Los reyes de la casa de Delphine De Vigan
Mostrarse por fuera, por dentro, por todas partes. Vivir para ser vistos, o vivir vicariamente.
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Los reyes de la casa de Delphine De Vigan
Mostrarse por fuera, por dentro, por todas partes. Vivir para ser vistos, o vivir vicariamente.
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Nada se opone a la noche de Delphine De Vigan
Durante su última estancia en Sainte-Anne, en medio de sus sueños destrozados y los vestigios del delirio que había terminado cediendo, Lucile comunicó a la doctora G. su agotamiento. No quería volver al silencio, al vacío de un cuerpo amputado de sensaciones, volver a ver en el espejo su rostro sin emoción ni edad. Ya era hora de poner fin al ciclo, a la repetición. Si pudiese elegir, preferiría morir.
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Las gratitudes de Delphine De Vigan
A veces conviene aceptar el vacío que deja la pérdida. Renunciar a la distracción. Aceptar que ya no hay nada que decir.
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Nada se opone a la noche de Delphine De Vigan
George dominaba la gramática francesa la perfección y no ignoraban ninguna palabra del argot. A veces era asediado por vahos de amargura en el transcurso de una conversación o de una película mala, y pronto acabaría formándose en su garganta una bola de cólera que no dejaría de crecer.
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Nada se opone a la noche de Delphine De Vigan
La escritura es impotente. Como mucho permite plantear preguntas e interrogar a la memoria.
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Las lealtades de Delphine De Vigan
Hacerse adulta tan solo sirve para eso: reparar las pérdidas y los daños del comienzo. Y mantener las promesas del niño que hemos sido.
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Las lealtades de Delphine De Vigan
Es extraña, por otra parte, esa sensación de apaciguamiento cuando acaba emergiendo aquello nos negamos a ver pero que nos constaba que estaba ahí, enterrado no muy lejos, esa sensación de alivio cuando se confirma lo peor.
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Nada se opone a la noche de Delphine De Vigan
son muchas las versiones de una misma historia y narrar implica elegir una de esas versiones y una manera de contarla. Y esta elección a veces es dolorosa, porque en el viaje de la cronista al pasado de su familia irán aflorando los secretos más oscuros.
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Nada se opone a la noche de Delphine De Vigan
busqué, rebusqué, rasqué, desenterré, exhumé. Pasé horas leyendo y releyendo, viendo películas, fotos, volví a hacer las mismas preguntas, y otras nuevas. Y después, como decenas de autores antes que yo, intenté escribir sobre mi madre. |
Nada se opone a la noche de Delphine De Vigan
La escritura es impotente. Como mucho permite plantear preguntas e interrogar a la memoria.
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Días sin hambre de Delphine De Vigan
Por primera vez alguien gritaba para que se volviera, alguien la llamaba, sabía ponerle un nombre a aquel sufrimiento, el sufrimiento de su cuerpo. Por primera vez alguien acudía a buscarla allí donde los demás no podían, no se veían ya capaces.
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Las gratitudes de Delphine De Vigan
¿Os habéis preguntado alguna vez cuántas veces al día dais las gracias? Gracias por la sal, por la puerta, por la información. Gracias por el cambio, por el pan, por el paquete de tabaco. Un gracias de cortesía, de conveniencia, automáticas, mecánicas. Casi huecas. A veces, tácitas. A veces demasiado enfáticas: Gracias a ti. Gracias por todo. Infinitas gracias. Gracias de verdad. Unas gracias profesionales: Gracias por su respuesta, por su atención, por su colaboración. ¿Os habéis preguntado alguna vez cuántas veces en la vida habéis dado realmente las gracias? Unas gracias sinceras. La expresión de vuestras gratitud, de vuestro agradecimiento, de vuestra deuda. |
Las lealtades de Delphine De Vigan
La gente no concibe que una mujer dedicada al hogar pueda tener una vida, centros de interés, y menos aún algo que decir. No conciben que pueda pronunciar varias frases juiciosas sobre el mundo que nos rodea, ni ser capaz de formular una opinión. Como si la mujer dedicada al hogar estuviera condenada por definición a arresto domiciliario y su cerebro, tras haberse visto privado durante largo tiempo de oxígeno, funcionase a cámara lenta.
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Las lealtades de Delphine De Vigan
Son las leyes de la infancia que dormitan en el interior de nuestros cuerpos, los valores en cuyo nombre actuamos con rectitud, los fundamentos que nos permiten resistir, los principios ilegibles que nos corroen y nos aprisionan. Nuestras alas y nuestros yugos.
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Días sin hambre de Delphine De Vigan
...dejó de comer para controlar en sí misma ese exceso de alma, vació su cuerpo del ansia indecente que la devoraba, que había que acallar.
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Días sin hambre de Delphine De Vigan
Hay que luchar consigo mismo para entender algún día que se está luchando por uno mismo
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Nada se opone a la noche de Delphine De Vigan
La anorexia restrictiva es una adicción que hace creer en el control cuando en realidad conduce al cuerpo a su destrucción.
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Nada se opone a la noche de Delphine De Vigan
No me gusta el gentío, el número, las grandes comilonas, huyo de las mundanidades, soy más sociable en los encuentros cara a cara, en pequeños grupos, o bien durante un paseo, en el movimiento de la marcha.
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Nada se opone a la noche de Delphine De Vigan
Pensé que ser adulta no inmunizaba de la pena hacia la que avanzaba, que no era más fácil que antes, cuando éramos niñas, que ya podíamos haber crecido y haber hecho nuestro camino y construído nuestra vida y nuestra propia familia, no había nada que hacer, veníamos de ahí de esa mujer, su dolor no nos será nunca extraño.
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Nada se opone a la noche de Delphine De Vigan
Nunca volvimos a mencionar ese episodio. El tiempo nos había enseñado eso, a la una y a la otra: a podernos echar la bronca y pasar página
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Gregorio Samsa es un ...