Historia de dos ciudades de Charles Dickens
Di pues al viento y a las llamas dónde parar, pero no me lo digas a mí
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Historia de dos ciudades de Charles Dickens
Di pues al viento y a las llamas dónde parar, pero no me lo digas a mí
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Historia de dos ciudades de Charles Dickens
Ahora sabemos la lucha que habéis sostenido, conocemos lo que debisteis de sufrir cuando descubristeis el nombre de mi familia, y comprendemos la antipatía instintiva que sentíais en un principio y que vencisteis. Os damos las gracias de todo corazón y os amamos como nunca. ¡Dios os guarde y proteja!
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Historia de dos ciudades de Charles Dickens
—No estaremos mucho tiempo separados —dijo Lucie—; sé que mi corazón morirá y que pronto me reuniré contigo; pero cumpliré con mi deber hasta el fin y, cuando haya de separarme de nuestra hija, Dios le dará amigos, como me los ha dado a m
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Historia de dos ciudades de Charles Dickens
—Doctor —me dijo, con los ojos bañados en lágrimas—, por amor a este niño me esfuerzo en reparar en cuanto es posible el mal que hacen ellos. ¡Qué carga será para él semejante herencia!
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Historia de dos ciudades de Charles Dickens
Éramos tan pobres que mi padre nos decía que era culpable traer al mundo un hijo, y pedíamos a Dios que extinguiese nuestra raza con la esterilidad de las mujeres
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Historia de dos ciudades de Charles Dickens
Cuanto más me acerco al fin, más próximo estoy al principio. Ésta es una de las cosas que a mi edad hacen más fácil y suave el camino; mi corazón se conmueve con una multitud de recuerdos que en otro tiempo dormían; evoco en mi memoria el hermoso rostro de mi madre, que tan vieja sería ahora, la veo en su juventud y, con los pensamientos que despierta, me encuentro en los días en que las realidades de lo que llaman mundo no existían para mí y mis defectos eran solo germinales.
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Historia de dos ciudades de Charles Dickens
Soy súbdita de su majestad el rey de Inglaterra Jorge III, y como tal pido al Señor que confunda su política infernal y frustre sus proyectos satánicos.
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Historia de dos ciudades de Charles Dickens
No se necesita intérprete para saber lo que significan esos monstruos colorados, porque no tienen más que un sentido, asesinato y desgracia
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Historia de dos ciudades de Charles Dickens
Ningún combate podía ofrecer un espectáculo tan desgarrador como esta diversión degenerada que pasaba de la inocencia a la embriaguez demoníaca, como este pasatiempo saludable convertido en un medio de excitar la sangre, de extraviar el alma y de endurecer el corazón. La gracia que no dejaba de tener lo hacía más feo aún, y demostraba hasta qué punto habían podido rebajarse y pervertirse las cosas más puras.
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Historia de dos ciudades de Charles Dickens
Nadie era más conocido en París, ni nadie se había creado una posición más extraña. Humano y silencioso, indispensable en la cárcel como en el hospital, y haciendo uso de su ciencia en beneficio de los asesinos lo mismo que de las víctimas, era un hombre extraordinario. Su título de antiguo preso de la Bastilla hacía de él un ser excepcional que podía ir a todas partes; nadie le preguntaba
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Historia de dos ciudades de Charles Dickens
(La guillotina) había llegado a ser el signo de la redención humana y reemplazaba al crucifijo; pequeños modelos de este instrumento liberador adornaban los pechos, de donde había desaparecido la cruz, y se le rendían los homenajes que se negaban a Jesucristo
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Historia de dos ciudades de Charles Dickens
Mil cien presos indefensos de los dos sexos y de todas las edades habían sido asesinados por el populacho; de que cuatro días y cuatro noches habían sido oscurecidos por estas horribles hazañas; y de que el aire que respiraba estaba contaminado por la matanza
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Historia de dos ciudades de Charles Dickens
Después de su marcha, sus robustos criados se absolvieron del crimen de haber recibido su salario y se declararon dispuestos a cortarle el cuello en el altar de la naciente República Una e Indivisible de la Libertad, la Igualdad, la Fraternidad, o la Muerte
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Historia de dos ciudades de Charles Dickens
Las dificultades habían crecido a cada paso, y lo crítico de la situación cobraba por momentos gigantescas propociones. A buen seguro que no hubiera partido de Londres de haber sabido lo que le esperaba en Francia
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Historia de dos ciudades de Charles Dickens
Un hombre bien vestido conducido a la cárcel era algo tan común en aquella época como un jornalero vestido de diario yendo a su trabajo
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Historia de dos ciudades de Charles Dickens
¿Y me habláis de prudencia? ¿Siendo francés quisierais ir a Francia! Esto es el colmo de la locura
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Historia de dos ciudades de Charles Dickens
¡Terrible prueba es pasar una noche al borde de un abismo sin más consuelo que el de arrojarse al fondo!
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Historia de dos ciudades de Charles Dickens
Padres y madres que habían tomado parte activa en los asesinatos jugaban con sus niños y los cubrían de besos, y en aquella situación terrible, ante semejante porvenir, los enamorados se amaban esperanzados
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Historia de dos ciudades de Charles Dickens
¿Lo oyes, hijo mío, pobre hijo mío que moriste de hambre? ¿Lo oís, padre mío, que agonizasteis tanto tiempo y a quien os juré, de rodillas sobre las frías losas, que os vengaría? Maridos, hermanos, dadnos la sangre de Foulon
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Historia de dos ciudades de Charles Dickens
Sé que es difícil para mí, que llevo este harapo, retener la vida en mis venas; pero ¿sabéis qué poco me costaría extinguirla en las vuestras?
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Su trama cuenta la historia de un hombre avaro y egoísta llamado: