El tono y la caracterización me recordó a La peste de Camus, quizás por esa ristra de personajes caballerosos tratando de desenmarañar un misterio.
La novela es más compleja de lo que la recuerdo. Hyde no es que sea el lado malvado de Jeckyll, sino que tal y como lo manifiesta en su confesión, hace aflorar la faceta desinhibida del doctor, más primitivo, incluso en su aspecto, pero es el que lo hace sentirse libre y le proporciona todo el placer que Jeckyll no osa experimentar.
Lo curioso es que el doctor pretende en un primer momento disfrutar de los vicios que había reprimido durante toda su vida sin impunidad alguna, es decir, Jeckyll no es el lado “bueno” del doctor y Hyde el malo, sino que Jeckyll es cobarde. Hyde es sencillamente su coartada. Incluso no creo que Jeckyll se quite la vida por miedo a perder el control de su transformación, sino porque sabe que Hyde ya no puede esconderse (hide en inglés y pronunciado igual que Hyde). Tanto es así que la adicción al placer que siente Jeckyll lo ha anulado y toma el control de su vida hasta entonces la de un hombre honrado y respetable. El mal encarnado en Hyde lo tuvo dentro desde siempre y es parte de su naturaleza, la misma que él llama libertad y que, paradójicamente, lo encadena a la adicción.
Dicho esto, no sé hasta qué punto esa cuestión es central porque el consumo de drogas es un tema muy recurrente en la época. En la Inglaterra victoriana era muy común el consumo de opio y otras drogas (véase el controvertido
Lewis Carroll y los pasteles y bebidas psicodélicas para generar sensaciones de ganar o perder tamaño, por ejemplo). Así que creo que tal vez lo que quiso transmitir
Robert L. Stevenson fuese más bien la cuestión básica sobre la conveniencia de reprimir nuestros deseos más primitivos.
Alguien se preguntará si en su caso ganaría el bien o el mal. Es fantástico cuando nos hacemos esas preguntas, ¿no? Durante el confinamiento me percaté de aspectos sobre mí misma que no me gustaron nada. Me sentí mucho más débil de lo que me imaginaba porque me tenía por una persona fuerte, así que supongo que todos tenemos un lado que desconocemos de nosotros mismos.
Me gustan los libros que plantean grandes preguntas y este es uno de ellos.
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