La pequeña Dorrit de Charles Dickens
"—Espero no haberme portado mal. Nunca le habría sido útil a nadie si no hubiera fingido un poco.
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La pequeña Dorrit de Charles Dickens
"—Espero no haberme portado mal. Nunca le habría sido útil a nadie si no hubiera fingido un poco.
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La pequeña Dorrit de Charles Dickens
Así transcurrió la fiesta de la pequeña Dorrit. El oprobio, el abandono, la maldad y los peligros de la gran capital; el frío, la humedad, las horas lentas y las nubes rápidas de la noche desolada. Así transcurrió la fiesta, y a su término la joven volvió a casa, fatigada, con la primera neblina gris de una mañana lluviosa.
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La pequeña Dorrit de Charles Dickens
La jactancia y cierto aire de legítima superioridad consiguen tantas cosas que el señor Flintwinch ya había empezado a considerar todo un caballero a aquel personaje.
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La pequeña Dorrit de Charles Dickens
Y pensó (quién no ha pensado alguna vez por un instante) que quizá sería mejor fluir monótonamente como el río y compensar la insensibilidad a la felicidad con la insensibilidad al dolor.
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La pequeña Dorrit de Charles Dickens
Entre tanto las flores, pálidas e irreales bajo la luz de la luna, se alejaban río abajo, del mismo modo que otras cosas más importantes que hemos llevado en nuestro pecho, que han estado cerca de nuestro corazón, se alejan de nosotros rumbo al mar de la eternidad.
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La pequeña Dorrit de Charles Dickens
miró las nueve ventanas, una tras otra, y pareció ver nueve paisajes desolados. [...] después subió de nuevo y observó atentamente todas las alfombras del primer piso; como si fueran profundidades tan sombrías como su alma oprimida.
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La pequeña Dorrit de Charles Dickens
—No. No. No. —Volvió a mover la cabeza al repetir lentamente cada negación, con un gesto de muda tristeza del que él se acordaría mucho después. Llegaría el momento en que recordara el gesto, al cabo de mucho tiempo, en esa misma cárcel, en esa misma habitación.
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La pequeña Dorrit de Charles Dickens
Si tienes que encerrar, encierra; pero recuerda que eres, en palabras del africano encadenado, un hombre y un hermano.
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La pequeña Dorrit de Charles Dickens
Descendieron a una vida sencilla, útil y feliz. [...] Descendieron silenciosamente al bullicio de las calles, inseparables, dichosos, y, mientras avanzaban bajo el sol y en la sombra, los ruidosos y los impetuosos, los arrogantes y los impenitentes y los vanidosos se exaltaban, acalorados, armando el alboroto de siempre.
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David Copperfield de Charles Dickens
...y si el mundo era tan redondo como afirmaba mi libro de geografía, ¿cómo podía ser tan llana una de sus partes? Aunque quizá Yarmouth estuviera situado en uno de sus polos, y eso lo explicaría todo.
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Cuento de Navidad de Charles Dickens
Si él muere, hará bien, porque así disminuirá el exceso de población. Scrooge bajó la cabeza al oír sus propias palabras, repetidas por el Espiritu, y se sintió abrumado por el arrepentimiento y el pesar.
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Oliver Twist de Charles Dickens
El sabio principio del socorro exterior es dar a los pobres precisamente aquello que no necesitan, para que, así, se cansen de venir.
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Oliver Twist de Charles Dickens
Estoy muy hambriento y cansado... He recorrido un largo camino. He estado caminando estos siete días
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Historia de dos ciudades de Charles Dickens
¿Cuánto se necesita para formar una tormenta? [...] —Di al viento y a las llamas dónde parar, pero no a mí.
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Una història de dues ciutats de Charles Dickens
Era el millor dels temps, i era el pitjor; era l’edat de la saviesa i la de la ximpleria; era l’època de la fe i l’època de la incredulitat; l’estació de la Llum i la de les Tenebres; era la primavera de l’esperança i l’hivern de la desesperació; tot se’ns oferia com a nostre i no teníem absolutament res; anàvem tots directament al Cel, tots ens precipitàvem cap a la direcció contrària
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Historia de dos ciudades de Charles Dickens
Forjad otra vez la humanidad con semejantes martillos, y se torcerá bajo vuestros golpes y creará los mismos monstruos; sembrad nuevamente el privilegio rapaz y la opresión tiránica, y podéis estar seguros de que recogeréis los mismos frutos
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Historia de dos ciudades de Charles Dickens
En vano trató de luchar, porque el amor, mucho más poderoso que el odio, centuplicaba la fuerza de la señorita Pross
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Historia de dos ciudades de Charles Dickens
¿Cómo habría de ablandarse si para ella misma no tenía compasión?
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Historia de dos ciudades de Charles Dickens
También la hija tiene cabellos rubios y ojos azules —dijo Jacques saboreando sus palabras—. Por otra parte, las niñas son una rareza. ¡Son tan graciosas esas cabecitas!
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Historia de dos ciudades de Charles Dickens
No tengo mucho miedo, ciudadano Evrémonde, ni me niego a morir si la República, que debe hacer tanto bien a los pobres, ha de sacar provecho de mi muerte; pero no veo en qué puedo serle útil…
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Su trama cuenta la historia de un hombre avaro y egoísta llamado: