Cáncer se embarca con Acuario

Así como la historia anterior los personajes me dejaron un poco fría e indiferente, en este los personajes me han encantado. Nos encontramos con Reid, un chico al que acaba de dejar su novia y tiene que buscar un nuevo trabajo. ¿Dónde lo encuentra? En el barco de Sullivan como niñero. Todo sería perfecto sino fuera porque Reid tiene fobia al agua. Y que los dos protagonistas son polos opuestos. Pero, ¿Qué dicen de los polos opuestos?
Desde el principio me ha gustado esa tensión que había entre los dos personajes pero que evitaban mutuamente por diferentes circunstancias. Pero lo gracioso era ver como la hija y los conocidos/amigos ideaban planes para juntarlos y ellos sin darse cuenta.
La relación me ha gustado mucho porque evoluciona muy bien. Comienzan como jefe y empleado, cambia a amigos, y así poco a poco. Además que se van conociendo poco a poco, y prefieren quedarse como amigos a dar el paso y fastidiar la relación por sus deseos. Pero en todo momento piensan en el otro
Hay situaciones divertidas, tiernas, muy icónicas que voy a recordar y relacionar con estos personajes y con la historia. Y por supuesto, el personaje de Sullivan. En mi imaginación era Henry Cavill. Y es que las descripciones de la autora eran tan detalladas que en mi imaginación solo hay un hombre con esas características
Como siempre están los cameos y las relaciones entre las historias anteriores. Theo y James tienen un papel muy importante, así como la cafetería de Wes
Y lo que más me ha gustado es el tema principal del que se habla a lo largo de toda la historia, el volver a enamorarse después de la perdida de la primera pareja. La autora lo trata muy bien, y no es un tema que lo trate por encima, sino que lo habla a lo largo de toda la novela.
Deseando leer su historia corta

Esta quinta entrega de la serie signos de amor está ambientada en la ciudad costera de Waverly, Nueva Zelanda, en la época actual, y nos relata un romance tierno, divertido y lleno de confusiones.

Sullivan Bell tiene treinta y siete años, es inventor y ecologista y vive en un barco, el Aquarium, con su hija Joanna de doce años. Desde que su pareja falleció, cuatro años antes, cambian de puerto cada año. Necesita a alguien que ayude a la niña a integrarse y cuide de ella cuando él está fuera dando charlas, y le recomiendan a Reid.

Reid Glover tiene veintiocho años y es un desastre. Las relaciones no le duran nada aunque él se entrega por completo. Su última novia acaba de echarlo de casa y necesita un trabajo con urgencia. Nunca ha estado con un chico pero se considera bixesual, y se siente muy atraído por el magnífico viudo que está a punto de contratarle.

La relación entre ambos hombres me ha encantado y va muy despacio por las circunstancias de ambos. Sullivan aún está llorando a Riley y Reis no se entera de nada ni se valora a si mismo.

La situación da pie a momentos muy divertidos, y a otros en los que la amistad será muy importante para los protagonistas, sobre todo para Reid que es el que más apoyo va a necesitar.

Sullivan y Reid me han gustado mucho, cada uno a su manera, y Joanna me ha caído muy bien. La pequeña liante protagoniza a su. Es un tierno romance juvenil.

Por motivos personales estoy leyendo muy poco y me cuesta que un libro me atrape, pero este lo ha conseguido. Ha sido un placer perderme entre sus páginas y he disfrutado mucho con el tira y afloja entre los protagonistas.

Os animo a darle una oportunidad a esta estupenda serie.

Ay, qué bien sienta terminar un libro con una sonrisa.

Este es el quinto libro de la serie #SignosDeAmor, de Anyta Sunday. Ya solo me queda uno y me da mucha pena...

La autora siempre va a al grano y eso me gusta. No hay descripciones innecarias ni frases enrevesadas. Eso hace que el ritmo sea ágil y que el libro se lea muy rápido. El amor y humor se entremezclan en sus páginas de una forma sencilla y bonita.

Todos las historias de la serie están conectadas entre sí, y esta no iba a ser menos: la cafetería del libro 3, el parentesco de uno de los protas con otro del libro 2, la aparición de los personajes del libro 1. Solo me han faltado de mi Tauro y mi Piscis.

Los personajes me han gustado mucho:
Reid es gracioso por sí solo, sin proponérselo, está en su naturaleza. Tiene un pelín de miedo al agua, el trabajo de niñero es en un barco. Por lo menos el barco está amarrado y no en pleno océano... casi siempre.
Sullivan, padrastro viudo sobreprotector y capitán del Aquarian. Distante, nostálgico. Muy preocupado y concienciado con el medio ambiente marino. Su hija(stra) es lo primero.
Joanna, preadolescente muy inteligente, aunque puede pecar de listilla. Hace y deshace a su antojo, pero siempre mirando por su padrastro y porque su vida vuelva a ser estable y feliz.

¿Hola? ¿La cantidad de dobles sentidos? Han sido maravillosos. ¡Lo que me he reído! La dinámica "chico que no se entera de nada" vs "chico que lo sabe todo" me encanta y está en casi todos los libros de esta serie. Las carcajadas se han tenido que oír desde la calle.

El final, sin embargo, no me ha gustado. El conflicto se resuelve de una forma demasiado rápida que no he entendido bien. le han faltado algunas páginas entre medias para cerrar la historia de forma redonda.

Si tuviera que hacer un TOP 3 de la serie Signos de amor, sería el siguiente: 1, 4, 5.

Otro maravilloso libro de la serie Signos de Amor que me ha encantado.
Sullivan y Reid me han enamorado, al igual que Joanna. Es una historia de amor a fuego muuuuy lento, muy divertida que me ha hecho reír en numerosas ocasiones.
El pasado de Sullivan me ha conmovido y es precioso ver cómo Joanna hace todo lo posible para que su padre vuelva a ser feliz. El hombre está aferrado al pasado y a su difunto marido, me ha parecido emotivo ver el amor que se profesaban, pero sobre todo ser testigo de cómo no puede evitar enamorarse de nuevo.
Reid aporta el lado divertido, tiene un despiste como una casa y no se entera de nada lo que da pie a situaciones cómicas. Es tierno, con un corazón enorme que solo quiere hacer feliz a los demás. Eso sí, no vería a un elefante ni aunque lo tuviera delante y la historia con las novelas románticas me hico reír.
Es otra novela más de Anyta preciosa, que llega al corazón, hace reír y pasar al lector un rato estupendo. Es de esos libros que te dejan sonriendo y negando con la cabeza ante el desastre que es Reid, y de los que se vuelven a releer cada cierto tiempo. Muy recomendable, que se lee en un suspiro porque engancha y con una ambientación ideal para el verano.

💛Leer cada historia de esta saga es asegurarse un rato magnífico, con suspiros y algunas risitas como base. Es cierto que los personajes de esta quinta novela no son demasiado innovadores, se parecen mucho a los de los anteriores libros, con esas personalidades tan opuestas pero que tan bien encajan. Pero aún así, a pesar de ese punto poco novedoso, la trama que da forma a la relación de los protas me ha gustado muchísimo, el cómo se crea el romance entre los dos con una casa barco como escenario, con una niña planeando en todo momento curar a su padre de la tristeza de la viudedad, y un despistado de nacimiento con tendencias a los desastres como fiel niñero y aliado en su propósito de hacer feliz de nuevo al capitán del barco... Evidentemente las escenas hot nunca faltan en las novelas de esta autora y en cuanto a la velocidad del romance aunque se puede considerar SlowBurn (cliché que no suele gustarme por la lentitud) en este caso no se me hizo pesado, ya que desde el primer instante entre ellos deja ver su mutua atracción física y no paran de lanzarse frases con doble sentido erótico supuestamente sin querer, que ha hecho que el trayecto hasta su unión fuera muy ameno. Aunque a veces me pareció excesivo el número de frases con ese doble sentido y me parecía muy poco creíble que el prota despistado no las pillase...
🛥️En resumen: Anyta es una de mis autoras favoritas y todas sus novelas son maravillosas, y aunque algunas me gustan más que otras, sin duda todas son un acierto si te gusta el género. Sus personajes son adorables, sus historias tiernas y sexies, es decir, una combinación exquisita y perfecta.