Era una muchacha humana de los más común y corriente. En el centro de Brokilón, el lugar menos común y corriente para muchachas humanas comunes y corrientes.
|
Era una muchacha humana de los más común y corriente. En el centro de Brokilón, el lugar menos común y corriente para muchachas humanas comunes y corrientes.
|
Hay cosas que no hay forma de conseguir ni siquiera a través de la magia. Y hay dones que no se deben tomar si no se está en estado de dar a cambio algo que sea del mismo valor.
|
No quiero mirar a los ojos del destino porque no creo en él. Porque sé que para unir a dos personas el propio destino no basta. Hace falta algo más que el destino. Me río del destino, no voy a correr tras él como un ciego al que llevan de la mano, ingenuo e ignorante.
|
– ¿No puede ser que haya habido alguna vez un dragón dorado, una mutación única, irrepetible? –Si fue así, padeció la suerte de todo mutante –el brujo volvió la cabeza–. Ser demasiado diferente como para perdurar. |
Esto no es un cuento, es la vida.
|
Solo en las leyendas puede perdurar lo que en la naturaleza perdurar no puede. Solamente la leyenda y el mito ignoran los límites de lo posible.
|
—¡Contesta cuando se te pregunta! —dijo amenazadora, reforzando su orden con un sonoro sorbido de mocos—¡. ¿Acaso sabes quién está... quién está sentada encima de ti? Él no reaccionó —¡Que te muerdo la oreja! —gritó Ciri. |
—Pues claro. Ya tengo la primera estrofa. En mi romance la sirena se sacrifica por el príncipe, cambia su cola de pez en hermosas piernas, pero a cambio pierde la voz. El príncipe la traiciona, la abandona y entonces ella muere de pena, se transforma en espuma del mar con los primeros rayos del sol...
|
—No tengas miedo —sonrio—. Nosotros, es decir los brujos y golems sin voluntad propia, actuamos siempre de modo razonable. Al fin y al cabo los límites de lo posible entre los que nosotros nos podemos mover están clara e inequívocamente marcados.
|
Voy con ellos porque soy un golem sin voluntad propia. Porque soy un arbusto de estopa que el viento arrastra a lo largo del camino. ¿Adónde, dime podría ir? Aquí por lo menos se han reunido algunos con los que tengo de qué hablar. Algunos que no cortan la conversación cuando me acerco. Algunos que, incluso si no les gusto, me lo dicen a la cara, no tirándome piedras por la espada. Voy con ellos por la misma razón que fui contigo hasta la taberna de los almadieros. Porque todo me da igual. No hay ningún lugar al que podría querer dirigirme. No tengo meta que se halle al final del camino
|
¿Qué criaturas mágicas podemos encontrar en Gringotts, el banco de magos?