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Voces de Chernóbil de Svetlana Aleksiévich
No debe usted olvidar que lo que tiene delante ya no es un marido, un ser querido, sino un elemento radioactivo con un gran poder de contaminación.
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Voces de Chernóbil de Svetlana Aleksiévich
No debe usted olvidar que lo que tiene delante ya no es un marido, un ser querido, sino un elemento radioactivo con un gran poder de contaminación.
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La guerra no tiene rostro de mujer de Svetlana Aleksiévich
¡Cuántas ganas tenía de volver a casa! Aunque mi padre no estuviera allí, ni mi madre tampoco. La casa es algo superior a las personas que la habitan, y superior a la casa misma.
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Voces de Chernóbil de Svetlana Aleksiévich
“Veías a una mujer joven sentada en un banco junto a su casa, dándole el pecho a su hijo. Comprobamos la leche del pecho: es radioactiva”.
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La guerra no tiene rostro de mujer de Svetlana Aleksiévich
No se trata de la historia de la guerra o del Estado, ni de la vida de los héroes, sino de la del pequeño hombre expulsado de una existencia trivial hasta las profundidades épicas de un enorme acontecimiento.
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La guerra no tiene rostro de mujer de Svetlana Aleksiévich
Los recuerdos no son un relato apasionado o impasible de la realidad desaparecida, son el renacimiento del pasado, cuando el tiempo vuelve a suceder. Recordar es, sobre todo, un acto creativo. Al relatar, la gente crea, redacta, su vida. A veces añaden algunas líneas o reescriben. Entonces tengo que estar alerta. En guardia. Y al mismo tiempo, el dolor derrite cualquier nota de falsedad, la aniquila.
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La guerra no tiene rostro de mujer de Svetlana Aleksiévich
Antes pensaba que el sufrimiento libera, que, tras superar las penas, el individuo ya solo se pertenece a sí mismo. Que su propia memoria le protege. Pero estoy descubriendo que no, no es una regla general. A menudo este saber e incluso el saber superior (inexistente en la vida normal) existen como un ente oculto, como una especie de reserva intangible y secreta, como las pepitas de oro en una mina. Hay que separar minuciosamente el lastre y rebuscar bien entre los sedimentos del ajetreo diario para finalmente hacerlo brillar. [...] Entonces ¿qué somos en realidad, de qué estamos hechos? ¿De qué material? ¿Cuál es su resistencia? Eso es lo que quiero entender.
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La guerra no tiene rostro de mujer de Svetlana Aleksiévich
Textos. Textos. Los textos están en todas partes. En los apartamentos de la ciudad, en las casas del campo, en la calle, en el tren... Estoy escuchando... Cada vez me convierto más en una gran oreja, bien abierta, que escucha a otra persona. "Leo" la voz.
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La guerra no tiene rostro de mujer de Svetlana Aleksiévich
¿Hasta dónde llegan nuestras palabras y nuestros sentimientos? ¿Qué está condenado a ser inexplicable? Cada vez tengo más preguntas y menos respuestas. A veces regreso a casa después de la conversación de turno pensando que el sufrimiento es soledad. Aislamiento absoluto. Otras veces me inclino a creer que el sufrimiento es un tipo de conocimiento, de sabiduría. Hay ciertas cuestiones de la vida humana que solo se guardan y se transmiten por la vía del sufrimiento, sobre todo aquí, en nuestro país. Así es nuestro mundo, así somos nosotros.
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La guerra no tiene rostro de mujer de Svetlana Aleksiévich
Hay ciertas cuestiones de la vida humana que solo se guardan y se transmiten por la vía del sufrimiento, sobre todo aquí, en nuestro país. Así es nuestro mundo, así somos nosotros.
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La guerra no tiene rostro de mujer de Svetlana Aleksiévich
El semblante de una persona tarda en moldearse. El trabajo de perfilar el alma sobre el rostro toma su tiempo. Sin embargo, la guerra creó sus imágenes con mucha rapidez. Se dio mucha prisa en completar sus retratos.
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La guerra no tiene rostro de mujer de Svetlana Aleksiévich
Fundir el habla de la calle y de la literatura. La dificultad adicional es que hablamos del pasado con el lenguaje de hoy. ¿Cómo se podrán transmitir los sentimientos de entonces?
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La guerra no tiene rostro de mujer de Svetlana Aleksiévich
La grabadora registra las palabras, graba las entonaciones. Las pausas. El llanto y el asombro. Me doy cuenta de que cuando una persona habla surge algo más grande, algo que supera lo que a continuación aparecerá sobre el papel. Me da pena no poder "grabar" los ojos, las manos. Viven su propia vida durante la conversación. Una vida separada. Tienen su propio "discurso".
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La guerra no tiene rostro de mujer de Svetlana Aleksiévich
No escribo sobre la guerra, sino sobre el ser humano en la guerra. No escribo la historia de la guerra, sino la historia de los sentimientos... Soy historiadora del alma.
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La guerra no tiene rostro de mujer de Svetlana Aleksiévich
Pregúnteme: "Qué es la felicidad?". Yo le contestaré... "Es encontrar entre los caídos a alguien con vida..."
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Voces de Chernóbil de Svetlana Aleksiévich
Esta es mi historia. Se la he contado. ¿Por qué me he hecho fotógrafo? Porque me faltaban palabras.
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Voces de Chernóbil de Svetlana Aleksiévich
Observe la naturaleza. Hay que aprender de ella. La naturaleza trabaja, se autodepura, nos ayuda. Se comporta con más sensatez que el hombre
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La guerra no tiene rostro de mujer de Svetlana Aleksiévich
El libro narra en primera persona las historias de mujeres que lucharon en el Ejercito Soviético contra los alemanes en la II Guerra Mundial. A pesar de la gran cantidad de mujeres que combatieron durante esta horrible guerra, nunca había leído acerca de ellas, ni aparecen en documentales o películas/series relacionadas con ello. Me costó mucho de leer, lo tuve que dejar y retomar un par de veces debido a las espeluznantes vivencias que tuvieron y por todo lo que pasaron. Me parece un libro extraordinario porque muestra una realidad olvidada y poco contada, pero que también fue real y sufrida por muchas mujeres que se vieron empujadas a formar parte de la guerra. |
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Voces de Chernóbil de Svetlana Aleksiévich
Nosotros tenemos miedo de todo. Tememos por nuestros hijos. Por los nietos que aun no han nacido. Aún no han nacido y ya tememos por ellos.
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Voces de Chernóbil de Svetlana Aleksiévich
+ ¿Y si aparecen los bandidos? - ¿Y qué van a sacar de mí? ¿Qué me pueden quitar? ¿El alma? El alma es lo único que me queda. |
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Voces de Chernóbil de Svetlana Aleksiévich
«Salí por la mañana al jardín y noté que me faltaba algo, cierto sonido familiar. No había ni una abeja. ¡No se oía a ni una abeja! ¡Ni una! ¿Qué es esto? ¿Qué pasa? Tampoco al segundo día levantaron el vuelo. Ni al tercero. Luego nos informaron de que en la central nuclear se había producido una avería, y la central está aquí al lado. Pero durante mucho tiempo no supimos nada. Las abejas se habían dado cuenta, pero nosotros no. Ahora, si noto algo raro, me fijaré en ellas. En ellas está la vida».
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Bruce Wayne