El placer de la página en blanco, que al principio siempre olía a misterio y a promesa, se desvaneció por ensalmo.
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El placer de la página en blanco, que al principio siempre olía a misterio y a promesa, se desvaneció por ensalmo.
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Un laberinto de trazo delirante ascendía hacia una inmensa cúpula de cristal. La luz de la luna, descompuesta en mill cuchillas, se derramaba desde lo alto y perfilaba la geometría imposible de un sortilegio concebido a partir de todos los libros, todas las historias y todos los sueños del mundo.
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Cuando uno es joven ve el mundo como debería ser y cuando uno es viejo lo ve como es en realidad.
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La primera era a mentir. La segunda, y esta aún la sentía en carne viva, era que los juramentos eran un poco como los corazones: roto el primero, los demás resultaban pan comido.
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La felicidad, o lo más cercano a ella a que puede aspirar cualquier criatura pensante, la paz de espíritu, es aquello que se evapora por el camino que lleva del creer al saber.
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La alocuencia de una exposición es directamente proporcional a la inteligencia de quien la formula, del mismo modo que su credibilidad lo es a la estupidez de quien la recibe.
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Martín, que podía beberse una bañera de licor y no perder la lucidez, me dijo aquella noche una cosa que nunca he olvidado. Se bebe para recordar, y se escribe para olvidar.
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La mayoría de los mortales nunca llegamos a conocer nuestro verdadero destino, simplemente somos atropellados por él.
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En el sueño, el extraño no tenía rostro. Describía una silueta negra que parecía haberse desprendido de las sombras líquidas que goteaban del techo de la habitación.
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Una leyenda es una mentira pergeñada para explicar una verdad universal.
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¿Quién es autor del libro?