Harry Potter y la cámara secreta

Pero sé por qué no pudiste matarme: porque mi madre murió para salvarme. Mi vulgar madre de origen muggle; ella evito que me mataras. Y yo te he visto de verdad, te vi el año pasado. Eres una ruina. Apena estas vivo. A esto te ha llevado tu poder. Te ocultas. ¡Eres horrible, inmundo!

-Abran paso al heredero de Slytherin, aquí llega el brujo malvado de veras...
Percy desaprobaba tajantemente este comportamiento.
-No es asunto de risa - decía con frialdad.
-Quítate del camino, Percy - decía Fred - Harry tiene prisa.
- Sí, va a la Cámara de los Secretos a tomar el té V con su colmillo sirviente - decía George, riéndose.

- Dobby tiene un calcetín - dijo Dobby aún sin poder creérselo -. Mi amo lo tiró, y Dobby lo cogió, y ahora Dobby... Dobby es libre.

“Son nuestras elecciones, Harry, las que muestran lo que somos, mucho más que nuestras habilidades.”

Hay una conspiración, Harry Potter. Una conspiración para hacer que este año sucedan las cosas más terribles en el colegio Hogwarts de Magia y Hechicería.

Ron leyó el mensaje, tragó saliva con esfuerzo y miró a su lado, al asiento habitualmente ocupado por Hermione. Entonces parecieron disiparse sus dudas, y asintió con la cabeza.

Según la leyenda, Slytherin selló la cámara de los secretos para que nadie pudiera abrirla hasta que llegara al colegio su auténtico heredero. Sólo este podría abrir la cámara, desencadenar el horror que contiene y usarlo para librar al colegio de todos los que no tienen derecho a aprender magia.

- Harry Potter pregunta si puede ayudar a Dobby...
Dobby estaba al tanto de su grandeza, señor, pero no de su bondad...

¿Qué te he dicho siempre? No confíes en nada que piense si no sabes dónde tiene el cerebro.

La fama es una amiga veleidosa, Harry.