Primer libro de Leonardo Padura que leo en francés (la ocasión se presentó) y no me ha hecho el efecto de truculencia del castellano caribeño de Padura como en otras lecturas. Es un buen tomo, bastante largo. Mario Conde cumple 60 años y la cosa no le hace ninguna gracia; 25 años han pasado desde que dejó la Policía y sobrevive con el comercio de libros usados. Tiene siempre su círculo de amigos entrañables con quienes comparte lo poco que tiene aunque no le faltan las libaciones de ron habanero a lo largo de la tórrida noche caribeña. En este tomo Roberto Roque Rosell, alias Bobby, un antiguo compañero del liceo La Víbora, le pide ayuda porque un antiguo amante le ha desvalijado el departamento, sobre todo le ha robado una virgen negra muy antigua, de gran valor comercial, pero sobre todo de valor sentimental porque proviene de un antepasado catalán de Bobby. Este último, además, le atribuye poderes mágicos. Conde aceptará el caso únicamente por amistad. Bobby se dedica al tráfico de antigüedades, un medio muy turbio donde se codean ladrones de poca monta, pero también gente muy enriquecida y allegada al régimen, además que protegida. El libro es interesante en la parte histórica ya que Padura remonta el tiempo hasta el siglo XIII para explicarnos la génesis de estas vírgenes negras que eran muy conocidas en el medioevo europeo. La pesquisa será cruenta y el pobre Conde dejará varias plumas. Pedirá ayuda a un antiguo colega de la policía criminal, Manolo Palacios, hoy en día con un alto cargo. Manolo Palacios aprecia a Conde, pero lo juzga especial, un policía alérgico a las armas y a la violencia, anacrónico, funcionando con intuiciones, pero eficiente. Con lo que Bobby le pagará, Conde lo gastará con comilonas regadas con el mejor ron de la isla y con sus amigos del alma : el Flaco, Josefa, el Conejo, Cándido el Rojo, Yoyi el Palomo y su novia Tamara. Todos los personajes secundarios son de una extraordinaria truculencia. Enlace: https://pasiondelalectura.wo.. + Leer más |
El escritor Leonardo Padura departió con el público en el Auditorio del Centro Niemeyer en la presentación de «Personas decentes” (Tusquets).
Entrevistadora: Delia García Lobo.
«Personas decentes»
La Habana, 2016. Un acontecimiento histórico sacude Cuba: la visita de Barack Obama en lo que se ha llamado el «Deshielo cubano» —la primera visita oficial de un presidente estadounidense desde 1928—, acompañada de eventos como un concierto de los Rolling Stones y un desfile de Chanel, ponen patas arriba el ritmo de la isla. Por eso, cuando un exdirigente del Gobierno cubano aparece asesinado en su apartamento, la policía, desbordada por la visita presidencial, recurre a Mario Conde para que eche una mano en la investigación. Conde descubrirá que el muerto tenía muchos enemigos, pues en el pasado había ejercido de censor para que los artistas no se desviaran de las consignas de la Revolución, y que había sido un hombre déspota y cruel que había acabado con la carrera de muchos artistas que no habían querido plegarse a sus extorsiones. Cuando unos días después se encuentra un segundo cadáver asesinado con el mismo método, Conde deberá descubrir si las dos muertes están relacionadas y qué hay detrás de estos asesinatos.
A esa trama, se suma una historia que escribe el protagonista, situada un siglo antes, cuando La Habana era la Niza del Caribe y se vivía pensando en el cambio inminente que produciría el cometa Halley. Un caso de asesinato de dos mujeres en La Habana Vieja destapa la lucha abierta entre un hombre poderoso, Alberto Yarini, refinado y de buena familia, capo de los negocios de juego y de prostitución, y su rival Lotot, francés, que le disputa la preeminencia. El desarrollo de esos hechos históricos tendrá conexión con la historia del presente de un modo que ni el propio Mario Conde sospecha.