Beatriz_Villarino08 June 2019
En el umbral de mi ser grandes misterios residen, y pajarracos que, al ver que lo tardo en trasponer, dudan y mis pasos miden. Son aves llenas de abismo como las que el sueño cría. Dudo, si pienso en mí mismo, y es para mí un cataclismo el umbral del alma mía. Al despertar soy dichoso y me alegro de la luz, aunque el día es enojoso; que el umbral es pavoroso y cada paso una cruz. |