Pequeñas desgracias sin importancia

Me cuesta mucho hacer una reseña de este libro, de esta novela que trata una historia nada fácil de contar....
Diré que es una historia sobre una familia, una familia "trastornada", y que toda gira en torno a una mujer que quiere y tiene decidido suicidarse.
En las primeras paginas conoceremos a las hermanas von Riesen, dos adolescentes en una comunidad menonita, la mayor Elf, y la que será la narradora, Yoli, una hermana pequeña que adora todo lo que hace su hermana mayor.
Tras 30 años, Elf es pianista de renombre mundial con su pareja y con una vida aparentemente perfecta, pero que de repente aparece atada a una cama de hospital en psiquiatría, con un historial largo de suicidios, ¿por qué?
Y esa es la pregunta que se hace una y otra vez su hermana, que se esfuerza por entenderla. Es esa persona que no quiere mejorar, que finge cooperar, deja de tomar sus medicinas, y finalmente vuelve a intentarlo...
Una novela que sabes como va a terminar, pero que aun así quieres leer y saber cómo termina la historia. Una novela que sientes el dolor y el sufrimiento tanto del enfermo como de los familiares. Esa desesperación por querer transmitir las ganas de vivir y que la otra persona lo único que te pide es que la ayudes a morir.
Y creo que lo mejor es saber que parte de esta historia pertenecen a la vida de la autora, una historia entre la comedia y la desgracia, que merece mucho la pena leer.
Y es que a veces la única manera de encontrar la paz, de encontrar esa felicidad es rindiéndose, y la sociedad no es capaz de entender ese pensamiento.

Una historia tremenda sobre enfermedades mentales, el suicidio y una relación entre hermanas llena de amor pero también de tensión y complejidad :
"Ella quería morir y yo quería que viviera y éramos enemigas que se querían".

Las hermanas von Riesen ,Elf y Yoli son muy diferentes. Elf lo tiene todo, es una pianista de renombre ,glamurosa, con muchos admiradores y una pareja que la adora.

Yoli es un desastre y mantiene una lucha constante para solventar las "pequeñas desgracias sin importancia"que forman parte del caos su vida.

Y sin embargo es Elf la que no es feliz , le duele vivir y ha intentado varias veces terminar con ese sufrimiento. Y es Yoli la que luchará para que viva y nos trasmitirá su desconcierto por los deseos de Elf porque no entiende tanto dolor, se esforzará para darle los motivos suficientes para que desee vivir ,nos mostrará su culpa por no conseguirlo y su lucha interna ante las peticiones de Elf de que sea ella la que le ayude a terminar con su vida porque no quiere morir sola.

Una historia muy triste y muy dura en la que hay mucha ternura y mucho amor fraternal. Una historia contada de una manera elegante sin sentimentalismos ,sin buscar el por qué y con un humor agudo,irónico e inteligente que me ha hecho sonreír a pesar del dolor.

Este libro es perfecto para un club de lectura porque hay muchos temas interesantes sobre los que debatir más allá de la complejidad de las enfermedades mentales y de la difícil gestión por parte de los familiares de los enfermos. A mi me ha hecho pensar si sería capaz de ayudar a un ser querido a morir para evitarle más dolor o si es más lícito hacerlo cuando el dolor es físico y hay una enfermedad terminal que cuando el dolor es producto de una enfermedad mental, también me ha hecho pensar como creemos que tener todo en la vida equivale a felicidad o si la tendencia al suicidio y los problemas mentales están en nuestros genes...

Como veis no es un libro fácil porque duele pero me ha parecido maravilloso y tremendamente necesario.





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Las pequeñas desgracias sin importancia nos hacen seguir, aunque duelan. En este libro, el vacío que deja la ausencia es el que duele.

Dudo que este libro sea para todos los gustos, aunque me parece una obra que acercar a cualquier sobreviviente de un suicidio. Towes planteó el texto como un homenaje a su hermana, que se suicidó, y vaya si lo consigue. Ahora bien, la lectura es árida en muchas ocasiones, porque la ausencia de emociones que provoca una depresión grave y la indiferencia por la vida que aparecen en el texto son muy palpables. Creo que posiblemente esto es lo más conseguido: no la situación en la que encuentra la narradora, Yoli, sino la exactitud con la que se hace llegar al lector el estado en el que se encuentra Effie.

Afortunadamente, se habla más de salud mental, aunque quedan muchos pasos por dar. La conducta suicida es de origen multicasual y, modificarla, muy difícil. Por no hablar de las dolorosas consecuencias en los sobrevivientes. En estas páginas se comprende el consuelo que busca Effie a la vez que se toma conciencia del dolor que deja en sus seres queridos. Conseguir encajar estas dos realidades es desgarrador y necesario.

Si algo espero de un libro es que me sorprenda. Si consigue desarmarme de alguna manera, agitando mis piezas y descolocándolas, ese libro ya me ha ganado. Así que antes de contaros de qué va esta novela, os anticipo que lo ha conseguido.

Elf y Yoli son dos hermanas que se adoran y que tienen vidas diferentes: la primera es una pianista de éxito internacional, con una relación de pareja sana... lo que parece una vida perfecta... pero quiere morir; la segunda tiene una situación más inestable personal y laboralmente, pero quiere vivir y lograr que su hermana también lo anhele.

Miriam Toews escribe en esta novela la historia real de su hermana. Pero no solo es la de ellas, las hermanas: es la de su familia, que ya ha sufrido el suicidio en su núcleo y ahora se enfrenta al deseo de morir de Elf.

Hay momentos dramáticos, sí, por supuesto. Pero por encima de todo en estas páginas hay amor del incondicional, del que se recarga continuamente. Y ternura y supervivencia. Y fuerza y unión. Y libertad. Y humor (tiene un gran mérito tratar un tema así con humor, ese líquido que empapa el drama y lo ablanda, lo lubrica y lo hace más digerible). Este libro es una novela redonda, emocionante y vitalista que me ha arañado, curado y abrazado.

También me ha hecho reflexionar mucho sobre qué puede sentir alguien para querer morir. ¿Qué hay en su interior?¿Y qué hacer?¿Qué es mejor: tratar de arreglar una pared que está a punto de caerse o ayudarla a derrumbarse? Cada cual tendrá su opinión. Lo que sí os aseguro es que en cada hoja de este libro hay unos personajes maravillosos (inolvidable Lottie, la madre de Elf y Yoli) y que cuando terminas la última página, de algún sitio llega luz y un soplo de aire fresco que hace volar nuestra cometa ("Échale hilo a la cometa", ¿verdad, Lottie?) y solo queda responder a esa brisa abriendo mucho los brazos para sentir la libertad y cerrándolos para abrazar este libro.
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Estaba deseando leer a esta escritora y siento que no he empezado por el libro adecuado. El planteamiento de la novela, basado en la vida de la escritora, es sumamente interesante, y aborda temas y dilemas que a priori iban a hacer de esta lectura un proceso altamente gratificante. Pero me he encontrado con un estilo que no me ha acabado de convencer; la escritora aporta un toque de humor al drama que desarrolla de un modo tal que me saca de la historia, con un lenguaje por momentos desenfadado y algunos contrapuntos a mi modo de ver exagerados y algo absurdos. Asimismo, a lo largo de la historia se cuelan personajes y situaciones que no aportan nada a lo que yo entiendo que se quiere narrar, haciendo de la lectura un proceso nada fluido,
La estructura de la historia también me ha dejado fuera de juego, con una dedicación excesiva a ciertos momentos o detalles y una inatención incomprensible a otros. El climax que parece que debiera tener la historia se encuentra a varios capítulos del final; lo que se narra después no llega a tener, para mí, entidad suficiente para justificar esas páginas.
Siento que he perdido una oportunidad de profundizar y reflexionar sobre cuestiones muy relevantes por no haber conectado con la voz narrativa ni con el ritmo de la narración. Y sigo sin encontrar el punto en el que puede ser deseable y recomendable abandonar un libro: al principio me resulta demasiado pronto (de hecho el principio me interesó sumamente); una vez atravesado el ecuador me parece demasiado tarde…
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Un libro verdaderamente triste… La relación de dos hermanas dispares y complejas de una familia menonita de Canadá. En él, los sentimientos se desbordan en un sinfín de pequeñas desgracias magníficamente relatadas.
El deseo de terminar frente al amor desbordado de su hermana nos muestra lo complejo de una mente que sólo desea acabar. No hay egoísmo ni rendición en la hermana que nos cuenta la historia, solo una vida

A veces, el amor entre hermanos es tan fuerte que se crean lazos que son casi imposibles de romper.
Miriam Toews nos presenta a Elf, una célebre concertista de piano con gran éxito y que de vistas para afuera, tiene una vida bastante completa. Es guapa, tiene éxito y con un marido que realmente la ama… pero no todo es fachada, realmente está luchando contra en una profunda depresión suicida a lo largo de su edad adulta, con un único fin en su cabeza, acabar para lo que ella es una vida de sufrimiento.
Por otra parte, la autora nos presenta a Yoli, su hermana menor, con una vida menos exitosa, con dos hijos adolescentes de padres diferentes, una vida más caótica en cuanto al estándar impuesto por la sociedad, y prácticamente dedicará su vida adulta a mantener a su hermana con vida y esquivar las repetitivas suplicas de Elf para que la ayude a morir.
Mediante una serie de flashbacks, vamos conociendo la infancia de ambas, unas niñas muy unidas que ya en el pasado tuvieron problemas similares, su padre se suicidó tras pasar largos años bajo una depresión, por lo que Elf lo toma como modelo e intenta seguir sus pasos.
Elf tiene abundantes recaídas a pesar de mantenerse largo tiempo bajo vigilancia psiquiatrica, será la eterna paciente que no quiere mejorar, cae y recae una y otra vez. Yoli, que siente un amor incondicional por su hermana, deja su vida de lado para estar presente en cada una de esas recaídas, intentando comprender el dolor de su hermana.
Estamos ante una novela sobre el universo de la mente humana, con temas tan delicados pero tratados con sentido de humor, como la depresión, la vida y la muerte y donde la esperanza de Yoli por ayudar a su hermana siempre estará presente, llegando a ser capaz de plantearse viajar a Suiza con su hermana, país donde el suicidio asistido está permitido y así realizar el deseo recurrente de Elf.
¿Qué harías tú si tu hermana te pide instintivamente que la ayudes a dejar este mundo? Este es el debate interior de Yoli, el dolor que muchas veces lo sufre más la que acompaña al enfermo con una lucha incesante por sacarla de esta depresión.
Por cierto, tenía pendiente dar la enhorabuena a Sextopiso y a Lara Lars por el diseño de portada, magnífica ilustración que logra que este ejemplar sea más atractivo y lo haya devorado con más ganas.
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¡Qué difícil tratar el tema de las enfermedades mentales, especialmente cuando se trata de una hermana!
Con qué delicadeza y apertura de mente desgrana Miriam Toews la relación entre estas dos hermanas: una que necesita acabar con su vida y otra que intentar entender lo que pasa por la mente de la primera.
Un canto a la vida, al respeto a las decisiones de otros, a la empatía, al amor, a la familia, a la complejidad de la ética,...
Una historia desgarradora y cercana, con afirmaciones y preguntas que dan para reflexionar profundamente.

La historia de dos hermanas, Yoli y Elf, es la columna vertebral de Pequeñas desgracias sin importancia, una obra que se atreve a hacer algunas preguntas muy necesarias sobre el eterno tema tabú del suicidio.

El personaje de Elf sufre de depresión e impulsos suicidas, los mismos que llevaron al padre de ambas a quitarse la vida una década atrás. En este libro de autoficción, basado en su propia familia, Toews plantea cuestiones tan angustiosas (pero no por ello menos importantes) como si el trauma no podrá ser heredado generacionalmente, o si se puede obligar a vivir a alguien que no quiere hacerlo.

La autora ha afirmado en varias entrevistas que se arrepiente de no haber ayudado a su hermana a morir, tal y como ella se lo pidió. Este libro es al mismo tiempo una forma de terapia para alcanzar el entendimiento por parte de Toews, un ejercicio de sublimación del dolor en belleza a través de la escritura, y un argumento muy convincente a favor del derecho a una muerte digna.

Aunque, contra lo que cabría esperar dada su temática, esta es una historia a menudo sorprendentemente tierna y divertida. El gran triunfo de Miriam Toews es poder hablar de una historia tan dura y tan personal con cercanía y desenfado.

Recomiendo sin duda este libro, no solo porque trata un tema tan importante con una honestidad y una empatía imprescindibles, sino porque como lectura es inspiradora y francamente amena.
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La enfermedad mental y su "violencia" torturan a quien la padece, sus efectos son siempre de largo alcance. El dolor, la culpa, el dolor, la ansiedad, la ira y la depresión son cosas naturales que los humanos experimentan cuando pierden a un ser querido. ¿Qué impulsa a una persona a quitarse la vida? ¿Por qué algunas personas son tan obstinadamente optimistas a pesar de las malas manos que les han tocado en la vida, mientras que otras tienen el mundo y están dotadas sin comparación y, sin embargo, sufren tremendamente con cada nuevo día de vida? Esta es una novela maravillosamente personal, y me alegro de haberla leído, y también de haber escogido el momento para leerla.

Es un libro autobiográfico que toca temas sobre la educación religiosa de Toews como menonita, así como las trágicas relaciones que tuvo con su padre y su hermana. La autora usa para tratar este tema un humor agudo sorprendente, de esos secos e irónicos que aligeran la lectura. Tal vez ese humor que la gente usa para alejarse del dolor.

Creo que Toews hace un trabajo increíble para intentar capturar la impotencia que rodea a la depresión: no solo para quienes la padecen, sino también para los seres queridos que también se ven afectados por esta enfermedad mental. La lucha inacabable de una hermana por intentar explicar el sentido de la vida a su otra hermana.

“Reflexiono sobre la similitud entre escribir y salvar una vida, y el inevitable fracaso de la imaginación de uno... para crear un personaje o una vida que valga la pena salvar”.

Alrededor las situaciones más estrambóticas de un hospital, las anécdotas del día a día, y una crítica social muy potente.

Este es un libro difícil de leer debido a la naturaleza emocional del tema y el sufrimiento que soportan los personajes, pero la prosa de Toews es tan lírica, casi poética a veces que realmente te sumerge en la historia. Aunque se trate de un drama, la belleza y el poder de la escritura de Toews te obligan a seguir adelante.