamente estas personas hubieras escuchado a tantos científicos que advertían de los peligros y cuidados que se debían de tener en la zona afectada por el accidente; una lección enorme sobre la Ciencia y su imposibilidad —menos mal— de servir a otras construcciones de la humanidad como la política.

Un libro lleno de humanidad, de pasajes memorables que relatan de primera mano lo que es sentir como la vida te cambia en un abrir y cerrar de ojos. Un libro que es también catarsis para los que jamás pudieron volver a casa, que se han sentido extraños andando una tierra que no es suya mientras cargan en la espalda la etiqueta de Chernóbil. Un libro que es memoria de los hombres, mujeres y niños que dieron su vida, mientras su gobierno en la comodidad de la oficina tomando vodka decía: "No pasa nada".

El tema de Chernóbil ha cobrado un nuevo interés por la serie que sacó HBO este año, y fue justo por esa serie que llegué al libro; ojalá este interés por el tema no solo sea de manera morbosa por parte de la gente que paga recorridos por la zona de radiación para tomarse fotos y ver una ciudad que solo es habitada por átomos radiactivos y por los animales salvajes que poco a poco van tomando como propio el territorio abandonado por el hombre; ojalá este interés despierte también una sed en la gente por saber qué pasó en verdad, en cómo se pudo prevenir un daño mayor y sobretodo; que la gente entienda la importancia de no confiar ciegamente en los que dicen saber dirigir un país.
+ Leer más
Comentar  Me gusta         30
pasiondelalectura
 20 September 2019
La periodista bielorusa S. Alexeivitch ha escrito este testimonio de lo que ha sido, por el momento, la peor falla tecnológica de la Humanidad. Es un documental sin concesión, narrado por sobrevivientes. El libro está prohibido en Bielorusia.
El accidente acaecido en la madrugada del 26 de abril de 1986 cerca de la 1 y media de la mañana en la Central nuclear "Lenine" en Bielorusia, nos marca un antes y un después.
Bielorusia con 10 millones de habitantes, perdió 485 pueblos después de la explosión, de los cuales 70 fueron sepultados bajo toneladas de arena, plomo y cemento. Hoy en día 2,1 millones de personas viven en regiones contaminadas con una mortalidad de 20% más importante que la natalidad.
Se debe saber que el cuarto reactor aún conserva, bajo una gruesa capa de plomo y cemento armado, cerca de 20 toneladas de combustible nuclear. Esta capa fue proyectada por robots (que duraron solo horas, neutralizados por las radiaciones) y helicópteros. La capa tiene hoy fisuras y se calcula que la superficie de las fisuras abarca unos 200 metros cuadrados que dejan escapar en continuo aerosoles radioactivos.

La periodista quiso reunir, 10 años después, los testimonios de los sobrevivientes.
¿La causa? Se dice que un reactor sobre calentó y explotó. El accidente vendría de que los rusos de Moscú querían saber en cuánto tiempo la Central partiría en "modo rápido" y para ello suprimieron controles y sistemas de seguridad.
Lo que la gente vio aquella noche en el cielo y en el suelo, es indescriptible porque vieron lo intangible, lo que no se debe ver por ningún motivo: unas placas color de tinta sobre el suelo, brillantes, algunas azules, alguna roja. Y todo había desaparecido a la mañana siguiente con la lluvia.

Toneladas de cesio, iodo, plomo, zirconio, cadmio, berilio, boro y una cantidad desconocida de plutonio cayeron esa noche sobre Bielorusia. En total, unos 450 tipos de radionucleidos diferentes, el equivalente (lo leí) de 350 bombas de Hiroshima, 3000 microröntgens por hora cuando lo máximo soportable son 25.
La población no fue bien informada ni protegida con el iodo necesario; fue evacuada a la rápida y el peligro minorado para no "crear pánico". No se hizo nada frente a la incompetencia y al desorden rusos, a la mala información. Las órdenes llegaban con parsimonia desde Moscú y la gente temía mucho más perder la carta del partido comunista que decir la verdad sobre el desastre. El Estado mintió deliberadamente a su gente y guardó el secreto absoluto sobre lo que estaba sucediendo.
Svetlana Alexeivitch dice que el carácter ruso es fatalista y se conforma con lo que venga, no hay racionalismo, es la mentalidad eslava.

Enlace: https://pasiondelalectura.wo..
+ Leer más
Comentar  Me gusta         30


Comprar este libro en papel, epub, pdf en

Amazon ESAgapeaCasa del libro





Test Ver más

¿Cuánto sabes sobre filosofía?

Son considerados los padres de la filosofía occidental:

Aristóteles y Pitágoras
Demócrito y Sócrates
Aristóteles y Platón
Pitágoras y Sócrates

10 preguntas
94 lectores participarón
Thèmes : filosofíaCrear un test sobre este libro
.._..