Tiempos difíciles de Charles Dickens
El bosque flotaba ante ella, pues tenía los ojos bañados en lágrimas. Manaban de una profunda azanca, largo tiempo oculta, y el corazón le rebosaba de una pena aguda que no encontraba alivio en ellas.
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Tiempos difíciles de Charles Dickens
El bosque flotaba ante ella, pues tenía los ojos bañados en lágrimas. Manaban de una profunda azanca, largo tiempo oculta, y el corazón le rebosaba de una pena aguda que no encontraba alivio en ellas.
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Grandes Esperanzas de Charles Dickens
El sufrimiento me ha roto y me ha doblegado, pero espero que me haya hecho mejor.
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Grandes Esperanzas de Charles Dickens
Y ahora, si me dices que podrás ir por el mundo de mi brazo, harás que ese mundo sea mejor conmigo y que yo sea mejor con él, y lucharé firme para convertirlo en lo que tú mereces.
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Grandes Esperanzas de Charles Dickens
La muerte que tenía tan cerca era terrible, pero mucho más terrible que la muerte era el temor de dejar un mal recuerdo de mí.
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Grandes Esperanzas de Charles Dickens
Sabía que había obrado muy mal al adoptar a una criatura impresionable y moldearla para vengar a través de ella su fino resentimiento, su amor burlado y su orgullo herido; pero sabía también que al excluir la luz del día había excluido muchas otras cosas; que al encerrarse en su reclusión se había aislado de mil influencias naturales y saludables; que, en sus solitarias cavilaciones, su pensamiento se había extraviado, como no pueden por menos de extraviarlo quienes tratan de invertir el orden establecido por su Creador.
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Grandes Esperanzas de Charles Dickens
No tienes más remedio que seguir siendo parte de mí mismo, parte del poco bien o del mal que exista en mí.
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Grandes Esperanzas de Charles Dickens
Ante ustedes tienen, sentados el uno junto al otro, a dos hombres completamente distintos. Uno de ellos, el más joven, bien educado y que como tal se muestra; el otro, el de más edad, inculto y grosero y que también se muestra como tal; el de más edad carece de educación y de instrucción.
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Grandes Esperanzas de Charles Dickens
Yo he venido a mi tierra para ver a mi caballero gastar como tal el dinero.
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Grandes Esperanzas de Charles Dickens
Debería usted saberlo, no soy más de lo que usted ha hecho de mí. De usted es todo el mérito, o toda la culpa; de usted todo el éxito o todo el fracaso. Tómeme usted tal como me ha hecho.
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Grandes Esperanzas de Charles Dickens
Nunca tuve una hora de felicidad en su compañía, y no obstante me pasaba las veinticuatro horas del día sin pensar en otra cosa que en la felicidad de tenerla conmigo hasta la muerte.
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Grandes Esperanzas de Charles Dickens
¡Oh, cuán innumerables fueron los días y las noches en que mi inquieto espíritu la visitó mientras ella vivía en ella! Donde fuera que estuviera mi cuerpo, mi alma no dejaba nunca de errar alrededor de aquella casa.
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Grandes Esperanzas de Charles Dickens
Mis hábitos derrochadores arrastraban a su débil natural a gastos que no podía sufragar, corrompían la sencillez de su vida y perturban la paz de su espíritu con ansiedades y pesares.
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Grandes Esperanzas de Charles Dickens
Cuando me despertaba por la noche pensaba a menudo, con cansancio de espíritu, que habría sido mejor y más feliz de no haber visto nunca el rostro se la señorita Havisham, y de haber crecido contento de poder ser el socio de Joe.
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Grandes Esperanzas de Charles Dickens
Me quedé mirando la casa, pensando en lo feliz que sería viviendo allí con ella, y comprendiendo al mismo tiempo que nunca sería feliz con ella, sino siempre desgraciado.
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Grandes Esperanzas de Charles Dickens
Pero estaba tan cambiada, había ganado tanto en hermosura, se había hecho tan mujer en todas aquellas cosas que despiertan admiración, había realizado tan maravillosos progresos, que parecía que yo no hubiera hecho ninguno. Me imaginé, al mirarla, que volvía a ser el muchacho rudo y ordinario de antes.
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Grandes Esperanzas de Charles Dickens
Me reservaba la misión de restaurar la desolada mansión, de abrir al sol sus oscuros aposentos, de poner en marcha los relojes de hacer que brillaran las llamas en las frías chimenea, quitar las telarañas, destruir los bichos ... en una palabra, realizar las brillantes hazañas de un joven caballero de leyenda y casarme con la princesa.
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Grandes Esperanzas de Charles Dickens
No es porque yo sea orgulloso, sino porque quiero ser yo mismo, por lo que tú no me verás más con este atavío.
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Grandes Esperanzas de Charles Dickens
Cada vez que cedía el afecto me llamaba Pip, y cada vez que recaía en la urbanidad me llamaba señor.
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Su trama cuenta la historia de un hombre avaro y egoísta llamado: