Maldita Roma de Santiago Posteguillo
Sí, pasaban cosas extrañas. Unas malas, pero otras podían llegar a ser buenas para conseguir sus objetivos de una Roma más popular, más del pueblo, con mayor reparto de tierras, dinero y derechos entre todos los ciudadanos de Roma, incluso entre los aliados y los provinciales, como él estaba haciendo con los celtíberos.
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