Cometierra

He sido uno de los seleccionados por Paradalector para poder reseñar este ejemplar. Es el libro que este club de lectura ha elegido para el mes de Diciembre.

Se trata de un libro reivindicativo y no muy extenso en el que el tema principal en el que se basa la novela es la lucha contra el gran problema que existe aún en nuestra sociedad como es el femicidio; acto de violencia extrema contra las mujeres por el hecho de ser mujeres.

El personaje principal es una joven huérfana llamada por sus conocidos como Cometierra, una chica que tiene el poder de conectar con víctimas femeninas desaparecidas al comer un poco de tierra que ha tenido en contacto con la víctima. Tras comer un poco de esta tierra, esta chica entra en trance y consigue ver en una clase de ensoñación lo que le ha ocurrido o le está a punto de ocurrir a la persona, algunas de ellas retenidas aún por sus captores. Aún siendo como un tipo de sueño, al estar presente de dicha violencia y teniendo frente a frente a los secuestradores, la deja agotada mentalmente y esto le influye a lo largo de su vida ya que es una gran carga y responsabilidad para ella.

Llegamos a conocer que una de estas víctimas fue su propia madre. Cometierra consiguió descubrir lo que había tras este asesinato tras comer un poco de tierra de su tumba, y así conoció que su madre fue golpeada por las manos de su padre. Un hecho que la dejó marcada para el resto de su vida y por lo cual, intenta ayudar durante el resto de la obra a multitud de mujeres que pasaron por la misma situación.

Toda la historia está situada en un pueblo con muy bajo nivel de vida de Argentina, donde la violencia machista es común en gran parte de su sociedad. Es tal la violencia que existe que tras conocer el don que tiene la chica, le llegan multitud de encargos por parte de muchas familias para poder conocer el paradero de mujeres desaparecidas. Cometierra se encuentra casi a diario, a las puertas de su casa, botellas rellenas con un poco de tierra con el nombre de mujeres víctimas de violencia machista.

En resumen, un ejemplar feminista no muy extenso, escrito con un lenguaje latino y con multitud de expresiones argentinas, donde existe entre sus páginas gran brutalidad y una gran critica debido a la abundantes violencias machistas que hoy en día existe.
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Dolores Reyes tiene ese talento congénito para crear una historia bellísima sobre unos cimientos de dolor y violencia. Como esa flor que sale en un terreno árido y sin vida. O como esos ramos, en forma de despedida, acomodados en la carretera tras un accidente. Esa delicadeza detrás del horror que, a su vez, es la responsable de hacernos germinar tras el desastre. Supongo que de eso va la vida, de ir brotando ante el dolor. de esta forma, vamos construyendo un terreno que nos pertenece y nos configura como personas únicas.

Es de este terreno del que se nutre nuestra protagonista, Cometierra. Tras la muerte de su madre descubre que puede conectar con las personas que murieron o incluso saber qué ocurrió únicamente comiendo tierra. Con esta premisa, que puede parecer que roza la paranoia, vamos descubriendo historias de violencia, desapariciones y secuestros a la vez que todos ellos van configurando la personalidad de nuestra protagonista. A veces repudiada y otras, venerada.

Pero Cometierra no es sólo un relato de ficción. Es una crítica a una sociedad mancillada por una violencia desmedida, un altavoz para los que ya no pueden gritar y un sostén para los que buscan y no encuentran.

Dolores Reyes consigue mostrar las costuras de lo que una vez se rompió pero no se recompuso.


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Una trama original e inquietante. Se sale de lo común e intuyo entre líneas una denuncia de lo que ocurre.

Seguramente la hubiera disfrutado más si estuviera acostumbrada a la forma de hablar de Argentina, igualmente, no le resta, aunque algunos párrafos se me han heho complicados de entender.

Narrada en primera persona por una chica joven,sin nombre , Cometierra puede ser cualquier mujer que pasa su vida jugando a la Play con los amigos de su hermano ,mientras toman cervezas,descubriendo lo que es sentir,querer,el sexo.
Esta cotidianidad es lo que hace la novela corta tan real.

Pero Cometierra no es una chica corriente de cualquier barrio pobre,es extraordinaria,tiene un don ,come tierra y de forma sobrenatural contacta con gente que ha sufrido,la mayoría han sido brutalmente asesinados.

Ella se abre a la esperanza entre el sinfín de botellas con tierra que dejan familiares en su jardín , querrá llegar a tiempo y salvar vidas.

Dolores Reyes narra desde la ficción,pero presenta una lacra social del mundo real ,con la violencia normalizada ,la desesperación familiar ante la falta de recursos y la fingida condescendencia que rodea cada caso.

Es consciente de la realidad en la que vivimos, crea una novela tan dolorosa como bonita .

Feminicidio,racismo ,el dolor de las familias que no encuentran a sus familiares.

Cada botella no es un caso,es una persona con su familia y sus seres queridos,vamos a abrirlas y no miremos para otro sitio.
Es el segundo libro de Sigilo que leo,decir que me maravilla el trabajo editorial con las portadas,no solo por lo bonitas que son, que también.

Nunca había leído libros ,donde la portada fuera un resumen visual del contenido tan exacto ,terminas la lectura y contemplas el exterior con cariño ,el que te ha dejado este personaje tan especial .

Me ha gustado la historia y como está contada. Tiene mucho lenguaje latinoamericano y la historia es interesante, es de una chica capaz de leer la tierra que come. Con este don la gente contacta con ella para buscar personas desaparecidas y cuenta las distancias historias y como la afecta.

La protagonista de esta historia tiene un don, que más parece una maldición para ella: cuando ingiere la tierra, ve lo que nadie es capaz de ver o saber de la vida de las personas. Así supo que su padre había matado a su madre a golpes.

La autora de la novela va a utilizar este don de la protagonista para presentarnos una realidad dura, de pobreza, marginación, violencia, de género, infantil, entre bandas…Una realidad social que ella localiza en un suburbio argentino pero que podría ser trasladable a otros muchos lugares del planeta.
Y ese don además condena a la Cometierra a la soledad e invisibilidad. Como hacemos con lo extraño, con lo que no entendemos, lo apartamos, lo marginamos y evitamos todo contacto con ello. Y de música de fondo de la historia, el amor de su hermano, incondicional.

Esta historia es brutal, conmovedora. Su planteamiento es original y rompedor. Me ha gustado mucho aunque no creo que le vaya a ocurrir lo mismo a todo el mundo. Hay que ir preparados. Desde luego no deja indiferente.

Calificación: 7/10 – 3,5 estrellas de 5

Que no quede ningún asesinato sin resolver.

En esta primera novela, Dolores Reyes nos lleva a una cruda Argentina casi marginal. En esta historia conocemos a Cometierra, una joven de la que nunca sabemos muchos datos, que es capaz de ver cómo la gente ha muerto o dónde se encuentra a partir de la tierra.

La magia en cualquiera de sus formas siempre ha tenido un componente mayoritariamente tabú y la adivinación en muchas ocasiones produce rechazo. El miedo a lo desconocido es tal que acaban marginando a personas, pero recurren a ellas de igual forma cuando nadie les ve.

La autora trataba de dar importancia a los feminicidios, y siento que solo lo consiguió a medias. Sí se muestra la crueldad con la que asesinan o secuestran a mujeres y lo poco que se investigaba al respecto, pero no creo que se convirtiera en el eje central de la novela.

La jerga argentina me ha dificultado un poco empatizar con el personaje principal. No tanto porque no lo entendiera, porque es muy comprensible, sino porque me hacía sentirlo ajeno. Sin embargo, con ese mismo lenguaje consigue también trasladarnos a una zona marginal, en la que el dinero no abunda y en la que la educación brilla por su ausencia a partir de determinada edad.

Me habría gustado más si se hubiese profundizado un poco, si tuviéramos más explicaciones… La narración ha sido rápida, con poco desarrollo. No he podido sentir nada durante la mayor parte del libro.

Me ha gustado a medias, pero espero con ansias la segunda parte, en la que he visto que conoceremos a Miseria.

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Me pareció una novela bellísima, aunque sé que es una palabra extraña para definirla por lo que contiene en sí.

Es cruda para mostrar la miseria con la que convive la protagonista, su ambiente, su gente, la gente a la que ayuda y a la que no puede ayudar. La naturalidad de la violencia y la inevitabilidad de esas situaciones violentas como parte de la vida.
Una mujer tiene el don de ver, pero ¿tiene que hacerlo por otrxs? Querer ayudar, tener que hacerlo y la cuestión de la entrega de su salud mental y emocional por la de les demás. Y por plata, porque de algo hay que vivir también.

Un relato que te va de frente, sin vueltas, sin romantizar y sin victimizar. Realmente magistral.

Lectura súper veloz, se lo lee en un día. Ahora a seguir con la secuela, "Miseria".

Me ha defraudado un poco este libro, creo que iba con las expectativas demasiado altas. Es una primera novela y se nota. El libro te sitúa en un barrio argentino donde una niña acaba de quedar huérfana de madre, ella come tierra desde siempre y será la tierra la que le diga qué ha pasado. Contado a fogonazos, iremos descubriendo la historia de Cometierra a medida que ella va comiendo tierra y aprendiendo la historia de otras mujeres. Aunque la novela va perdiendo fuelle al final, el lenguaje con el que está escrita es oral y muchas veces poético. Mi problema con esta novela es que creo que se queda en la superficie.

Es una novela juvenil corta, desarrollada con un nivel básico. La idea de la novela es muy original, ya que trata de una chica que al comer tierra puede tener visiones sobre mujeres muertas o desaparecidas. Además muestra sensibilidad hacia aspectos como el feminismo, el dolor, la sensibilidad hacia una sociedad machista y cruel con las mujeres. Sin embargo, se va quedando a medio gas a medida que se va avanzando en la lectura.