Roma soy yo de Santiago Posteguillo
Sólo los malvados o los imbéciles ponen la política por delante en tiempos de grave crisis.
|
Roma soy yo de Santiago Posteguillo
Sólo los malvados o los imbéciles ponen la política por delante en tiempos de grave crisis.
|
Maldita Roma de Santiago Posteguillo
La perseverancia, hijo mío, es virtud - dijo Aurelia -. La obstinación es de idiotas.
|
Maldita Roma de Santiago Posteguillo
Quiero que me lleves a Roma cuando termines como propretor en Hispania. Quiero mejorar la posición de Gades en el mundo romano, pero tengo claro que todo lo importante se decide en Roma. He de entrar en la política romana o nunca conseguiré esas mejoras para mi ciudad.
|
Maldita Roma de Santiago Posteguillo
-¿Y en qué consiste ese humor inesperado? -En reírse de uno mismo. Muy pocos se atreven a hacerlo y menos en público. Y, sin embargo, es una de las mayores muestras de inteligencia. |
La legión perdida de Santiago Posteguillo
Si quiero que me seas fiel no puedo exigirte nada. La fidelidad auténtica la decide el que la entrega, nunca el que la recibe.
|
Los asesinos del emperador de Santiago Posteguillo
Su padre acababa de conquistar Jerusalén junto a un César, junto al hijo del emperador, mientras que él, su hijo, había conseguido dejar inválido a un hijo de un amigo suyo.
|
Maldita Roma de Santiago Posteguillo
Sí, pasaban cosas extrañas. Unas malas, pero otras podían llegar a ser buenas para conseguir sus objetivos de una Roma más popular, más del pueblo, con mayor reparto de tierras, dinero y derechos entre todos los ciudadanos de Roma, incluso entre los aliados y los provinciales, como él estaba haciendo con los celtíberos.
|
Yo, Julia de Santiago Posteguillo
Por la larga explanada de arena del circo, justo por donde los días de competición transcurrían las carreras de cuadrigas, en medio de las ciclópeas gradas vacías, caminaba el emperador...
|
Roma soy yo de Santiago Posteguillo
Y la fidelidad en la paz y en la guerra, en medio del eterno conflicto entre optimates y populares, era un bien muy escaso, tan valioso o más que la más lujosa de las joyas que uno pudiera imaginar
|
Y Julia retó a los dioses de Santiago Posteguillo
Plutón, Vulcano, Mercurio o Baco no tenían decidida su posición, pero, por lo general, no se sentían cómodos luchando en favor de una mujer
|
Maldita Roma de Santiago Posteguillo
Aunque ya que lo mencionas: la sangre y el poder, hijo mío, están hechos de la misma sustancia; la sangre engendra poder y el poder se construye sobre mucha sangre.
|
Trilogía Africanus de Santiago Posteguillo
¡Y a los legionarios que me habéis seguido desde Hispania solo os recordaré que allí jurasteis seguirme hasta el mismísimo infierno! ¡Sea, entonces: bienvenidos todos al infierno!
|
Maldita Roma de Santiago Posteguillo
Pompeya sonrió. La venganza más terrible no es la que se sirve fría, sino la que se forja lentamente en el cálido fuego del odio puro.
|
Yo, Julia de Santiago Posteguillo
Julia era consciente de que una palabra suya aún podría detener a su marido y cambiar el curso de la historia . Pero Julia no quería detener nada. Lo quería todo. Pasara lo que pasase, cayera quien cayese, implicara lo que implicase
|
La noche en que Frankenstein leyó el Quijote de Santiago Posteguillo
En otras ciudades, la gente inteligente sale y hace dinero; en Dublín, la gente inteligente se queda en casa y escribe libros
|
Y Julia retó a los dioses de Santiago Posteguillo
En general, no es buena idea llevar a ninguna mujer a una situación extrema: Tolomeo lo hizo con su hermana Cleopatra y Escipión Emiliano lo hizo con Cornelia. Ninguno de los dos hombres salió bien parado del enfrentamiento.
|
Maldita Roma de Santiago Posteguillo
¿Cuándo te darás cuenta de que no vivimos en la república ideal de Platón, sino en la república fundada por Rómulo, que empezó con un hermano matando a otro?
|
Maldita Roma de Santiago Posteguillo
Ganar unas elecciones, muchacho -le había dicho Craso-, consiste en que los tuyos te voten, pero también, y más importante, en que los que dudan de ti confíen y te den una oportunidad. No los asustes.
|
Trilogía Africanus de Santiago Posteguillo
Que los dioses estén contigo... [...] ... si es que alguno soporta tu compañía. |
Trilogía Africanus de Santiago Posteguillo
Una batalla se puede ganar con el corazón, pero una guerra sólo se gana con la cabeza.
|
cual es tu pasatiempo fav