Higiene del asesino

Publicado en 1992 es la primera novela de la autora y la tercera que leo, y en esta ocasión no he conseguido disfrutar de la lectura. No considero que sea un mal libro pero no ha conseguido cautivarme o atraparme, ni siquiera entretenerme, cosa que solo ha ocurrido en ciertos momentos.

Un libro que no se deja querer, principalmente por culpa de su protagonista Prétextat Tach, que desprende odio por los poros, y que me sacó de quicio constantemente, con comentarios misóginos que me hacían replantearme que es lo que estaba leyendo. Una de las pocas cosas que me ha gustado de la novela ha sido la crítica al mundo literario y al mundo periodístico.

Sinceramente, no sé que pretendía la autora dar a entender con esta novela. Hay muchas piezas, algunas encajan con otras, y estas a su vez encajan con otras, pero me es imposible conectar todas las piezas para encontrarle un sentido completo a la obra. Vista bajo varios puntos de vista (gracias a mis compañeros de lectura, por sus aportaciones en el debate final) conseguí ver o entender algunas cosas de distinta manera, pero no conseguí darle un sentido completo a la obra.

Un libro que, la verdad, no recomiendo. Si eres fan de Nothomb es posible que le encuentres algo de miga (ya que es un libro tan egocéntrico como su autora) o al menos disfrutes de su prosa hilarante, que es de lo poquito que se salva en esta historia.

Por su pluma directa y mordaz vuelvo a probar suerte con otra de las novelas de Amelie Nothomb.

Esta vez nos presenta a Pretextat Tach, un premio Nobel de literatura de 83 años al que le quedan dos meses de vida, tiene un cáncer de cartílagos, súper raro y es por este motivo, que decide conceder diversas entrevistas a algunos medios escritos, solo por el hecho de divertirse y sacar de quicio a unos pocos periodistas antes de morirse.

He de decir que odie al personaje con todas mis fuerzas y hubo veces que soltaba el libro con bastante cabreo, sus constantes salidas de tono misóginas me resultaban muy molestas. También se critica muchísimo al mundo literario y al periodístico.
Por lo general el libro me ha resultado muy parecido al otro que he leído suyo porque comparten el mismo tipo de narración y estructura, que son diálogos en su mayoría.
La parte culminante ha sido su última entrevista, en donde se encuentra con la horma de su zapato y se descubren cosas que a priori no me esperaba. No me ha gustado el periodista, me ha parecido igual de detestable que Tach. Así que me he descubierto leyendo algo que no me interesaba y encima aborrecía a los personajes que lo llevaban a cabo.
No sé qué pretendía la autora con este libro ya que a mí particularmente no me ha aportado nada, no saco ninguna moraleja o lección de su lectura y además me han desagradado muchísimo sus personajes.

Aunque la autora me gusta y me parezca muy original, esta vez no me ha enganchado completamente y me ha aburrido a ratos. Seguiré leyéndola, eso sí.

Los libros de esta autora siempre me sorprenden, por sus diálogos tan contundentes, tan inteligentes. Este libro no ha sido una excepción. El protagonista es un escritor afamado que le quedan pocos meses de vida y, ahora todo el mundo quiere entrevistarlo. El personaje de este escritor, Prétextat, es alguien tan bien conseguido que llegó a irritarme en algunas situaciones. No contaré más de él. Solamente que merece la pena leer las entrevistas que le hacen y como lo pasan los periodistas. Y el final, es bastante sorprendente. 8/10

A Prétextat Tach, premio Nobel de Literatura, sólo le quedan 2 meses de vida. Sólo 5 periodistas lograrán entrevistarlo; los 4 primeros serán víctimas del genio moribundo; el quinto, resolverá el enigma con un desenlace imprevisto.

Esta no es una novela de ritmo constante, ha habido partes que me han gustado y otras que se me han hecho densas e incluso aburridas. Llegando al final estaba deseando que la novela terminara y solo la he acabado porque es una novela corta.

Los personajes principales están bien definidos, he de decir que he odiado a ambos por igual aunque por diferentes motivos, el último periodista me ha parecido un listillo, engreído y oportunista y Prétextat Tach, es un ser humano odioso, desagradable, grosero, engreído y pretencioso.

Lo único que salva la novela un poco es la narrativa de Amelie Nothomb su estilo me parece magnífico, es directa y mordaz y eso me encanta.

Nothomb es sin ninguna duda una escritora excepcional, tiene un don increíble para escribir y para contar historias, por mas raras que estas sean, me ha encantado leerla a pesar de lo que este libro dice, es imposible no apreciarla, sin duda es una escritora de culto, irreverente, nada convencional y sobre todo lo "políticamente correcto" no existe en ella.

La primera parte del libro me ha tenido absorta leyendo una cantidad de situaciones que no he logrado comprender del todo, porqué siempre uno busca el sentido de las palabras, el trasfondo que hay, lo que se pueda decir entre líneas o las razones que el escritor ha tenido para plasmar las mismas ¿qué quiere decir? ¿a dónde nos lleva? ¿qué es lo que quiere que entienda aquí?, bueno nada, Nothomb me ha llevado de la mano para darme una lección a mí como lectora: Los escritores no siempre escriben para ser comprendidos o bien para ser diseccionados o para que encontremos algo entre líneas o para dar lecciones a nosotros lectores.

Siendo esta su primera novela, me sorprende que lo haga de esta manera, diciendo al lector que puede escribir lo que le venga en gana y nosotros no tenemos ningún derecho a interpretarla, buscarle cinco pies al gato o criticar lo que sea que se le antoje decir.

Más allá de eso, este libro tiene un personaje principal horrible, terrible como ser humano y que representa a mi parecer todo lo malo que tiene nuestra sociedad, absolutamente todo, pero hay que leerlo, hay que llegar a la segunda parte y hay que conocer la historia completa.

Increíble y absolutamente maravilloso leer a esta mujer, nada, no voy a diseccionar el libro más de lo que lo he hecho ya porque definitivamente me lo ha exigido la autora.

Tenía que llegar y llegó. Desde que descubrí a Amelie Nothomb todos sus libros me habían gustado. Es una autora muy prolífica, publica una novela al año así que entre tanto libro era normal que todos no mantengan el mismo nivel. No hablo de calidad literaria. Yo doy mi valoración como lectora no como crítica literaria.
Higiene del asesino no me ha gustado. Es cierto que la narrativa de la escritora es maravillosa, que la fluidez de los diálogos de esta obra casi totalmente basada en ellos está fuera de lo común. Pero a mí, como libro, su historia, no me ha convencido.
No es que el personaje de Pretextat Tach no me haya gustado. Dudo que haya alguien en este mundo al que le pueda gustar una persona así, declarado misógino, misántropo, insoportable, malvado...pero vamos que no, no me gusta. Pero si juzgáramos las novelas por los personajes que nos caen bien o mal muchas obras no se salvarían.
Es la historia en sí la que no me ha gustado. Las primeras entrevistas al autor me han parecido un despropósito que no nos aportaba nada o casi. Solo contribuyen a la construcción del personaje de Pretextat Tach. Quizás es suficiente su propósito puesto que lo cumple.
La última parte es la más interesante. Entrevistado y entrevistadora se sumergen en una batalla dialéctica inagotable. Nos hacen además descubrir la historia oculta del escritor para acabar convirtiéndole en una especie de caricatura grotesca.
¿Y el final? No se puede comentar para no hacer spoiler pero no, tampoco me ha gustado, no entiendo cómo se justifica ese final porque realmente de la entrevistadora no sabemos nada.
Sí me gusta el estilo mordaz e irónico que tiene Amelie Nothomb y la seguiré leyendo pero esta novela es totalmente prescindible dentro del universo Nothomb.
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Higiene del asesino es el primer libro que escribió Amélie Nothomb. Fue en 1992 y lo escribió tras ver como un borracho mataba a su hermano.
No es de extraña que en el libro se pueda comprobar esa rabia, ese principio de su estilo directo, desgarrador y donde implica emocionalmente al lector.

Éste era un libro que he querido leer desde hace muchos años y por suerte hoy puedo decir que lo he leído. No me extraña que después de su publicación la carrera literaria de Amélie comenzara a creer como la espuma, pues es uno de los mejores libros que he leído nunca. Yo diría que está al mismo nivel que Cosmética del enemigo, también reseñado en este blog (Cosmética del enemigo).
En los dos libros el diálogo es la forma de explicar la historia. En los dos casos esos diálogos son rápido, directos, comprometidos, donde a pasos agigantados nos va metiendo en la historia.
Creo que una de las grandes virtudes de la escritora es escribir novela, diríamos, cortas de páginas. Pero es ahí donde radica su éxito, ya que no necesitas más por el meticuloso trabajo anterior. Además, tienes la sensación de quedar satisfecho y de querer leer más; es como una buena comida que no te empacha pero te llena. Siempre que sucede eso repites en el restaurante, como yo repito con las lecturas de la belga-japonesa.

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Para ser su primer libro Amélie Nothomb tenía ya un dominio del lenguaje apabullante en esta historia casi sin narración edificada a base de diálogos casi como una obra de teatro y que, si no fuera por el final que no me gustó en absoluto, hubiera sido uno de los mejores libros que leí en 2017.
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