La pasión de Mademoiselle S. de Anónimo
Aquí estoy, pues, sola. Pienso en ti, amado mío, que estás tan lejos. Y se me encoge el corazón de pensar en todas las horas que voy a vivir sin ti. Tengo un poco de pena, ¿sabes?, y esta separación, tan próxima a la primera, me pesa en el corazón, tan lleno de ti. ¡Cómo te amo, querido amor mío! No puedo quitarme de la mente tu imagen querida, y sin cesar tu nombre acude a mis labios. Me has tomado entera con tus caricias y tus besos, y ahora ya soy tuya, sólo tuya, ¿lo sabes? Te has llevado contigo todo mi corazón. ¿Por qué no te has llevado también mi cuerpo? ¿Por qué de nuevo he de verme privada de este amor que es mi alegría? |