Lou tiene una vida normal: un empleo que le gusta en una cafetería, un novio con el que mantiene una relación estable, una familia que la quiere. Sin embargo, tras varios años de trabajo, el dueño se ve obligado a cerrar por lo que de repente se ve en la calle y sin su sueldo, sus padres dudan que puedan llegar a final de mes, puesto que, en ese momento, es la única que aporta algo de dinero en casa. Esta peliaguda situación la lleva a buscar alternativas, probando en diferentes lugares que no la convencen. Hasta que entra una nueva oferta de empleo en la que buscan a alguien para cuidar de un paralítico sin necesidad de formación o experiencia laboral previa. Desesperada y tentada por lo bien que pagan, decide aceptar. Imaginaba que sería complicado, pero no contaba con que Will Traynor, el hombre bajo su cargo, no sería precisamente amigable ni le facilitaría las cosas. En absoluto.
Creyendo que iba a cuidar de un adorable anciano, se encuentra con un joven de 35 años, huraño, serio, incluso desagradable, que no acepta la presencia de Lou y que no quiere relacionarse con ella. Will una vez lo tuvo todo. Vivía al límite, disfrutando de actividades de alto riesgo, de una vida plena en la que hizo lo que quiso. Era feliz. Hasta que un accidente le hizo renunciar a su libertad y lo postró en una silla de ruedas. Pasó de ser un hombre independiente a tener asistencia 24 horas. El objetivo de Lou es hacer la rutina lo más llevadera posible y vigilarle para asegurarse de que todo está bien. Contará con la ayuda de Nathan, el enfermero que lleva años al lado de Will. Poco a poco, Will comenzará a tolerar a su nueva compañera y su mal carácter se irá suavizando gracias al carisma y alegría innata de Lou.
Lou es una mujer activa, divertida, que siempre viste con ropas estrafalarias y coloridas que indican su constante buen humor y ánimo. Precisamente alguien con semejante personalidad es lo que necesita Will, todo lo contrario a ella, el cuál termina contagiándose de la luminosidad de Lou. Recuerdo con especial cariño las escenas en las que ella se maravillaba de la bonita expresión de Will cuando conseguía que sonriera. Sin duda, son los protagonistas indiscutibles del libro y su relación es simplemente preciosa. En realidad, al principio no pensaba que fuera a desarrollarse de esa manera. La sutileza de la autora al describir sus sentimientos, los pequeños detalles que nos iba contando Lou (lo suave que era su cara al afeitarle, las manos cálidas que tenía que lavar, la intensidad de su mirada) eran tan leves, apenas pinceladas sobre las páginas, que sin querer los interiorizaba, de tal forma que apenas te percatabas de que estaba surgiendo una chispa entre ambos a la vez que, en el fondo, estabas seguro de ello. No sé si me explico.
La pluma de Jojo Moyes y los personajes bien construidos y profundos consiguen que te encariñes con ellos, que comprendas sus dilemas morales (que hay bastantes), sus respectivas situaciones y sus comportamientos. Es un libro dramático y con el que sufres, no os voy a mentir, y cuando se desvela cierto dato, estamos con el corazón en un puño, viviendo las mismas inquietudes que Lou y temiendo cómo se va a resolver la situación. Yo antes de ti es una historia de amor, sí, pero también de superación personal, de cambio, un canto a la vida y a la esperanza a pesar de lo que ocurre.
Del resto de personajes, no hay mucho que decir. Me gustaría destacar a la hermana de Lou, Treena, un gran apoyo para ella pero que me resultó bastante egoísta en ciertos momentos. Por ejemplo, Lou quiere dejar el trabajo como cuidadora debido al desprecio que sufría por parte de Will durante los primeros días, mas ella la anima a seguir porque quiere retomar sus estudios en la universidad (tuvo que dejarlos al quedarse embarazada) y solo el dinero de Lou podía mantenerlos a flote. En fin, hubo instantes en que quise matarla y otros en los que me caía más o menos bien.
Considero que es una novela indispensable que te va a conmover. Especialmente si te gustan las historias románticas y con bastante drama, sin duda debe estar en tu estantería. Es una lectura muy fácil de disfrutar, con un argumento sencillo pero emotivo, unos personajes inolvidables y cargada de frases hermosas. Y lágrimas, muchas lágrimas.
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