Cantar de mio Cid de Anónimo
Morirás en treinta días, desde hoy que esto te hablo. Dios te quiere mucho, Cid, y esta merced te ha otorgado; y es que después de tú muerto venzas a Búcar en campo. |
Cantar de mio Cid de Anónimo
Morirás en treinta días, desde hoy que esto te hablo. Dios te quiere mucho, Cid, y esta merced te ha otorgado; y es que después de tú muerto venzas a Búcar en campo. |
Cantar de mio Cid de Anónimo
¿Por qué lloráis, mis doncellas? ¿Por qué hacéis tan grande llanto? No lloréis así, señoras, que no es para llorarlo: que si un hijo me han muerto aquí me quedaban cuatro; no murió por las tabernas, ni a las tablas jugando; mas murió sobre Zamora vuestra honra guardando; murió como caballero, con sus armas peleando |
Cantar de mio Cid de Anónimo
Caballero eres, mi hijo, hidalgo y de noble casta, criado en buenos respetos desde los pechos del ama; hágate Dios tal que seas como yo deseo que salgas, en los trabajos sufrido, esforzado en las batallas, espanto de tus contrarios, venturoso con la espada, de tus amigos y gentes muro, esfuerzo y esperanza; no te agrades de traidores ni les mires a la cara; de quien ti se fiare no le engañes, que te engañas; perdona al vencido triste que no puede tomar lanza, no des lugar que tu brazo rompa las medrosas armas; mas en tanto que durare en tu contrario la saña, no dudes el golpe fiero ni perdones la estocada. |
Cantar de mio Cid de Anónimo
Yo os reto, los zamoranos, por traidores fementidos, reto a todos los muertos, y con ellos a los vivos; reto hombres y mujeres, los por nacer y nacidos; reto a todos los grandes, a los grandes y a los chicos, a las carnes y pescados y a las aguas de los ríos |
Cantar de mio Cid de Anónimo
¡Rey don Sancho, señor mío, muy aciago fue aquel día que tú cercaste a Zamora contra la voluntad mía! Quien te lo aconsejó, Rey, a Dios ni al mundo temía, pues te hizo quebrantar la ley de caballería |
Cantar de mio Cid de Anónimo
Apartados del real, el buen Rey se había apartado con voluntad de facer lo que a nadie es excusado: el venablo que llevaba a a Bellido se lo ha dado, el cual desque así lo vido de espaldas y descuidado, levantóse en los estribos, con fuerza se lo ha tirado; diérale por las espaldas y a los pechos ha pasado |
Cantar de mio Cid de Anónimo
Afuera, afuera, Rodrigo, el soberbio castellano, acordársete debría de aquel buen tiempo pasado cuando fuiste caballero en el altar de Santiago. Cuando el Rey fue tu padrino, tú, Rodrigo, el afijado; mi padre te dio las armas, mi madre te dio el caballo, yo te calcé las espuelas por que fueras más honrado; pensé de casar contigo, no lo quiso mi pecado |
Cantar de mio Cid de Anónimo
A pesar de los franceses los puertos de Aspa pasó; siete dias con sus noches en campo los aguardó. Y viendo que no venían a Castilla se volvió. Matara al conde de Niebla y el condado le quitó, y a su hermano don Alfonso en las cárceles echó. |
Cantar de mio Cid de Anónimo
¿Qué ley de Dios vos enseña que podáis por tiempo tanto, cuando afincáia en las lides descasar a los casados? |
Cantar de mio Cid de Anónimo
En la iglesia de San Pedro don Rodrigo había enterado do vido las siete sillas de siete reyes cristianos, y vio la del Rey de Francia junto a la del Padre Santo, y a la del Rey su señor un estado más abajo. Fuese a la del Rey de Francia, con el pie la ha derribado; la silla era de marfil, hecho la ha cuatro pedazos y tomó la de su Rey y subióla en lo más alto |
Cantar de mio Cid de Anónimo
Estando en estas razones traído le fue un caballo; blanco era y muy hermoso. Santiago le ha cabalgado guarnido de todas armas, limpias, blancas, relumbrando; y a guisa de caballero a ayudar va al rey Fernando, que yace sobre Coímbra había ya siete años |
Cantar de mio Cid de Anónimo
Nadie muestre cobardía pues que todos sois hidalgos de los buenos de Castilla, muramos como valientes aquí es bien perder la vida |
Cantar de mio Cid de Anónimo
Sobre Calahorra, esa villa, contienda se ha levantado, entre el buen rey de León, llamado el primer Fernando, y Ramiro de Aragón... Fernando nombró a Rodrigo de Vivar, el muy nombrado; Ramiro a Martín González, muy valiente y esforzado. |
Cantar de mio Cid de Anónimo
Las enemistades viejas con amor las olvidaron, que donde preside amor se olvidan muchos agravios. |
Cantar de mio Cid de Anónimo
Ternéme por bien casada, honrada me contaría, que soy cierta que su hacienda ha de ir en mejoría, y él mayor en el estado que en la vuestra tierra había, Haréisme así gran merced, hacer a vos bien vernía, porqu'es servicio de Dios y yo le perdonaría la muerte que dio a mi padre, si él aquesto concedía. |
Cantar de mio Cid de Anónimo
Reyes moros en Castilla entran con gran alarido; de moros son cinco reyes, l o demas mucho gentio. Pasaron por junto a Burgos, a Montes d'Oca han corrido, y corriendo a Belforado, también a Santo Domingo, a Nájera y a Logroño, todo lo habían destruido. Llevan presa de ganados, muchos cristianos cautivos, hombres muchos y mujeres y también niñas y niños. |
Cantar de mio Cid de Anónimo
Llorando Diego Lainez yace sentado a la mesa, vertiendo lágrimas tristes y tratando de su afrenta; y trasportándose el viejo, la mente siempre inquïeta de temores muy honrados, va levantando quimeras, cuando Rodrigo venía con la cortada cabeza del Conde, vertiendo sangre, y asida por la melena. |
Cantar de mio Cid de Anónimo
Pensativo estaba el Cid, viéndose de pocos años, para vengar a su padre matando al conde Lozano. Miraba el bando temido del poderoso contrario, que tenía en las montañas mil amigos asturianos; miraba cómo en las Cortes del rey de León Fernando era su voto el primero, en guerras mejor su brazo. |
La Dama Que Amaba Los Insectos: y otros relatos breves del antiguo Japón de Anónimo
Cuando el aroma de los naranjos en flor, que habían esperado hasta el quinto mes para hacer acto de presencia, llenos cual estaban de reminiscencias del pasado, fue llevado por el viento, tan atractivo como la brisa vespertina otoñal, los pensamientos se tornaron emotivos y lánguidos.
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La epopeya de Gilgamesh de Anónimo
Las lágrimas corren por la cara de Gilgamesh (al tiempo que dice): -"(Voy a recorrer) un camino por el que nunca he andado. |
¿Cómo se llama la protagonista del libro?