Le obsequió con una de aquellas sonrisas que abrían puertas y derretían voluntades.
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Le obsequió con una de aquellas sonrisas que abrían puertas y derretían voluntades.
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Cuéntale al mundo nuestras historias y jamás olvides que existimos mientras alguien nos recuerda.
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… un narrador solo puede contar hasta donde le llega el oficio y un lector solo puede leer hasta donde lleva escrito en el alma.
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—Nadie triunfa sin fracasar antes…
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En el poder las puñaladas nunca llegan de frente, siempre por la espalda y con un abrazo.
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Qué hermosa sería la vida si fuésemos capaces de querer a quien lo merece.
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Las esperanzas las guardan las personas, pero el destino lo reparte el diablo.
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Dios solo escucha cuando uno suplica lo que no necesita.
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En las batallas perdidas, la última defensa es la indiferencia.
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«Nada asusta más a un cafre que una mujer que sabe leer, escribir, pensar y encima enseña las rodillas».
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¿Quién es autor del libro?